La presencia del
narcotráfico –explica Martínez– resulta devastadora para la estructura social de
las comunidades, porque llega y desplaza a la gente de sus tierras, la despoja
de sus casas, y por miedo deja de sembrar o abandona sus pueblos, y al mismo
tiempo, ante el desempleo y la falta de opciones, atrae a los jóvenes y
adolescentes rarámuris porque les ofrece trabajo, los lleva a plantar, les
reparte dólares.
Seducidos por esa vida, adolescentes y jóvenes, que van
de 16 a 20, años terminan rechazando su identidad.
Este sacerdote
cuarentón, de carácter jovial, traductor de La Biblia del hebreo al rarámuri, no
habla de oídas; le consta, lo ha visto, lo ha vivido: varios de quienes hoy se
pasean por Creel y sus alrededores en las trocas con vidrios polarizados, música
a todo volumen y armados hasta los dientes, asistían con él al catecismo cuando
eran pequeños.
Reconoce que la situación le duele y lo frustra: “me duele
por la vida, porque sé que tarde o temprano van a matarlos, y me frustra porque
la situación en la sierra Tarahumara, las expectativas que les ofrece, son muy
poco o nada. Para ellos es más importante traer el arma, la troca, el dinero,
para sentirse poderosos”.
Bendiga nuestras armas, padre
Cuenta que
el pasado 12 de diciembre, un grupo de ellos lo detuvo cuando transitaba de una
comunidad a otra. Le pidieron que bendijera sus armas: me negué rotundamente;
les dije: los bendigo a ustedes, si quieren, para que Dios los cuide y para que
no las usen, pero las armas no.
Insistieron:
–Ande padre, ya bájele,
si en la película El infierno las bendicen. Además, nosotros no somos los que
andamos extorsionando, nosotros nada más en el jale.
Lo dejaron continuar, pero más
adelante volvieron a detenerlo: “me dijeron: ‘bájese, porque queremos que usted
estrene nuestras armas’”.
No eran cuernos de chivo, eran lanzagranadas:
les dije, voy saliendo de la comunidad, la gente está reunida en la iglesia, si
disparo se van a asustar, no se vale muchachos. Hasta que se me ocurrió decirles
que era día de la Virgen de Guadalupe y que todavía iba a andar bautizando.
Entonces me dejaron ir.
Experiencias como la anterior no hacen que Héctor
Fernando Martínez se sienta amenazado o temeroso: la verdad nunca he recibido
una amenaza; les he dicho que no vamos a cerrarles la iglesia cuando tengan un
difunto, pero no vamos a celebrarles misa, porque no queremos ser parte del
corrido. Cuenta que “una vez mataron a un narco importante de aquí y lo llevaron
a la iglesia; le hicieron un corrido de que el pueblo llora y las campanas
repican; y uno pasa a ser parte del paisaje. No queremos prestarnos a
eso”.
El problema de inseguridad en Creel no se reduce a la presencia de
los grupos armados, lo más complicado es que se encuentra entre dos fuegos: de
un lado está el cártel de La Línea, y del otro el de Sinaloa. Creel es, como ya
ha sido, el campo de batalla.
Entre las pocas maneras que el sacerdote ha
encontrado de responder a esta situación está el deporte, particularmente el
futbol (le va al Guadalajara). Sin embargo, en todo Creel nada más existe una
cancha, de futbol rápido: hemos tocado puertas, le hemos dicho al gobierno que
urgen espacios porque los chavos no tienen nada qué hacer y, claro, entran los
sicarios a Creel con sus armas y los ven con admiración, y a pesar de todo lo
que se dice, no hay un programa oficial, una estrategia para contrarrestar
esto.
Los fuereños sólo pueden constatar lo evidente: las miradas
furtivas en el camión de pasajeros que hace el viaje en cuatro horas y media de
Chihuahua capital a Creel; los relatos del vendedor de burritos en un pueblo
intermedio que cuenta –sin que medie pregunta– que antes se dedicaba a vender
piratería pero que los integrantes del crimen organizado le empezaron a cobrar
rentas muy altas; los conductores de las trocas con vidrios polarizados que
disminuyen la velocidad y emparejan el paso de quienes les resultan extraños o
desconocidos.
Ante este panorama, el párroco de Creel tiene una
convicción que expresa con serenidad: no nos vamos a dejar
amedrentar.
Arturo García
La Jornada
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