lunes, 4 de julio de 2016

GIURELLMO PRADES ES UN CORRUPTO

Se llevó el día ayer la colega y amiga Cristina Gómez Lima, corresponsal del periódico La Jornada, con su nota a propósito del amparo que un juez concedió al ex gobernador Guillermo Padrés para prohibir a las autoridades de Sonora, emitir ante cualquier medio de comunicación juicios u opiniones respecto a su culpabilidad sobre presuntos actos de corrupción que se le imputan.

Al parecer al ex gobernador ya le llenaron el buche de piedritas, pues no pasa un día sin que reciba los más zahirientes epítetos aludiendo a su paso por el poder Ejecutivo de Sonora, donde él y su camarilla le atizaron con fe al hurto y al pillaje y nomás faltó que le pusieran rueditas al Palacio de Gobierno para que también se lo llevaran.

La fama de bandido que acrecentó Padrés durante su sexenio ha rebasado las fronteras, lo mismo que las instituciones que persiguen sus presuntos delitos, pues hasta el Tesoro de los Estados Unidos lo tiene en la mira con una investigación sobre presunto lavado de dinero y operaciones con recursos de procedencia dudosa.

El recurso legal promovido por el ex gobernador, ciertamente se refiere a funcionarios del actual gobierno, concretamente a la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano, al procurador Rodolfo Montes de Oca y al fiscal anticorrupción Odracir Espinoza, así como a sus subordinados y voceros a quienes prohíben pronunciar su nombre y ligarlo con actos delictivos.

La Constitución, argumenta Padrés en su alegato, no permite condenas anticipadas y en los juicios que se le siguen debe prevalecer la presunción de inocencia, lo cual es correcto, pero de ninguna manera ha podido contener, frente al cinismo con que saquearon las finanzas públicas de Sonora durante su gobierno, la marejada de críticas, señalamientos y francas mentadas de madre que un día sí y otro también, la ciudadanía le prodiga a través de todos los medios, señaladamente las redes sociales.

Y allí no hay amparo que valga. De hecho, en cuanto se supo la noticia, los usuarios de estas redes comenzaron a proponer manera de nombrar al ex gobernador para evitar llamarlo por su nombre cuando se aluda a cada uno de los muchos casos de corrupción en los que aparece señalado.

A Padrés lo sigue condenando el karma. El nombre que más menciones tuvo en ese ejercicio fue el de Giurellmo Prades. Se trata, como la memoriosa lectora, el poco rencoroso lector recordarán, del anagrama que con los colores institucionales del Partido Acción Nacional mandó pintar en bardas por todo el estado.

Eran tiempos en que aún no era candidato y por lo tanto no podía, legalmente, publicitar su nombre, así que recurrió a esa chapuza para burlarse de la ley. Desde entonces, Padrés ya perfilaba lo que sería el signo de su mandato y eso se lo recordaron reiteradamente ayer.

Aquello que en su momento fue considerado una ingeniosa estrategia de marketing, hoy aparece como referencia obligada para ubicar en su justa dimensión a un hombre ambicioso y corrupto, capaz de torcer la ley para alcanzar sus fines que, hoy queda claro, no eran los de reivindicar la alternancia en el gobierno para mejorar el estado de cosas para los sonorenses, sino para enriquecerse brutalmente a costillas del generoso presupuesto público.

Sucede además una cosa curiosa. En aquel entonces, sus adversarios en las elecciones impugnaron esa propaganda, pero el hoy ex gobernador ganó el litigio argumentando no ser él quien ordenó realizar las ‘pintas’ y negó tener relación alguna con ese nombre, apodo o lo que fuera.

Considerando este antecedente, nadie podría ser sancionado si menciona, por ejemplo, que Giurellmo Prades es un raterazo, un corruptazo, jefe de una banda más parecida a un cártel de la mafia que a una corriente política, ya que no se estarán refiriendo al ex gobernador, sino a la persona que hizo publicitar ese nombre con los colores del PAN, fuera de los tiempos electorales de la contienda por la gubernatura en 2009, como consta en los archivos del tribunal electoral.

Los usuarios de las redes sociales, sin embargo, no se quedaron sólo en el anagrama famoso, sino que aportaron un rosario de nombres que podrían ser usados para referirse al ex gobernador, de los cuales hicimos una pequeña compilación en la que destacan los siguientes:

Rasputín, Gulervo Pagrés, Splinter, El Innombrable, El Canguro, William De Dagnino, Corrupto Malnacido, Ratatouille, El culero de Pozo Nuevo, Canapas Voldemart, La rata Prades, corrupto e incompetente HDTSRPM, por citar algunos.

Es notable, pues, cómo el amparo tramitado por el ex gobernador puede limitar a las autoridades y sus voceros, pero nunca a una sociedad civil que lo recuerda perfectamente.

Además, hay que apuntar que las autoridades citadas en el alegato judicial de Padrés, han evitado señalarlo por su nombre, como bien se cita en la nota de Cristina Gómez Lima, al recordar que incluso en el video que hace poco difundió la gobernadora, con un mensaje para la titular de la PGR, Arely Gómez nunca lo menciona a él ni a ninguno de sus colaboradores, aunque sí alude a “quienes traicionaron la confianza de los sonorenses”.

Creo, desde esta humilde tribuna, que el amparo del ex gobernador es otro de los recursos que le han resultado contraproducentes. Si el objetivo era blindarlo mediáticamente para que no se le mencionara en presuntos actos de corrupción, se logró exactamente lo contrario: el episodio sirvió para elaborar un recuento de todos los actos ilícitos en los que aparece involucrado, con el agregado de que la gente se dio un vuelo catártico cobrándose todas las afrentas.

Si en el PAN alguien ha calibrado estas reacciones, se darían cuenta de la necesidad de replantear algunas cosas en el discurso de los aspirantes a dirigir ese partido en Sonora, donde los tres contendientes parecen empeñados en levantar como bandera de sus campañas, su vocación de fe padrecista.

Queda claro que al interior del partido, esa convicción podría tener cierta vigencia, sobre todo en la militancia durante los últimos seis años se incorporó a la nómina estatal o alcanzó niveles insospechados en la escala social a partir de los negocios hechos a la sombra del gobierno padrecista.

Pero al final del camino, quien gane en la contienda interna tendrá frente a sí la nada sencilla tarea de dirigir sus mensajes a una sociedad civil agraviadapor Padrés y su banda, de la que, hay que decirlo, en mayor o menor medida, los tres aspirantes formaron parte.

Ya se verá.


(DOSSIER POLITICA/ Arturo Soto Munguía/ 2016-07-04)

No hay comentarios:

Publicar un comentario