lunes, 14 de octubre de 2013

LÍDERES OBREROS, CADENA DE CORRUPCIÓN

Leonardo Rodríguez Alcaine. Que regrese… la lana.
Desde hace algunos años, grupos de trabajadores jubilados de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) han estado demandando, tanto a la paraestatal como al Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), el pago de sus aportaciones al Fondo Mutualista, que les ha escamoteado durante lustros.

Algunos grupos han ganado juicios millonarios, aunque en la mayoría de los casos, a pesar de las sentencias a favor, no reciben el dinero porque los recursos del fondo “desaparecieron”.

Desde la muerte de Leonardo Rodríguez Alcaine, en agosto de 2005, se hablaba ya de un desfalco con el dinero del fondo, de decenas de miles de millones de pesos, pero fue en 2012 cuando se difundió la noticia de que el Fondo Mutualista de los 96 mil trabajadores que conforman el sindicato, había desaparecido.

Se tomó entonces, en la Comisión Permanente de la Cámara de Diputados, un punto de acuerdo para que cuatro secretarías del Gobierno federal informaran sobre los destinos del fondo, pero la nueva legislatura no retomó el tema o no lo ha hecho hasta ahora.

Se dijo entonces que los montos del fondo, con capital y rendimientos actualizados alcanzaban, en esos días, a la friolera de 638 mil millones de pesos.

Una historia similar se vive en el sindicato minero, donde se acusa al ex dirigente nacional, Napoleón Gómez Urrutia —hijo de  Napoleón Gómez Sada—, de echarse a la bolsa 54 millones de dólares de un fondo de los trabajadores que pasaron a un fideicomiso y que de la noche a la mañana desapareció.

En los dos casos —y puede decirse lo mismo de la maestra Elba Esther Gordillo hasta su detención y encarcelamiento y de Carlos Romero Deschamps, el líder del sindicato petrolero—, el atraco a los trabajadores se ha dado con la complicidad de las autoridades federales. Empiezan con modificaciones contractuales y ambos, paraestatales y sindicatos, terminan hermanados en la mugre… a costa del patrimonio de los trabajadores.

No hay diferencia: contra la ruina de la clase obrera, minera, magisterial, se erigen riquezas descomunales de sus líderes, balconeadas una y otra vez en medio del cinismo y la protección de los distintos gobiernos, de todos los cortes, hasta que alguien se sale de las esferas del poder y deben sacrificarlo. Romero Deschamps y su hija; la maestra Elba Esther y sus hijas y sus yernos y, en su momento La Güera Rodríguez Alcaine y su esposa, todos han sido expuestos revolcándose en sus miles de millones sin que la justicia los alcance nunca. La desgracia de Elba Esther Gordillo —hay que aclararlo— no es un caso de justicia, sino producto de una vendetta de los que detentan el poder contra alguien que ya no les era útil. Dibuja la pobreza política del país el hecho de que, para que camine la más importante reforma educativa, tenga que estar en la cárcel quien fuera durante más de 20 años la máxima líder del sindicato de maestros.

Pero ese es el país que hemos construido y esos son los líderes sindicales que hemos tenido desde que se inventó el corporativismo.
La demanda de los trabajadores jubilados de la CFE no va a prosperar si otros actores, más allá de la empresa y del sindicato, no asumen su responsabilidad. En julio del año pasado la Comisión Permanente tomó un punto de acuerdo para que la secretarías de la Función Pública, del Trabajo y de Energía, junto con la propia CFE, informaran con claridad cuál había sido el destino del Fondo Mutualista. Pero nada ha pasado hasta ahora y el dirigente nacional del sindicato, Víctor Fuentes del Villar, sigue gozando de la impunidad que ha arropado durante décadas a los dirigentes sindicales en nuestro país.

El acuerdo del SUTERM con la paraestatal para desviar el Fondo Mutualista hacia un seguro de vida lo tomó Leonardo Rodríguez Alcaine. Cuando el líder cetemista murió en agosto de 2005, salió a flote su fortuna, evaluada en más de 5 mil millones de pesos solo en lo que lograba verse por encimita. La prensa reveló entonces mansiones evaluadas en millones de dólares, una colección de vehículos de lujo, entre ellos Mercedes Benz, Corvette y BMW; una flota de barcos camaroneros en Guerrero, un rancho en Texcoco con animales exóticos, caballos pura sangre y armas. Un líder sindical viviendo como un burgués.

Bola y cadena

EN SINALOA HAY PEQUEÑAS réplicas de esa corrupción y encarnan sobre todo en el exgobernador Juan Millán Lizárraga, un locutor de radio que se encumbró en la política a través de la CTM, “dedo chiquito” del viejo Fidel Velázquez y que usó el poder para enriquecerse sin pudor, al grado de aliarse hasta con el diablo para lograr sus fines.

Sentido contrario

DEL GABINETE DE SEGURIDAD del Gobierno federal trasciende que se han hecho ya cuatro operativos para capturar a Rafael Caro Quintero pero que no han tenido éxito. Mientras, el narco de La Noria, Badiraguato, dice a sus amigos que “gavilán que agarra y suelta no es gavilán”.

Humo negro

MUCHAS HEBRAS HABRÁN de salir del mentado gasoducto, orgullo del malovismo-labastidismo, pero cuestionado ya en su pertinencia. Muchas.
 
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