martes, 16 de abril de 2013

PRIVATIZAN ENTRADA A LAGUNA SALADA



Ejidatarios atraviesan por crisis económica y de desatención oficial

Sergio Haro/ Semanario Zeta
La controversia por el cobro de acceso atrajo los reflectores de una comunidad cada vez más marginada, olvidada, donde se aglutinan una docena de ejidos y más de 300 ejidatarios en una región de gran potencial –que incluye un rebosante manto acuífero–, pero donde el apoyo gubernamental para infraestructura y créditos ha sido nulo, aunque ahora la comunidad reclama atención de las autoridades de todos los niveles

La Laguna Salada es una de las zonas más emblemáticas de Mexicali, pero a la vez una de las más marginadas, olvidadas.

En esas tierras se recuerda el concierto Luciano Pavarotti, Sin Fronteras, hace una década en el marco del centenario de Mexicali; además la memoria liga a esa depresión arenosa con la muerte en el verano del 1996, de catorce soldados que hacían prácticas de sobrevivencia y que murieron deshidratados en esta región, la más baja del país –cinco metros bajo el nivel del mar– ubicada frente al Cerro del Centinela, entre la Sierra Cucapá y la de Juárez, a un costado de la carretera que une a Tijuana con Mexicali. Hay incluso quienes aseguran que se trata de una zona de avistamiento de ovnis.

Pero pocos saben que en esa parte se ubican una docena de ejidos –con más de 300 ejidatarios–, que sus pozos acumulan aguas de primera calidad y que han sembrado aceitunas, dátiles, nopales. Aparte hay atractivos naturales famosos internacionalmente, como el Cañón de Guadalupe con albercas y aguas termales.

Pero la región atraviesa una severa crisis: sin rutas de acceso, ni apoyos, ni infraestructura básica, lo que ha llevado a que la mayoría de los ejidatarios emigren hacia Mexicali y quienes se han quedado insistan en la necesidad de revitalizar esa importante zona.

Apenas hace unos días hizo crisis el problema de los ejidatarios con los dueños de los terrenos pegados a la carretera –en pleno acceso de Pavarotti– por el cobro a quienes pretenden entrar por esa vía, lo cual consideran una irregularidad, aparte que inhibe el tránsito de potenciales visitantes a esa marginada zona.

Otra queja es la evidente desatención de políticos y gobernantes, ejemplifican con el caso del “diputado Topete”, quien llegó al Congreso por el distrito VI –que incluye a la Salada– y que nunca los recibió en el edificio del legislativo.

Ahora Elí Topete es el candidato del PRI a la Alcaldía y según Julio Favela, del Comité de Vigilancia del Ejido Tigres del Desierto, “debería de regresar todo el dinero que ganó como diputado”, por no haber hecho nada a favor de la comunidad.

COBRO POR INGRESAR A CASA

Según Julio Favela, ese camino natural de  acceso a la Laguna Salada ha sido utilizado de manera histórica, por años, para bajar el ganado y cruzarlo hacia el norte, hasta el tren que llegaba hasta Yuma vía Westmorland y también con destino a San Francisco y Los Ángeles por el norte, pero “esa señora privatizó ahí”, dice en alusión a  la señora Amparo Flores Mendoza, la viuda de Celestino Salcedo Monteón –ex dirigente nacional de la Confederación Nacional Campesina, fallecido en el 2004–; quien desde hace varios años se ha encargado de cobrar cien pesos por la entrada a la Salada en función de que es propietaria del lote donde el ayuntamiento construyó el acceso a la Laguna para el concierto de Pavarotti en octubre del 2003.

“Han sido puras influencias”, asegura Favela en el caso de la zona generadora de conflictos y donde les han negado el “derecho a paso” a ejidatarios, familiares y visitantes.

Muestra una serie de documentos, como una carta enviada al Gobernador del Estado –fechada en marzo del 2011– donde denuncian la irregular situación por el cobro que incluye hasta a los visitantes del Cañón de Guadalupe. Favela asegura que existen cerca de 300 ejidatarios y que en un momento dado hasta escuela tuvo esa zona, en tiempos en que se sembraba trigo, alfalfa y uva.

“Hoy esa gente está muy quebrada, no tiene ni manera de ir, pero el Delegado no quiere que se haga barullo”, expone el ejidatario del Tigres del Desierto. “Ese señor nunca se paró, no conoce la Salada ese Topete, para llegar a él teníamos que pasar por dos secretarias y a la hora de la hora ya se había ido”, refiere en alusión al ahora precandidato del PRI a la alcaldía de Mexicali.

Apenas la semana pasada peritos independientes realizaron una serie de mediciones en el acceso a la Salada precisamente para delimitar la posesión de los terrenos, sobre todo en la entrada, pero hasta el momento no hay resultados de esos estudios.

“La principal petición es el libre acceso a los dos caminos viejos”, dice Favela sobre la entrada “Pavarotti” y la aledaña –por donde llegan para las carreras– donde ya implementaron con cobro permanente. Este último peaje lo hace un señor de nombre Carlos Gálvez, quien según Favela es “el barrendero ahí en la CNC”.

ZONA DE COBRO

Daniel Romero Romero, titular de la Delegación Progreso, explicó que hace un par de semanas acudieron a esa instancia ejidatarios de Luchadores del Desierto, quienes le plantearon la inquietud, ya que se venía Semana Santa y la afluencia de visitantes se vería disminuida de seguir con los cobros de acceso implementados por la dueña del terreno de la entrada, Amparo Flores Mendoza.

“Ella tiene la posesión del acceso Pavarotti, ese acceso se lo arregló Jaime Díaz”. Refiere el representante del Ayuntamiento en esa Delegación Municipal en relación al pavimento instalado en esa zona y el cobro de 100 pesos por cruzar por ahí. “Ella dice que es su posesión y que de eso se mantiene”, explica el Delegado.

Pero a un lado hay un acceso rústico y el dueño ha manifestado su disposición para abrirlo, aunque hay discusión sobre la propiedad de esa parte que también reclama la viuda de Celestino Salcedo. Y una entrada más, la del oeste, donde el que cobra es Gálvez.

Por todo eso el ayuntamiento tuvo que intervenir para realizar un deslinde con personal de Administración urbana, el cual hasta el momento no se ha concluido. Romero parece cauto en cuanto al cobro implementado por la señora Amparo y la legalidad de éste, dice que desde la delegación municipal se ha enfatizado en cuanto a la exención para los ejidatarios de la zona que deben cruzar por ahí y asegura que se ha hecho el compromiso para que se cobre solo a visitantes y turistas.

De los proyectos para la zona, Romero explica que el año pasado se buscó el apoyo federal para proyectos productivos, acudiendo ejidatarios que pretendían sembrar palma y nopaleras, pero “lamentablemente no prosperaron esas solicitudes”. Dice que la delegación fungió como ventanilla única y de ahí se turnaban los proyectos a la Coordinación de Delegaciones para a su vez enviarlas a las dependencias federales, pero no hubo respuesta.

“Han estado abandonados”, asume Romero Romero en relación a la precaria situación de todos esos ejidatarios, quienes se quejan hasta del desplazamiento del acceso a los pozos de agua. El delegado municipal sostiene que se ha comprometido con los ejidatarios para implementar un acceso a la Laguna –con maquinaria del ayuntamiento– para que tengan una entrada digna y sin costo.

La otra parte sería seguir con la promoción para poder concretar algunos proyectos productivos.

Sustentable

“Se trata de sectores primarios de la economía que han quedado marginados por las políticas neoliberales”, asume Guadalupe Acuña, miembro del Consejo para el Desarrollo Económico y Sustentable de la Salada (Codessal) y quien también se ha involucrado en apoyo a las comunidades pesqueras de San Felipe y El Golfo y a la zona de La Rumorosa.

Acuña comenta que –en el caso de la Laguna Salada– se trata de una cuenca hidrológica que cuenta con un acuífero cerrado y que según los últimos estudios, tiene 16 millones de metros cúbicos de agua. Refiere que esa zona en los ochentas estaba desarrollando proyectos productivos exitosos –uva, pasa, hortalizas– con un sistema propio de extracción de agua.

“Se desmontó el sistema institucional que existía, el sistema de financiamiento a través de Banrural, toda esa asesoría técnica se desmontó, todo  igual que en otras regiones”, dice en relación a la implementación de las políticas neoliberales por el régimen de Carlos Salinas de Gortari.

Menciona otro ejemplo: la carretera que lleva hasta el Cañón de Guadalupe a la que se le dejó de dar mantenimiento. “Aquí hay un fenómeno en Baja California que está afectando mucho las zonas rurales, las tiene postradas en el atraso ya que en la entidad desaparecieron las Juntas Local de Caminos”, dice en relación a que aquí nadie se encarga de los caminos rurales.

La opción supletoria fue la Promotora Estatal –que ahora hace de todo y de nada, afirma– y en zonas como Tecate esa instancia es inexistente, igual en Ensenada y los ayuntamientos no pueden entrarle al tema porque financieramente todos están quebrados.

Para Acuña, de resolverse el problema de acceso –con caminos en buen estado– se resuelve en buena parte el problema de los ejidatarios de la Laguna Salada. “Lo que necesita es un programa de reordenamiento que establezca claramente cuáles son las dotaciones, los usos del suelo, los accesos, los caminos principales y secundarios”. Asegura el promotor, por eso considera que hace falta un programa de gran visión.

Comenta que entre los planes municipales ya se ha considerado a La Salada como una región, al incluirla por el Comité de Desarrollo Económico de Mexicali. “La propuesta que hay es que la Salada sea desarrollada con una visión sustentable”, considera Acuña, quien enfatiza que el reto principal en estos momentos es proteger el acuífero, aunque actualmente no hay programas para el aprovechamiento de esa agua. Como es una zona muy marginada, las autoridades le han sacado la vuelta”, sintetiza Acuña Álvarez.

ABANDONADOS

Para el dirigente de la CNC en Mexicali, Francisco Porras, la situación de la Laguna Salada es de completo abandono. “Tenemos más de 40 años olvidados y no vemos ninguna mano de ningún tipo de gobierno”, asume el dirigente, quien es miembro del Comisariado Ejidal de esa zona, ahí en el Ejido Francisco Villa.

Dice que han solicitado un acceso adecuado ante la Secretaría de Comunicaciones y Trasportes, en el Estado, en el Municipio, pero hasta la fecha no ha habido respuesta. “Somos doce ejidos, somos mexicanos y nosotros nos sentimos marginados”, asume el dirigente quien calcula en cerca de 300 los ejidatarios. “Es una de las zonas vírgenes, que no se ha explotado, estamos sentados en un manto acuífero muy rico en agua, pero curiosamente la Conagua nos ha cancelado la concesión de los pozos”, comenta en relación a los procedimientos burocráticos de la dependencia federal.

“Vemos que el presidente de la república está haciendo pronunciamientos de la cruzada contra el hambre y habla de proteger la soberanía alimentaria del país, pero sinceramente no vemos que haya esa voluntad de parte de los gobiernos”, afirma el dirigente cenecista, quien asegura que ahí en la Salada hay plantíos de olivo, de tomate, de dátiles, de nopales y de ajo.

Pero comenta que han sentido el trato diferenciado –con los productores de olivo por ejemplo– ya que el resto delos ejidatarios ni siquiera tiene acceso a un apoyo para un sistema de riego tecnificado. “Hasta ahorita no hemos tenido ninguna respuesta”, sintetiza el dirigente.

Dice además que ha habido propuestas de organismos internacionales –como el Banco Mundial y la ONU– con proyectos para la Salada, pero no han podido acceder a ese apoyo porque no tienen la “certidumbre legal del agua”. “El año pasado tuvimos un acercamiento con una empresa hawaiana que le quería invertir 15 millones de dólares, pero no tuvimos el eco con las dependencias”, asegura el dirigente agrario.

(SEMANARIO ZETA/ Sergio Haro /Abril 15, 2013)

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