Afirma fiscal que se encontraron casquillos diferentes
a las armas utilizadas
Cayetano Osuna/ Riodoce
“A los soldados los
mataron los malandros”, se afirmaba desde el martes 19 de marzo en algunos
corrillos policiacos de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal
(Sspytm) de Mazatlán.
El mismo día, en
otros círculos de la misma corporación policiaca se mantenía la primera versión
de que los agentes municipales habían atendido un reporte del presunto levantón
de una mujer por parte de dos sujetos y que estos se dieron a la fuga en una
camioneta Voyager color arena, por lo que fueron perseguidos desde la salida al
sur del puerto, hasta la colonia 12 de Mayo, donde la supuesta persecución
culminó en choque y muerte de dos personas.
También una versión
policiaca extraoficial no confirmada apuntaba en el sentido de que la mujer
había sido levantada por vender y/o comprar drogas en una supuesta tiendita de
la colonia 20 de Noviembre.
“El novio y/o amigo
de la mujer levantada fue el que reportó el hecho a la Policía Municipal,
pensando que se trataba de miembros de un grupo armado y se instrumentó la
persecución con los resultados ya conocidos”, dijo.
La misma fuente
enfatizó que avisados del levantón, los policías vieron la camioneta Voyager
estacionada en la tienda de autoservicio Aurrerá ubicada en Libramiento Colosio
y avenida Munich, y desde ese momento les habían ordenado detenerse, pero el
conductor del vehículo no hizo caso.
En lugar de pararse,
continúa, el vehículo Voyager enfiló hacia la salida sur, por el Libramiento
Colosio, en la gasolinera que está frente a la empresa Pepsi Cola. Giró a la
derecha y dio al paso superior hacia la avenida Gabriel Leyva Solano.
Encarrilada, agrega,
la camioneta Voyager tomó derecho toda la avenida Gabriel Leyva Solano con
rumbo al centro de la ciudad, pero al llegar a la calle Obrero Mundial intentó
dar vuelta hacia la avenida Juan Pablo II, chocando con el local de venta de
cerveza donde habría ocurrido el supuesto enfrentamiento.
Agentes municipales
cuentan que al lugar de los hechos, entre otras autoridades, llegaron elementos
del Ejército y entre ellos, uno al parecer con grado de coronel, que portaba
chaleco antibalas, había hecho un comentario favorable a la acción de los
policías en el sentido de “eso mis polis”.
La situación se
tornó tensa cuando descubrieron que los dos civiles muertos eran los militares
Nínive Fermín Ramírez y Mario Aquino Quiñones, que ese día estaban francos y
que aparentemente intentaban dar vuelta para llegar hasta la entrada trasera de
las instalaciones de la Tercera Región Militar, ubicada aproximadamente a mil
700 metros de distancia de donde ocurrieron los hechos.
Impacto fulminante
En la esquina donde
se estampó la camioneta Voyager color arena en la que viajaban los militares,
está un letrero donde se lee “Depósito Tecate Six, 12 de Mayo, prohibida la
venta de cerveza a menores de edad y uniformados”.
Ahí en el lugar de
la tragedia, entre ruinas, un niño vecino de la colonia 12 de Mayo, encontró un
diente huérfano de su dueño, que anduvo mostrando orgulloso a sus compañeros
como evidencia del encontronazo del vehículo.
Otro de los
adolescentes, sorprendido del hallazgo de la pieza dental, comentó a su
compañero: “Venían muy recio y no tuvieron tiempo de nada”.
Las paredes del
depósito, con su red de agujeros, de ráfagas de armas de alto poder, mudas
testigos de la balacera, cuentan una historia cruenta, que parece coincidir con
la conjetura del menor de edad que dijo “no tuvieron tiempo de nada”.
Un vecino de la
calle Obrero Mundial contó que serían aproximadamente las dos de la madrugada
cuando estaba despierto esperando oír el ruido del carro de su hijo noctámbulo
que todavía no llegaba a casa, cuando escuchó el estruendo del choque de un
vehículo y en automático gritó: “¡Mi’jo!”, pensando que era su muchacho el que
había chocado contra algún muro.
Quiso salir a
investigar, pero luego de la colisión, escuchó rugir las armas y decidió
esperarse pecho a tierra para protegerse de las balas perdidas.
“Con el impacto del
choque, dijo, las personas seguramente ya estaban muertas, pero sus atacantes
en vez de tratar de revisar el carro y con cuidado mirar si había alguien con
vida, para llevarlo ante la justicia, siguieron disparando esas armas R-15 que
usan y también pistolas”.
“Lo que no es
creíble es que a la mujer que supuestamente los militares llevaban secuestrada
no le haya pasado nada”, sostuvo cuando supo del diente encontrado por el
infante de la 12 de Mayo.
EL OTRO MÓVIL
“Pónganse los
chaleco antibalas porque podría haber represalias”, afirman policías
municipales que les dijo el comandante Jesús Alejandro García Medrado, días
antes de presentar su renuncia como titular de la Sspytm.
La “alerta máxima”
que puso focos rojos en la corporación policiaca, aseguran, fue dada desde
antes del miércoles 20 de marzo. El alcalde Alejandro Higuera Osuna declaró a
los medios de comunicación que los móviles de la muerte de los dos militares
habría sido por “cuestiones sentimentales”.
El diario Noroeste
consignó la teoría de Higuera Osuna: “Puede haber una línea de investigación,
respecto a cuestiones sentimentales, creo que por ahí va el tema”.
“El presidente
municipal —enfatizó el diario— dejó entrever que es posible que la mujer haya
tenido algún tipo de relación con una de las víctimas y uno de los agresores”.
“Hay una testigo muy
importante, que es la mujer, que creo que ella sabe todo, porque al final ella
fue actora”, recalcó.
“Creo que en eso se
debe estar basando la Procuraduría y el juez, las declaraciones que haga la
mujer esta, que a nosotros nos denunciaron que fue levantada”, explicó el
primer munícipe.
En coincidencia y
apoyo con la teoría de los móviles pasionales circuló la versión de que los
militares se habrían llevado a la mujer y fueron observados por una persona que
avisó a un Policía Municipal presuntamente involucrado sentimentalmente con la
fémina, lo que habría originado la tragedia del 18 de marzo.
CAMBIO DE VERSIÓN
Desde el lunes 18 de
marzo, tanto las autoridades estatales como municipales sostenían que los dos
militares portaban armas y que los policías municipales habían repelido la
agresión de aquellos provocando un enfrentamiento.
Por su parte el
general de división Moisés García Melo, comandante de la Tercera Región
Militar, rechazó que los soldados portaban armas, pero que acataría el
resultado de las investigaciones.
El viernes 22 de
marzo, el procurador Marco Antonio Higuera Gómez, rectificando su primera
versión, dijo que no hubo persecución y los militares no dispararon.
Añadió que más
policías podrían estar involucrados. En el lugar de los hechos se encontraron
casquillos que no corresponden a las armas de los siete policías y tampoco a la
pistola que portaban los soldados.
“Dentro del vehículo
no aseguramos casquillos, los cristales estaban subidos, es decir, no había
cristales bajados que pudieran indicarnos a nosotros que hubieran disparado”,
aseveró.
El fiscal sinaloense
confirmó que los soldados viajaban junto con una mujer, pero que se desconoce
la relación que tenía con ellos.
“Ella pidió no
disparar, le ordenan tirarse al piso y se vienen un cúmulo de disparos”, dijo.
CRONOLOGÍA
— 19 de marzo.
Dos mueren asesinados Nínive Fermín Ramírez y Mario Aquino Ramírez, militares
acusados de secuestrar una mujer y andar armados y provocar una presunta
persecución policiaca que terminó en choque y supuesto enfrentamiento entre los
presuntos plagiarios y los policías.
— 20 de marzo.
La fiscalía del estado confirma que soldados privaron de la libertad a la mujer
y que iban armados. El general Moisés Melo García refuta dicha versión.
— 21 de marzo.
Por el doble homicidio de dos militares son consignados ante el juez primero de
Culiacán los agentes municipales Ricardo Amado Lagunes, Edmundo de Jesús Madrid
Carrillo, Francisco Efrén Rodríguez Cervantes y Ernesto Manuel Loyola Llanes.
Dejan en libertad a tres preventivos.
— 22 de marzo.
Renuncia Jesús Alejandro García Medrano, titular de la Sspytm, y el jefe
operativo Jesús Eduardo Paredes Galindo, y en su lugar quedaron Pablo Andrés
Hernández Lizárraga y Felipe Zárate Alemán. El mismo día el procurador Marco
Antonio Higuera Gómez, rectifica su primera versión afirmando que no hubo
persecución y los policías no dispararon.
(RIODOCE.COM.MX/ Cayetano Osuna/ marzo 24, 2013)
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