Lo anterior tras una depresión por haber sido víctima de una violación a manos de su propio primo, además de enterarse que por el tiempo que ha pasado, la PGJE ya no puede hacer justicia. Fuente: Lapoliciaca
El último atentado contra su vida lo protagonizo a inicios de este mes
cuando consumió una cantidad importante de pastillas que la llevó a
parar a un hospital donde afortunadamente pudieron salvaron la vida.
El lamentable caso comenzó a escribirse cuando la menor, vecina de la Colonia Ojo de Agua, fue de visita a casa de sus primas que viven en la misma calle. Durante su estancia en dicho domicilio, su primo identificado como Luis Antonio Valadez Padilla quien entonces tenía 11 años de edad la “mancillo”.
La madre de la afectada dice que detectó cambios en el comportamiento de su hija, pero no le dio mucha importancia debido a que suponía que eran propios de la edad, hasta que el año pasado los psicólogos descubrieron lo que la menor llevaba a cuestas desde que era niña.
Al cuestionar a la menor del porqué había guardado silencio durante tanto tiempo, esta señaló que el agresor la tenía amenazada con hacerle más daño a ella y a sus papás si comentaba lo que había pasado.
Pero la etapa crítica surgió cuando en Diciembre del 2012 los padres lograron convencer a su hija de acudir a la PGJE para levantar una denuncia, y al enterar de los detalles al Ministerio Público, este les comentó que ya no se podía hacer nada ya que el delito había prescrito.
A partir de entonces la menor cayó en una severa depresión no solo porque ya no se podía hacer justicia, sino porque asegura que su agresor y familia de este se han burlado de ella.
El único recurso que le ha quedado a la madre de la menor, es hacer una denuncia pública que sea de utilidad para los padres con hijos pequeños a quienes aconseja no menospreciar los comentarios, cambios en el comportamiento y conducta de sus hijos a fin de detectar a tiempo un posible delito.
El lamentable caso comenzó a escribirse cuando la menor, vecina de la Colonia Ojo de Agua, fue de visita a casa de sus primas que viven en la misma calle. Durante su estancia en dicho domicilio, su primo identificado como Luis Antonio Valadez Padilla quien entonces tenía 11 años de edad la “mancillo”.
La madre de la afectada dice que detectó cambios en el comportamiento de su hija, pero no le dio mucha importancia debido a que suponía que eran propios de la edad, hasta que el año pasado los psicólogos descubrieron lo que la menor llevaba a cuestas desde que era niña.
Al cuestionar a la menor del porqué había guardado silencio durante tanto tiempo, esta señaló que el agresor la tenía amenazada con hacerle más daño a ella y a sus papás si comentaba lo que había pasado.
Pero la etapa crítica surgió cuando en Diciembre del 2012 los padres lograron convencer a su hija de acudir a la PGJE para levantar una denuncia, y al enterar de los detalles al Ministerio Público, este les comentó que ya no se podía hacer nada ya que el delito había prescrito.
A partir de entonces la menor cayó en una severa depresión no solo porque ya no se podía hacer justicia, sino porque asegura que su agresor y familia de este se han burlado de ella.
El único recurso que le ha quedado a la madre de la menor, es hacer una denuncia pública que sea de utilidad para los padres con hijos pequeños a quienes aconseja no menospreciar los comentarios, cambios en el comportamiento y conducta de sus hijos a fin de detectar a tiempo un posible delito.
(ZOCALO / Agencias /13/12/2013 - 10:56 PM)
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