lunes, 4 de julio de 2016

LA CALMA CHICHA DE BADIRAGUATO


Badiraguato es de Sinaloa el municipio más violento y Escuinapa el más pacífico. Sierra y costa en los extremos. En Escuinapa pueden pasar meses sin que haya un asesinato, en Badiraguato es una rareza un mes en blanco. La última vez que sucedió —en dos meses consecutivos, además—, fue en septiembre y octubre de 2014. Pero hacia atrás y hacia adelante, no pasa un solo mes sin que se cometa al menos un homicidio.

Badiraguato es el municipio más violento porque si se compara la población con el número de asesinatos, no hay entidad de Sinaloa que siquiera se acerque a la tasa en 2015 de 13 homicidios por cada 10 mil habitantes —39 casos en total—. Es también la tasa más alta en el actual sexenio con 14.73 asesinatos al año por cada 10 mil habitantes (Ríodoce 683). En Escuinapa, en 2015 solo hubo cuatro asesinatos, y su tasa por cada 10 mil habitantes no llegó a uno —se ubicó en .73 — y en los primeros cinco años del gobierno actual fue de 1.47.

La conocida mundialmente como la cuna del narcotráfico, por ser tierra de nacimiento de los cabecillas de las principales organizaciones delictivas en México, pierde población en cada conteo del INEGI; la última vez llegó solo a 30 mil habitantes —el municipio con menor población es Cosalá, apenas la mitad de Badiraguato—. Aunque lo mismo sucede en toda la sierra de Sinaloa, son municipios expulsores, al reducirse las oportunidades y carecer de opciones educativas.

Ciertamente en Culiacán hay más asesinatos, 441 solo en 2015, pero la capital tiene 850 mil habitantes. En un estado como Sinaloa, los homicidios diarios se vuelven una macabra normalidad. A tal grado que el día en que no se comete al menos un caso se convierte en noticia. Estamos acostumbrados a que en una ciudad nuestra haya más crímenes que en un país: en Culiacán, por ejemplo, el 2015 pasado se cometieron tantos asesinatos como en Japón, pero el país tiene 126 millones y medio de habitantes, por lo que su tasa es solo de .03, aún más baja que la de Escuinapa. Culiacán cerró el año pasado con una tasa de 5.14 asesinatos por cada 10 mil habitantes.

Esta semana sería la tercera en Badiraguato que no se tiene un solo asesinato. Una calma chicha en realidad. El comportamiento criminal sigue el humor de una gráfica de electrocardiograma, sube y baja caprichosamente. En la sierra también es extraño que los asesinatos lleguen de uno en uno, a veces se presentan por decena. Aun así son ya veinte días y contando, que en Badiraguato no contabiliza homicidios, al menos no oficialmente. La Procuraduría de Sinaloa no ha levantado en estas tres últimas semanas una sola averiguación previa por el delito de homicidio.

Como toda calma chicha, la de Badiraguato es engañosa. El comportamiento delictivo histórico así lo marca.

MARGEN DE ERROR

(La tormenta) Los dos asesinatos más recientes en Badiraguato fueron el 12 de junio pasado en Higueras de los Álvarez. Luego sobrevino la tormenta de mediados de junio que atacó La Tuna, Arroyo Seco y La Palma, cuando un grupo armado incursionó en las comunidades con un número todavía indeterminado de asesinatos, pero de lo que sucedió ahí no quedó ningún registro oficial.

Al gobierno estatal lo que menos le interesa es andar buscando los muertos de las balaceras de mediados de junio. Le altera la estadística, le incrementa el trabajo y lo obliga a responder. Lo más fácil es atribuirlo a rumores, a que los pobladores se salieron del pueblo solo por el rumor de que algo malo iba a pasar.

MIRILLA

(Plumas) Se trata de un debate cíclico y ocioso. Vuelve cada vez que se registra un accidente mortal en un cruce ferroviario y se apaga a la hora de hablar de una inversión millonaria, por cierto, hasta ahora nunca precisada en el monto.

Se trata de una irresponsabilidad clara de conductores distraídos o temerarios que no guardan precaución ni cuidado con el tren. Pero también se trata de una responsabilidad evadida por la empresa y la autoridad federal, estatal y local. Al tiempo que una ciudad como Culiacán podría ganar el récord Guinness por su número de topes, hay cruceros ferroviarios que no tienen un solo tope y muchas ni siquiera los debidos señalamientos.

Pasado el accidente sí, entonces se colocan de nuevo letreros y anuncios.

PRIMERA CITA

(Las suplentes) La historia no acabará con el deslinde de Lucero Sánchez ni con la enfermedad de Yudit del Rincón. Las suplentes de ambas se convirtieron ya en otro problema para el Congreso. ¿Qué hará con ellas? ¿Les tomará protesta? ¿Alargará el asunto, al fin que ya falta muy poco?

DEATRASALANTE

(Peña y la burla) A Enrique Peña lo callan los maestros en México y Obama en su gira. No logra restablecer el libre tránsito en Oaxaca, con decenas de bloqueos y dificultades hasta para surtir la canasta básica, y aparte Barack Obama le da una cátedra del concepto de populismo y lo deja callado.

Peña Nieto arma todo un speech con los mandatarios de Canadá y Estados Unidos al lado, y en un par de minutos Obama se lo voltea y le dice que lo que llama Peña populismo no lo es, porque entonces él mismo sería un populista. Obama no intentó burlarse de Peña, pero se puso a modo para corregir (PUNTO).


(RIODOCE/ ANDRÉS VILLARREAL/ 3 JULIO, 2016)

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