sábado, 14 de diciembre de 2013

CAEN 7 POLICÍAS ACUSADOS DE ABUSO, ROBO Y TORTURA




Siete policías municipales fueron arrestados, mediante una orden de aprehensión girada por el Tribunal de Garantía desde el pasado 30 de noviembre, por los delitos de tortura, abuso de autoridad, uso ilegal de fuerza pública y robo calificado, cometidos en perjuicio de los integrantes de una familia, entre ellos tres menores.

Los hechos denunciados ocurrieron el día 15 de diciembre de 2012, según la recomendación 19 /2013 que emitió la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) el pasado 27 de septiembre, contra el entonces presidente municipal, Héctor Murguía Lardizábal.

Ese día, al menos 10 policías allanaron el hogar de la familia Muñoz Ayala y vejaron por igual al padre y la madre e incluso a tres menores de edad.

Ayer, en colaboración con la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM), agentes adscritos a la Unidad Órdenes de Aprehensión de la Fiscalía General del Estado (FGE), procedieron al arresto de los siete polipreventivos.

Lo anterior tras la judicialización de la carpeta de investigación integrada por el agente del Ministerio Público de la Unidad Especializada en Delitos cometidos contra el Servicio Público y el Adecuado Desarrollo de la Justicia.

De momento, tres oficiales se encuentran prófugos y son buscados por las autoridades investigadoras; estos elementos ya no se encuentran laborando en la SSPM, informó Arturo Sandoval Figón, vocero de la Fiscalía estatal en la zona norte.

Los agentes arrestados son Yolanda Molina Sánchez, de 44 años; Rosalío Varela Zamora, de 46; Raúl Domínguez Gómez, de 31; Alejandro Solís Cruz, de 33; José Bernardo Mote Rodríguez, de 39; Julio Alberto Quintero Zapata, de 40 y Jaime Albero Moreno Montoya, de 33, quienes esta mañana serán presentados en la audiencia de vinculación a proceso.

Los agentes preventivos fueron suspendidos de sus funciones hasta que se resuelva su situación procesal.

De ser vinculados a proceso se quedarán en prisión preventiva a solicitud del Ministerio Publico porque los delitos que se les imputan –como la tortura- son graves, precisó Sandoval Figón.

Si después del proceso son exonerados de responsabilidad por el juez de Garantía, la SSPM deberá reincorporarlos a sus funciones y pagar los salarios caídos, según establece el reglamento interno de la corporación.

INVESTIGAN A 300 ELEMENTOS

Sandoval Figón advirtió que existen varias carpetas de investigación abiertas de un año atrás contra policías que son investigados por delitos no graves como el abuso de autoridad y graves como la tortura y la violación sexual, las cuales están por ser judicializadas.

“Todo lo que se hizo o lo que se hace va a tener una consecuencia y pronto”, dijo días atrás el secretario César Mario Muñoz Morales, con relación a las documentadas violaciones a los derechos humanos cometidos por el personal operativo de la SSPM con su predecesor Julián Leyzaola Pérez al frente.

Más de 300 elementos de esta Secretaría, muchos de ellos aún en activo, son investigados por la Fiscalía General del Estado (FGE), dijo Gustavo de la Rosa Hickerson, visitador de la CEDH e integrante de la Mesa de Seguridad.

Refirió que durante la pasada administración municipal más de 300 oficiales fueron denunciados y son investigados por la comisión de delitos que van desde el abuso de autoridad, cohecho, lesiones, tortura, homicidio, desaparición forzada y ejecución extrajudicial, entre otros actos ilegales.

HACE POCO MÁS DE UN AÑO DE LA PESADILLA

El 15 de octubre de 2012, Luz Imelda Ayala Córdova, la madre de la familia vejada por los preventivos, recordó que eran entre 10 y 11 de la noche y escucharon ruidos en la parte trasera de su casa. Todos se agazaparon en la recámara matrimonial mientras los cuatro perros chihuahua ladraban bajo la cama.

La familia escuchaba fuertes ruidos en el patio de la casa pues estaban forzando el portón, rompían vidrios y los gritos de los ‘invasores’ se escuchaban cada vez más cerca, casi dentro de la casa.

Luego, policías municipales sorprendieron a la asustada familia.

“Me sacaron del cuarto arrastrándome del cabello hasta donde está la sala, una mujer policía me puso bocabajo encima de la orilla del sillón y ahí me estuvo golpeando y diciéndome muchas groserías”, dijo a El Diario el pasado 5 de noviembre Luz Imelda, de 40 años.

Una oficial le cortó la respiración con una bolsa de plástico del súper que le ponía en la cabeza por prolongados segundos. La asfixiaba.

En la primera oportunidad que tuvo alcanzó a tomar aire y vio que era golpeado su esposo Jesús Muñoz Rocha, de 34 años; su hijo de 16 estaba esposado. A ellos los torturaban de la misma manera.

La madre buscó en la habitación a sus niñas de 11 y 13 años. Cuando la arrastraban a la sala alcanzó a ver que a ellas las encerraban en el baño, sin que los oficiales consideraran las súplicas de las pequeñas para que no les pegaran.

De rodillas, a la madre le faltaba el aire y le sobraba el miedo. “Ya no podía respirar. Mordí la bolsa con los dientes para poder respirar”, dice.

Con las encías sangrando a causa del esfuerzo de romper la bolsa, inhaló una bocanada de aire, lo que enfureció a la oficial excedida de peso y pelo teñido de rubio. “Pinche vieja, ¿estás respirando?”, le gritó la agente.

“Entonces pidió otra bolsa y me la empalmaron encima. Trataba de morderlas para respirar pero no podía. Entonces ella (la oficial) me puso sus manos enfrente de la cara y su pierna en la espalda para ahogarme. Me decía ‘estás respirando’. Me soltó porque yo ya no me moví, me quitó las bolsas y sacaron una pistola y me la pusieron en la cara”, dice.

Fue entonces cuando la madre vio que su esposo y su hijo estaban casi sin sentido con bolsas en la cabeza.

En ese momento ella gritó: “sí, acepto todo lo que tú quieras, pero a mis hijos y a mi marido déjenlos en paz”. Se rindió.

Esta narración forma parte de las 17 hojas que contiene la recomendación 19 //2013 que el 27 de septiembre emitió la CEDH contra el entonces presidente municipal Héctor Murguía Lardizábal.

HASTA LOS PERROS SE LLEVARON

El organismo derechohumanista encontró suficientes elementos de prueba para presumir daños a la propiedad, allanamiento de morada y lesiones, aunque la familia denuncia actos de tortura.

De la cochera sacaron una camioneta que estacionaron en la calle y luego los sacaron a ellos, no sin antes golpearlos de nuevo. Hasta los perros se llevaron. La madre vio cuando a las niñas las subían a su camioneta que era conducida por un policía.

Sus vecinos suplicaron a los agentes que les dejaran a las pequeñas.

También llegó el mayor de sus hijos y dijo que él se hacía cargo de sus hermanas, pero los agentes rechazaron poner en libertad a las dos menores de 11 y 13 años.

“Nos dijeron que íbamos todos detenidos y nos llevaron en las patrullas 335, 525, 125, 302, 303, 304, 325, donde estaban cargando todas las cosas que sacaron de mi casa, parecían camionetas de mudanza”, narra la madre de familia que presentó la denuncia ante la CEDH.

Toda la familia fue a parar a la estación de Policía Universidad, donde la juez de Oficialía Jurídica y Barandilla, Lizet Lugo Acosta, consignó ante el Ministerio Público Federal a los cinco integrantes, incluidas las dos niñas de 11 y 13, así como al adolescente de 16, por el delito de posesión de un arma de fuego calibre 9 milímetros.

Poco después de las 4 de la mañana la autoridad federal recibió a la familia en las instalaciones ubicadas en la avenida Hermanos Escobar.

“Cuando llegamos nos tuvieron afuera esperando a que abrieran. Adentro nos quitaron las esposas y entonces el licenciado (de PGR) le dijo al policía que por qué a esos menores, que si había quién los estaba reclamando por qué los traían de arriba para abajo toda la noche, que por eso podía ir a la cárcel. Entonces el policía municipal se soltó llorando”, recuerda la quejosa.

La mujer que se declaró culpable de la posesión del arma que, afirma, le sembraron, obtuvo su libertad con una fianza de 20 mil pesos.

El vocero de la FGE informó que fue abierta la carpeta de investigación 2806-025831/2012. El expediente menciona la actuación de los agentes Julio Alberto Quintero Zapata y José Bernardo Mote Rodríguez, que firmaron las remisiones 61870D y 61871D, quienes continuaban laborando de manera normal.

El agente del Ministerio Público César Armando Chacón Martínez, adscrito a la Unidad de Investigación Contra el Servicio Público, abrió la indagatoria en la que también se menciona a Lizet Lugo Acosta, juez de Oficialía Jurídica y Barandilla en turno y quien signó el oficio SA/ DOJB/OJ-2012, mediante el cual puso a disposición del Ministerio Público Federal a la pareja y a los tres menores de edad, según obra en la recomendación.

“Mi niña de 11 años no puede dormir, estamos muy asustados, tememos por nuestra seguridad, eso que nos hicieron nos perjudicó demasiado, hasta salimos en los medios de comunicación con puras mentiras”, concluyó la madre en su relato de terror.

Los Arrestados

Yolanda Molina Sánchez, de 44 años
• Rosalío Varela Zamora, de 46
• Raúl Domínguez Gómez, de 31
• Alejandro Solís Cruz, de 33
• José Bernardo Mote Rodríguez, de 39
• Julio Alberto Quintero Zapata, de 40
• Jaime Albero Moreno Montoya, de 33

LOS DELITOS

Tortura
• Abuso de autoridad
• Uso ilegal de fuerza pública
• Robo calificado
(EL DIARIO /STAFF/  2013-12-13 | 23:33)

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