CHIHUAHUA,
Chih. (apro).- Los violentos sucesos registrados en las últimas 72
horas en diversas comunidades del municipio de Guadalupe y Calvo, en el
centro del llamado Triángulo Dorado, han obligado a sus habitantes a
atrincherarse en sus propios domicilios ante el temor de engrosar las
filas de los muertos.
“Estamos con un miedo, hay mucha impotencia.
Ayer (el domingo) supimos que ejecutaron a ocho. De la cabecera fueron
tres, otros de Terreros, Baborigame y El Nopal; los rumores son que no
salga nadie a la calle; los camiones de pasajeros son revisados
constantemente con la lista de personas que viajan; también regresaron
los secuestros”, informaron algunos pobladores.
La racha de
violencia comenzó el pasado sábado 18, con el asesinato de un menor de
15 años en La Tableta, una comunidad de la región de Baborigame.
El
cuerpo del adolescente, que recibió un disparo en el rostro, fue
entregado a sus familiares, quienes ya habían puesto un reporte de
desaparición. La Fiscalía General Zona Sur minimizó el incidente, dijo
que se trató de una rencilla.
La violencia continuó al día
siguiente, el domingo, con el asesinato de tres personas más en Las
Gallinas: Valentín González López, de 61 años; Daniel Molina Vargas, de
24, y Anastasio González Ramos, de 68.
Los cuerpos de las víctimas fueron encontrados a un lado de la carretera Parral-Guadalupe y Calvo, a la altura del kilómetro 8.
Anastasio
y Daniel tenían un impacto de bala cada uno, mientras que a Valentín
González le cercenaron la cabeza y las extremidades inferiores. En el
lugar del crimen, las autoridades encontraron una alcancía con monedas
antiguas.
El pasado lunes 20, las muertes continuaron: Tres
personas fueron ejecutadas en la Mesa del Arroyito, de la sección de
Baborigame. Las víctimas son: Andrés García Ayala, de 64 años, Josefina
Torres Castillo, de 34, y Miguel Loera Carrillo, de 28.
Según la Fiscalía, el triple crimen fue producto de una rencilla.
De acuerdo con los vecinos de Guadalupe y Calvo, otros dos hombres fueron asesinados ayer en otra comunidad llamada El Nopal.
La
violencia obligó a habitantes de la comunidad de Ojo Frío a huir de sus
hogares, luego de que un grupo armado tomó el poblado, quemó viviendas y
un aserradero.
La situación fue atendida por agentes de la
Policía Ministerial de la Fiscalía Zona Sur, quienes corroboraron que el
aserradero fue incendiado y privaron de la libertad al dueño.
Los trabajadores alcanzaron a huir y, según los habitantes de la zona, hay más personas desaparecidas.
Pero la violencia en esa región dominada por el narcotráfico no es de ahora.
El
pasado 20 de abril, cinco hombres fueron asesinados a balazos en
Guadalupe y Calvo; tres de ellos fueron acribillados cuando se
encontraban en la plaza central del pueblo de Mesa San Rafael, dentro
del mismo municipio, en donde se llevaba a cabo un evento deportivo de
voleybol.
La Fiscalía General del Estado (FGE) señaló que antes de
esa triple ejecución un hombre (Narciso Quiñónez Castillo, de 24 años
de edad) fue ultimado después de ser perseguido por un comando en el
camino que conduce del pueblo de Cieneguita a Mesa San Rafael.
Tras
perpetrar ese homicidio, la misma célula de pistoleros se trasladó
hasta la plaza central de Mesa San Rafael, donde en ese momento se
llevaba a cabo un encuentro deportivo al que asistían cerca de 100
personas. En ese lugar los pistoleros acribillaron a tres hombres:
Celestino Martínez Cano, Ramón Vargas Martínez y José de Jesús García
Vargas, de 36, 42 y 43 años, respectivamente.
El mismo día,
personal del Ejército Mexicano encontró el cuerpo de un hombre (José
Israel Montes Carrillo, de 47 años) en la calle Nueva, en el barrio
Santo Niño, en la localidad de Guadalupe y Calvo.
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