Las Vegas— Chris
Weidman defendió su título de peso medio de la UFC cuando Anderson Silva se
fracturó la pierna izquierda con una patada en el segundo episodio, poniendo
fin a la UFC 168 con una terrible lesión la noche del sábado.
Weidman (11-0)
celebró en silencio su victoria mientras el personal médico atendía a Silva
(33-6), cuya espinilla derecha se dobló de manera impactante cuando daba una
patada a la pierna izquierda de Weidman al minuto 1:16 del asalto.
Weidman, quien se
ganó su cinturón con una sorpresiva victoria sobre el campeón de tiempo atrás
en julio, también dominó el primer round de la revancha.
“Sí me enfoqué en
atajar las patadas”, dijo Weidman. “Pensé que si lo detenía con la rodilla lo
lastimaría mucho. Fue una locura”.
La lesión de Silva
ensombreció el que debió haber sido el cartel más importante del año de la UFC,
recordando a todos los seguidores del deporte en rápido crecimiento sobre la
brutalidad que a menudo subyace al mismo. Pese a que la lesión se produjo
demasiado rápido para que la notaran a simple vista quienes se dieron cita en
el MGM Grand Garden, miles de seguidores exclamaron con fuerza cuando la
repetición fue mostrada en las pantallas gigantes del lugar.
Silva salió del
octágono con una férula en la pierna. Weidman hizo un reconocimiento al ex
campeón lesionado, a quien calificó del mejor púgil en la historia del deporte.
El reinado de siete
años de Silva en la cima de la división de peso medio terminó hace casi seis
meses cuando Weidman derrotó al campeón con un gancho izquierdo en la UFC 162.
Weidman, el ex
luchador de Hofstra, puso fin de manera determinante al poderío de Silva, quien
no utilizó ninguno de los movimientos y posturas que pudieron haber contribuido
a su primera derrota. La lesión de Silva en la revancha podría poner fin a la
carrera en la MMA del brasileño de 38 años.
Miles de aficionados
brasileños –incluyendo a Ronaldo– corearon, cantaron y ondearon banderas para
apoyar a Silva y a los púgiles brasileños que se enfrentaron en combates de
respaldo.
Antes del evento
principal, Rousey (8-0) recibió la mayor prueba de su carrera en ascenso.
Rousey nunca había
llegado al segundo asalto de una pelea de artes marciales mixtas luego de siete
victorias al hilo en el primer episodio, pero Tate puso a prueba a la campeona
con sus golpes y su tenacidad. Pese a que Rousey envió varias veces a Tate
(13-5) contra la lona y la castigó, Rousey no pudo ganar sino hasta cuando
agotó a su oponente para someterla a su famosa llave de brazo, con la que ha
puesto fin a cada una de sus ocho peleas profesionales.
Rousey y Tate
tuvieron una pelea digna de su encarecida rivalidad, intercambiando grandes
golpes y teniendo dificultades con los puntos fuertes de ambas. Rousey utilizó
sus habilidades de judo para derribar a Tate en varias ocasiones, pero Tate
conectó varios golpes a la cabeza de Rousey, particularmente durante un
emocionante tercer episodio en el que puso a prueba el mentón de Rousey. Al
término de la pelea, Rousey se negó a estrechar la mano de Tate.
(EL DIARIO DE
CHIHUAHUA/ Associated Press | 2013-12-28 | 23:32)
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