viernes, 4 de julio de 2014

¡"PEINARÁN" MÉXICO POR LADY HERMOSILLO!



En entrevista para Dossier Político, la señora Luz asegura que el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos le prometió que además solicitará medidas cautelares a la Procuraduría General de Justicia del Estado de Sonora (PGJE) para brindarle protección a ella y a su familia por amenazas de extraños…
 
Hermosillo, Sonora (DP).- Como una acción sin precedente en México, la CEDH Sonora pedirá a las Comisiones Estatales del país que exhorten a la Procuradurías Generales de Justicia reaprehender a Luz Irene Tejón, conocida como “Lady Hermosillo”, tras 7 años de impunidad al atropellar y amputar las piernas de la señora Luz Carrasco Valenzuela.

En entrevista exclusiva para Dossier Político, la señora Luz Carrasco asegura que el miércoles el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos le prometió que personalmente solicitará medidas cautelares a la Procuraduría General de Justicia del Estado de Sonora (PGJE) para brindarle protección a ella y a su familia por amenazas de extraños.

Después de sostener una reunión con Raúl Ramírez Ramírez, quien de manera personal se hizo cargo del caso, la afectada quien posa sobre una silla de ruedas describió que al fin ve una luz de justicia en el camino pues la “Lady Hermosillo” sigue en libertad gracias a la corrupción y tráfico de influencias de su padre, el ex delegado de la Profeco en Sonora Óscar Hugo Rico Garibaldi.

Desde hace 4 años, la señora Luz Carrasco denunció a Dossier Político su caso que ha marcado una de las historias más tristes que exhiben las fallas del sistema de procuración y administración de justicia en México y que gracias a la CEDH Sonora en breve por fin la culpable pagará por su delito.

Dossier Político publicó la denuncia contra la influyente Luz Irene Tejón conocida por medios de comunicación como “Lady Hermosillo”, quien atropellara a tres personas en las calles López Riesgo y Costa de Marfil, en la colonia Casa Blanca en el año 2007.

La señora asegura que la responsable del percance, Luz Irene Tejón, se pasea por Hermosillo y el Distrito Federal con total impunidad a pesar de contar  con una orden de reaprehensión y de tener el compromiso legal de repararle el daño a la afectada, los cuales ascienden aproximadamente a los 2 millones de pesos.

La cantidad obliga a la responsable a cubrir la reparación del daño por el resultado de los gastos que implicó la amputación de ambas piernas, estudios psicológicos, medicamentos, terapias físicas, gastos de traslados y un pago mensual como indemnización de acuerdo a la promedio de vida.

La víctima cita que en los seis años en que duró el juicio con el expediente 396/2008, el cual se fue de amparo en amparo y de apelación en apelación, procedimientos legales que ganó la víctima hasta que salió la sentencia y orden de reaprehensión el 19 de diciembre del 2012 por incumplimiento de la responsable para resarcir el daño.

Afirma además que sufrió un atentado, cuando recogía botes impulsando con sus manos y brazos una silla de ruedas en las calles Arroyo Paredones y La Laguna, en la colonia “Los Arroyos”, una camioneta Cherokee color negro, sin placas, con dos sujetos abordo intentaron atropellarla; los presuntos, incluso se detuvieron para decirle a la denunciante que se desistiera de continuar con el proceso legal en contra de Luz Irene Rico Tejón.

Esta advertencia no detiene a Carrasco Valenzuela quien recuerda con dolor cómo el día del accidente llevaba las piernas destrozadas y al llegar al hospital, le dijeron que sin perder tiempo habrían de amputarle sus piernas.

Platica la afectada cómo las autoridades ministeriales reconocen que existe una orden de alguien con influencias en el Gobierno, pues a su consideración ya debería haberse detenido a la joven para que cumpla su responsabilidad, pero  el caso se ha venido dilatando sin sentido.

Explicó que existe un cheque de 150 mil pesos en la Agencia del Ministerio Público que se le ofrece a Carrasco Valenzuela como pago por los daños y perjuicios causados, pero estos no cubre ni la mínima parte que ha costado el doloroso proceso de recuperación y ahora el de llevar a cabo sus actividades diarias abordo de una silla de ruedas y dependiendo de otra persona para moverse.

LA HISTORIA

Sonora presume de no quedarse atrás en nada. Primer lugar en muchas actividades productivas y muchas virtudes más. Pero la historia de hoy, triste, por cierto, nos llama a "presumir" de contar también con una "Lady de Hermosillo", lo que habla de no pocos saldos pendientes de una justicia sonorense prostituida y al servicio de los poderosos.

La historia surge, cuando, a sus 19 años, en noviembre del 2007, la joven estudiante Luz Irene Rico Tejón, a saber, hija del hasta hace unas semanas delegado de la Profeco en el Estado y destacado militante panista, Óscar Hugo Rico Garibaldi, atropelló y mantuvo durante semanas al filo de la muerte a  la señora María Luz Carrasco Valenzuela.

Por fortuna, la victima vivió para contar esta historia. Una vergonzosa y triste historia que nace de los podridos tejidos del poder político. Es el esquema de un falso poder que nos trajo el Nuevo Sonora con el PAN como bandera.

Maria de la Luz ventila su caso en una visita a Dossier. Lo hace postrada en silla de ruedas, sus extremidades no la acompañan, pero como ella dice: "Perdí las piernas cuando me atropellaron, pero gane dignidad de lucha y la capacidad de darme cuenta lo que pesa el poder político y el dinero, cuando la justicia se presta para que la tuerzan. Lo he vivido y me da pena que vivamos un Sonora así", lamenta mientras un hilillo de lágrimas recorre sus mejillas. Ya de impotencia, ya de rabia, ya de tristeza.

Madre soltera de tres hijos, ya mayores hoy día, luchona hasta el cansancio y sostén de su hogar hasta antes de perder sus piernas, doña María desde su silla de ruedas hoy exige justicia, a casi seis años de haber sido objeto de la imprudencia de una joven hija de un alto funcionario federal en Sonora.

 "Nunca quise casarme para no batallar y preferí sacar adelante a mis hijos sola, mantener a mi madre y a mi abuela que ya murió a raíz de mi caso. Mi misión en la vida eran ellos. Sin piernas, ¿ahora qué hago?, se pregunta con impotencia María Luz.

Ella fue atropellada cuando transitaba sobre la acera de las calles Ernesto López Riesgo y Costa de Marfil, de la colonia Altares, al sur oriente de Hermosillo. La joven Luz Elena Rico Tejón, conducía a exceso de velocidad, no respeto el señalamiento de alto, esquivó un vehículo que circulaba por la libre y perdió el control. La fatalidad escogió como víctima a María Luz y el Viacrucis que vive hasta la fecha resulta harto cruel. Sin piernas y sin el amparo de una justicia que, al menos, le haga la vida más llevadera.

"Las piernas no me las regresarán. Tampoco mi vida es la misma, pero cuando menos quisiera que se castigue a la responsable y pague por lo que hizo. El dinero no me interesaría, pero el juez ha ordenado en su sentencia que me indemnicen por el daño que me causaron a mi y a mi familia", exige doña María Luz.

El caso es que, la victimaria,  Luz Irene Rico Tejón, se encuentra actualmente en calidad de prófuga de la justicia, luego que el juzgado VI de primera instancia de lo penal, obsequió una orden de reaprehensión en su contra, por el delito de lesiones por culpa que ponen en riesgo la vida e incumplir con la sentencia dictada el 24 de octubre del año 2012, bajo el expediente número 396/2008.

En otra sentencia emitida por el Primer Tribunal Colegiado del Primer Circuito del Estado de Sonora, se condena a la joven Luz Irene Rico Tejón a cubrir una pensión vitalicia de seis mil 750 pesos mensuales a su víctima, María Luz Carrasco Valenzuela, como reparación del daño moral causado; además, se le condena a cubrir un adeudo de 378 mil 38 pesos, por concepto de pensiones vencidas a la fecha de la resolución judicial.

EL GOCE DE LA JUSTICIA SELECTIVA

No obstante que existe la orden de reaprehensión en contra de la hoy prófuga, la víctima no ha encontrado justificación por parte de la Procuraduría de Justicia en el Estado que la convenzan del por qué no se ha hecho efectivo el arresto de quien le desgració la existencia, ni por qué la señorita Rico Tejón no ha encarado al juzgador para cumplir la condena que se le ha impuesto.

Por el contrario, la joven ha evadido la acción de la justicia y a la fecha se mantiene en calidad de prófuga, sin que ninguna autoridad estatal indague su paradero. Ni se intente su ubicación por los medios de colaboración con otras instituciones policíacas del país o del mundo.

Por indagatorias propias, y datos filtrados por elementos de la Policía Estatal Investigadora, María Luz ha logrado saber que la joven Rico Tejón se encuentra en México, Distrito Federal, estudiando la carrera de arquitectura en la Universidad Autónoma de México.

Por extraña razón, la sentencia del tribunal de alzada contra la victimaria fue emitida el 24 de octubre del año 2012 y la orden de aprehensión del juzgado sexto de primera instancia en diciembre de ese mismo año, es decir, cinco años después de sucedidos los lamentables hechos.

Baste saber que gracias a la tenacidad de María Luz, que recorrió todos las oficinas del aparato de justicia de Sonora exigiendo la protección de la ley, fue como se inclinó a su favor el proceso penal contra la hoy prófuga, pero no se ha hecho efectiva la resolución del tribunal de alzada.

Harta de ese desprecio a la aplicación de la justicia, doña María narra que en cierta ocasión interceptó al gobernador Guillermo Padrés Elías, y mostrando copia de la sentencia y de la orden de reaprehensión, le hizo saber su caso y demandó justicia para sí.

"El Gobernador se sorprendió de mi situación y llamó al director jurídico (sic), Carlos Espinoza Guerrero y le dijo: 'A ver como la haces para que este cabrón (Oscar Hugo Rico Garibaldi, padre de la joven victimaria) pague lo que debe'.

Pensé que era cierto el interés por que se me hiciera justicia, pero a la fecha no han aprehendido a la joven para que responda por lo que hizo. Su padre, Oscar Hugo, me ha ofendido, me ha humillado y me ha dicho que no le harán nada a su hija porque tiene muchas influencias. Por desgracia, me doy cuenta que tiene razón. ¿En que clase de estado vivimos? Si los que deben de aplicar la justicia la violentan y se ríen de las leyes, cuestiona al aire doña María Luz.

LA NEGRA INFLUENCIA DEL DINERO

Luego de ser atropellada, María Luz cayó en un coma por los golpes recibidos y fue atendida en un hospital privado de la capital, cubriendo los gastos la aseguradora Mapfre Tepeyac, S.A. que tenía contratada la victimaria con cobertura de daños civiles; sin embargo, pasada la crisis comática y amputadas sus piernas, María Luz fue enviada a su casa sin haber cicatrizado uno de sus muñones, lo que ocasionó que volvieran a intervenirla para amputarle otro tramo de pierna, en esta ocasión, por arriba de la rodilla.

La aseguradora, con suma frialdad le hizo saber que no podría seguir atendiendo su convalecencia porque habían agotado el monto del seguro contratado por la familia Rico y se tendría que hacer cargo de los gastos subsiguientes a la operación. Esto vino a desgastar anímica y económicamente a la familia y tuvieron que recurrir a la caridad pública para costear los gastos de curación.

Contrario a ello, lo que supone un alto grado de sospecha de algo turbio, personal de la aseguradora se entrevistaron posterior al accidente con María Luz, y exhibiéndole un formato, le exigieron que firmara el perdón a su victimaria a cambio de cinco mil pesos que aportaría la aseguradora.

La negativa a la intentona de la aseguradora, le costó a doña María humillaciones de todo tipo, pero ella no flaqueó en su lucha por exigir lo que por derecho le corresponde. Y así transitó por cinco largos años enfrentando funcionarios de gobierno, ministerios públicos, empleados de la aseguradora y hasta el director de la Policía Estatal Investigadora.

Y María Luz  no solo recibió insultos  y maltrato moral del personal de la aseguradora Tepeyac cada que exigía atención médica adecuada. También fue maltratada por agentes del ministerio público que hacían caso omiso a su exigencia de procurarle justicia.

El colmo, fue cuando encaró al padre de la joven que la atropelló, Óscar Hugo Rico Garibaldi, siendo aun delegado de la Profeco en Sonora, quien -narra la víctima- le gritó que si lo volvía a molestar "le quitaría hasta la silla de ruedas para que se arrastrara".

Hoy en día, agobiada y hastiada por el desdén con la que ha sido tratada, pero con la fortaleza moral que le da su familia para seguir en su lucha, María Luz ha dicho que no descansará hasta que la justicia se haga presente en su caso.

En la entrevista, lanza un llamado a todas las autoridades para que su caso se resuelva cabalmente y al gobierno exige que ponga un alto a sus perversidades y que la justicia sea pareja para todos y no cómplice de quienes detentan el poder público.

(DOSSIER POLITICO/ Miguel Matty Valdez / 2014-07-04)

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