Agencia AP
Matamoros— Al otro lado del río Bravo, justo enfrente de Brownsville,
Texas, hay un refugio para inmigrantes recién deportados de Estados Unidos y
otros transeúntes que aguardan cruzar la frontera.
Una amplia hilera de camas ofrece a los migrantes un lugar para pernoctar
en su larga travesía. Pero el edificio no es lugar seguro en esta zona
controlada por el Cártel del Golfo. Una noche, hombres armados irrumpieron en
el lugar y se llevaron a 15 hombres, a los que probablemente obligaron a
trabajar para la organización delictiva como guardias o mulas, para que
transporten paquetes de marihuana a Estados Unidos.
En estos momentos en que el Congreso de Estados Unidos está debatiendo una
reforma a la ley de inmigración, los congresistas tendrán que enfrentar la
realidad de lugares como este, en que según testigos, el sistema actual para
reprimir la inmigración ilegal engendra un masivo tráfico humano que le suministra
al Cártel una nutrida fuente de ingresos y mano de obra.
(EL DIARIO, EDICION
JUAREZ/ Associated Press | 2013-05-20 | 22:42)
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