lunes, 17 de junio de 2013

EL NARCO EN LAS ELECCIONES DE SINALOA

Campañas. Las huellas del narco.
No es fácil demostrar los vínculos de los políticos con el narcotráfico y a menudo las percepciones solo quedan en eso. Los datos duros que existen y que siempre caen a las redacciones casi nunca son publicables porque no se pueden demostrar, las fuentes siempre o casi siempre son anónimas y cuando alguien lo afirma no aporta datos concretos. 

Más aún, la fuente más cerrada para revelar esta clase de información, por algún código que todavía no se ha roto, es siempre la que se encuentra del lado de los narcos-narcos.

Pero eso no significa que esta relación llamada narcopolítica no exista. Quien lo niegue, casi por regla, algo esconde. Hoy por hoy, al calor de las campañas, sobre todo los priistas aparentan desdeñar el tema, a pesar de que fueron ellos mismos víctimas del poder del narco en las elecciones de 2010 cuando, paradójicamente, les dio la contra por lo menos en cuanto a la contienda por la gubernatura. Ahí están los rastros, las pisadas, las historias y hasta los números que no mienten.

Con menos tensión que las elecciones por la gubernatura de hace tres años, los narcopolíticos están ahí, de nuevo, pero con camisas distintas pues ayer vestían de azul y ahora de verde. Y al revés, quienes en la elección pasada se beneficiaron del poder terrorífico de los narcos y de su dinero, ahora lo tienen como enemigo.

Lo que debe quedar claro es que no hay elección, desde hace mucho tiempo en Sinaloa, donde el narco se quede fuera de las jugadas. Desde la designación de candidatos están ahí, proponiendo, presionando, amenazando, apoyando con recursos.

Hace tres años le dijeron a Jesús Vizcarra que no lo querían de candidato. Y se lo mandaron decir al gobernador Jesús Aguilar. No queremos a Vizcarra. Pero ya estaba muy avanzado el proyecto del empresario de la carne y nadie retrocedió. 

Ni el pretenso ni su padrino, Jesús Aguilar. Y se la jugaron hasta el final. Los mensajes llegaron de la mafia. Nada con Vizcarra. Y se salieron con la suya. Estaban engallados. 

En la Alianza por el Cambio, encabezada por Mario López Valdez, confluyeron hombres como Jesús Manuel Patrón y Óscar Félix, los dos identificados con los intereses narcos en el Valle de San Lorenzo.

Nunca los escondieron, solían pasearse por el tapanco en los mítines, presumiendo su presencia en el proyecto del “cambio”, mezclados con panistas de cepa y perredistas desempleados. Y fue en sus zonas de influencia donde los brigadistas de Vizcarra Calderón fueron más acosados, amenazados, al grado casi de la inmovilidad, lo cual se vio reflejado en los resultados de la elección si se revisa casilla por casilla.

Si se piensa que porque ahora hay menos presión —debido a que es una elección intermedia— el narco está ausente, es un error. Por el contrario, nunca en la historia de Sinaloa se había sentido tan fuerte la presencia del narcotráfico en un proceso electoral. 

Y esto es por la sencilla razón de que el narco ha avanzado de ser una mafia a la que solo le interesaba el negocio de las drogas y el control de las policías, a una que está metida en todas las áreas del Gobierno con el mismo fin que justifica su existencia: el dinero.

En eso han aprendido algo de los italianos. Ahora controlan parte de la obra pública pero les interesa el control absoluto, acaparan los rellenos de terrenos urbanos para los desarrollos, desplazando a las centrales tradicionales del transporte, se metieron a los negocios en el Sector Salud, ya no se diga los que se hacen a través del agrícola.

Pero no les es suficiente. Los narcos quieren el control total del Gobierno. No lo tienen ahora a pesar de que todo indica que su influencia en él es evidente. Malova no fue un proyecto de los narcos pero se subieron al tren en marcha. No les ha ido mal, pero lo quieren todo. Saben que lo pueden conseguir y trabajan en su proyecto. 

Por eso es inexcusable su presencia en estas elecciones, aunque su pisada ahora sea más fina, por lo menos sin tanto aspaviento. Eso hasta ahora: nada se puede adelantar por lo que ocurra de aquí al 7 de julio.

Bola y cadena

MUCHAS ACTITUDES HA TENIDO el gobernador que rayan en el ridículo, pero los ciudadanos, aunque ya no lo festejan, han aprendido a decir “bah, así es Malova”. Pero lo que hizo el jueves durante el festejo del santo de Antonio Toledo Corro de veras es un exceso que toca las orillas de la demencia. Saludar de forma marcial al exgobernador —ni él ni el otro tienen formación castrense— puede tomarse como un chiste, pero decirle a Toledo Corro que está dejando un legado para la humanidad es, de plano, una locura.

Sentido contrario

PARA MANDAR UN MENSAJE de fuerza se llevó a cabo en Los Mochis la reunión del Gabinete de Seguridad Estatal, con el apoyo de las fuerzas armadas, pero luego los delincuentes les dejan dos cabezas en una hielera. ¿Qué sigue?

Humo negro

NO SOLO LOS DE LA VEGA son socios y por lo tanto presuntos responsables de los delitos de secuestro de cientos de jornaleros en Jalisco. También los funcionarios de la Secretaría de Hacienda que, a través del Focir, forman parte del Consejo de Administración de la empresa Bioparques de Occidente. Y el delito de ellos es más grave porque son Gobierno.

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