El Fuerte.- La comuna local navega sobre un mar de deudas. Es tan
embravecida la furia de la insolvencia que hoy (lunes) le cortaron de
nuevo la energía eléctrica al Palacio Municipal.
Pasadas las 11:00 horas, la energía fue restablecida, abono de por medio.
En tanto, los burócratas tuvieron jornada de holgazanería forzada.
Más libres no podían andar. Eso porque la primera línea de mando
estaba ausente: el presidente, José Eleazar Rubio Ayala, que según los
propios burócratas abandonó el palacio municipal tras perder la elección
local, no se encontraba por ningún lado; el síndico procurador, Ramón
Candelario León López, no se apareció en horas laborales, y el tesorero,
Marco Vinicio Herrera Vega, puso tierra de por medio entre las deudas,
los acreedores y su oficina.
El único que dio la cara por la crisis fue el secretario, Norberto
Soto Castillo, un veterano de la política, que sin dar mayores detalles
sobre la oscuridad que cobijaba a la comuna en plena mañana sólo atinó a
decir que en algunos minutos más se restablecería la luz y todo estaría
en lo normal.
No pudo establecer la cuantía de la deuda, ni de cuánto fue el abono para que le subieran las cuchillas.
Más, bien, con arte de político, dijo, era una crisis pasajera, que
se solucionaría pronto, que todo estaba en orden, pero a oscuras.
Según cálculos conservadores de funcionarios de primer nivel de la
comuna, la administración municipal debe unos 300 mil pesos de consumo a
la Comisión Federal de Electricidad. Y no tiene dinero para pagarlos.
Sólo abona, para continuar teniendo energía eléctrica, pero al rato se
la cortan, de nuevo.
Y así pasan los días.
No es la única cuenta que tiene el alcalde y la comuna fortence, pues
los acreedores llegaron al grado de exhibir la insolvencia del
ayuntamiento con mantas.
La gasolinera Ávila no encontró otra forma de cobrar los consumos del
2011 que suspenderle el crédito, colgar mantas en su fachada y exigir
que se le pague. Pero no hay liquidez oficial. La manta acusa ya
bastante tierra encima. Indicio que da muestra que lleva mucho tiempo
clavada al muro.
Y mientras esto sucede, la presidencia municipal de Eleazar Rubio
Ayala se mantiene a oscuras, y con su tripulación abandonando la nave,
como si con ello resolvieran las deudas que arrastran.
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