El Azul es un sobreviviente, quizá porque comprendió que
destacar en el mundo del crimen organizado equivale a pintarse una diana
en la espalda. Durante varias décadas Juan José Esparragoza ha vivido
del y para el narcotráfico. Se ha movido en los legendarios cárteles de
Jalisco y Juárez y llegó hasta el de Sinaloa, del cual es uno de los
líderes. Discreto, negociador, posiblemente sea el estratega más
experimentado del crimen organizado… y sigue eludiendo a la justicia.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, es el
decano de los capos mexicanos. Ha sobrevivido a varias generaciones,
siempre en un estratégico segundo plano. Es buen negociador y
carismático entre los narcotraficantes, pero no se tienta el corazón
para aniquilar a sus rivales y es capaz de corromper policías, militares
y gobernadores.
Tras la captura de Joaquín El Chapo Guzmán, El Azul es una de las dos
piezas claves del Cártel de Sinaloa que siguen en libertad.
Hábil en las negociaciones para poner fin a viejos conflictos,
Esparragoza ha sobrevivido cerca de cinco décadas en el tráfico de
drogas. Es el más eficaz operador de la recomposición del tejido social y
financiero del narcotráfico en México.
A sus 65 años –35 de ellos dedicados al tráfico de drogas– los
principales narcotraficantes del país tienen o han tenido vínculos con
él: Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero, Don Neto Fonseca
Carrillo, Amado Carrillo Fuentes, Ismael El Mayo Zambada y José Albino
Quintero Meraz.
Durante los años de gloria de Amado Carrillo, El Señor de los Cielos
(de 1990 a 1997), al frente del Cártel de Juárez, Esparragoza fue su
lugarteniente, su consejero y su negociador en México y en Colombia.
Luis Astorga, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM,
en una entrevista con Alejandro Gutiérrez, reportero de Proceso,
publicada en este semanario el 18 de abril de 2004, consideraba que “El
Azul siempre ha ocupado segundas posiciones de gran influencia,
conocedor de que ser el número uno tarde o temprano se paga con la vida o
con la cárcel”.
En el mismo texto Peter Lupsha, investigador del Instituto para
América Latina de la Universidad de Nuevo México, aseguraba que a
finales de 1993 Esparragoza fue el responsable de sentar a la mesa a 10 u
11 narcotraficantes de gran calado para replantear las reglas del
negocio mexicano del trasiego de estupefacientes.
Llamada La Paz del Norte, esa cumbre –ubicada por la DEA en Ciudad
Juárez mientras la Procuraduría General de la República (PGR) piensa que
fue en Cuernavaca– pretendía disminuir las tensiones entre los cárteles
de Juárez y del Golfo y redefinir las relaciones con el crimen
organizado colombiano y peruano.
A raíz de ese cónclave la DEA y la PGR llegaron a hablar de una especie de “federación mexicana del narcotráfico”.
El Azul también habría participado en enero de 2001 en otra “cumbre”
de narcotraficantes en Apodaca, Nuevo León, la cual fue dada a conocer
por Baldomero Medina Garza, El Señor de los Tráilers.
Los esfuerzos de México y Estados Unidos por capturarlo han sido
permanentes, al igual que su frustración. Desde 1998 la PGR ofrece una
recompensa de 4 millones de pesos por información que lleve a su
captura. En junio de 2003 la Oficina de Control de Bienes Extranjeros
(OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro
estadunidense anunció que Esparragoza, Jesús Héctor Palma Salazar, José
Albino Quintero Meraz y el brasileño Leonardo Dias de Mendoza habían
sido incluidos en la lista de los “principales narcotraficantes
extranjeros”.
Sus “escuelas”
A partir de testimonios ministeriales, revelaciones de abogados y
policías y referencias bibliográficas se reconstruye parte del papel del
capo nacido el 3 de febrero de 1949 en Chuicopa. De 1.77 metros e hijo
de un ganadero, su piel es tan morena que adquiere tintes azulosos, de
ahí su apodo.
En los setenta se integró a la Dirección Federal de Seguridad, la
policía política que a la vez controlaba a la banda de narcotraficantes
encabezados entonces por Miguel Ángel Félix Gallardo, quien reconoció el
talento del joven Esparragoza y lo hizo su lugarteniente.
No fue su único mentor. El Azul estuvo bajo la tutela de Juan José
Quintero Payán, contemporáneo de Don Neto y capo anterior a Félix
Gallardo y Rafael Caro Quintero. Tuvo también las enseñanzas de Pedro
Avilés, El León de la Sierra. Juntos llenaron las cañadas y los cerros
con plantíos de mariguana y se convirtieron en leyendas, en letras de
corridos.
Referencias documentadas sobre el papel de Esparragoza en el
narcotráfico datan de la integración del llamado Cártel de Guadalajara,
que encabezaron a partir de 1979 Félix Gallardo, Fonseca Carrillo y Caro
Quintero. En su libro Desperados, Elaine Shannon señala que ese grupo
criminal lo comandaban esos tres personajes, quienes en su estructura
contaban con una docena de lugartenientes, entre ellos Esparragoza,
Manuel Salcido Uzeta, El Cochiloco, y Javier Barba Hernández.
En 1985 luego del asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena y
de su piloto Alfredo Zavala, el gobierno emprendió la persecución de
Caro Quintero y Fonseca Carrillo. Un año más tarde Esparragoza fue
detenido por delitos contra la salud y su condena de siete años la purgó
en dos penales: los primeros seis, en el Reclusorio Sur, donde
coincidió –a partir de 1989– con Félix Gallardo, y el último, de 1992 a
1993, en el Cefereso de La Palma.
En 1989 Amado Carrillo Fuentes también estuvo preso en el Reclusorio
Sur y compartió el módulo de seguridad con Félix Gallardo y Esparragoza,
lo cual les permitió un nuevo acercamiento. De hecho El Azul apadrinó
en 1994 a Juan Manuel Carrillo, hijo del Señor de los Cielos.
En 1991, al quedar en libertad, El Azul se unió al Cártel de Juárez,
del que se separó a la muerte de Amado Carrillo, pues no reconocía el
liderazgo de Vicente Carrillo Fuentes.
El periodista Miguel Ángel Granados Chapa escribió en su columna
“Plaza Pública” en abril de 2004 que durante su estancia en la cárcel
capitalina Esparragoza “tenía amplio margen para utilizar comunicaciones
telefónicas que le permitieron mantener contacto con los suyos, y
también para salir de su celda a la calle siempre que fuera preciso.
Informaciones lo hacen presente en una reunión en 1989 en la que hizo
valer su influencia ante Félix Gallardo, recién aprehendido y sus
conexiones con las bandas colombianas para convertirse en supremo
armonizador de los intereses de las mafias mexicanas”.
En su libro La historia secreta del narco. Desde Navolato vengo, José
Alfredo Andrade Bojorges –abogado de Amado Carrillo y quien desapareció
después de publicar ese título– describe a Esparragoza como dueño del
“arte de conversar”. Refiere que este grupo de capos comenzó su
emigración de Sinaloa luego de que, a partir de 1977, se aplicó allá la
famosa Operación Cóndor.
El Azul y El Señor de los Cielos utilizaron Morelos como una de sus
sedes para operar el trasiego de drogas. Inclusive Amado Carrillo vivía
cerca del entonces gobernador Jorge Carrillo Olea. Ahí tejieron un
vínculo con autoridades, como Antonio Martínez Salgado, jefe de la
Unidad Antisecuestros de la Policía Judicial de Morelos, quien le
brindaba protección (Proceso 1116).
El poder del Azul en Morelos no tenía límites: contaba con agencias
policiacas para su uso personal y para la protección de sus socios y
familiares. Según las investigaciones que realizó la SIEDO en Morelos,
Nadia Esparragoza Gastélum, hija del Azul, estuvo relacionada
sentimentalmente con Sergio Estrada Cajigal, quien gobernaría ese estado
(Proceso 1098). También gozaba de la protección de Agustín Montiel y
Raúl Cortez, jefes de la Policía Ministerial de Morelos, quienes
utilizaban el aeropuerto de Cuernavaca para bajar aviones cargados de
droga que después era transportada en las camionetas y patrullas de la
policía, según la PGR.
Desde entonces la PGR y el Ejército han registrado la presencia de El
Azul en estados como Morelos, Guanajuato, Aguascalientes y Querétaro,
así como en las plazas que comparte con sus socios: en Ciudad Juárez,
con Carrillo Fuentes, y en Mexicali y Sonora, con Ismael Zambada, además
de que apoyó al Chapo en su intento de posicionarse de “la ruta del
Golfo”.
Fotos comprometedoras
En noviembre de 2003, como parte de la investigación sobre la
protección institucional que le brindaban autoridades morelenses –como
el jefe de la Policía Ministerial, José Agustín Montiel López– la PGR
cateó varias residencias identificadas como propiedad del
narcotraficante, donde se encontró una fotografía del narco.
En otra fotografía, publicada en Proceso (número 1098), figura
acompañado del pugilista Julio César Chávez y de Amado Carrillo. Allí El
Azul se halla sentado, con joyas en el cuello y la mano derecha,
abrazando al boxeador. En el número 1095 de este semanario se difundió
otra imagen de Esparragoza saludando al cardenal Ernesto Corripio
Ahumada.
Astorga sostenía que Esparragoza es el elemento que permitió
“cohesionar” a una organización como el cártel de Juárez. Afirma que es
el heredero de la historia de los viejos narcos sinaloenses: es
cauteloso; tiende redes de cooptación en instancias gubernamentales,
policiacas y militares y evita en lo posible la confrontación directa
para no llamar la atención: “Esa experiencia histórica le ha permitido
ser el punto de unión, incluso en crisis graves para esa organización”.
En 2011 el proyecto unificador de Esparragoza parecía avanzar. La DEA
confirmó que el cártel de Sinaloa y el del Golfo –rivales durante
décadas– habían sellado un pacto que consolidó a ambos grupos criminales
en la mayor parte del país y al que se habrían sumado los hermanos
Valencia y La Familia Michoacana. Estos últimos, según la Secretaría de
Seguridad Pública Federal, recientemente aceptaron unirse al cártel del
Golfo.
En respuesta Los Zetas rompieron relaciones con el grupo que los vio
nacer, el Cártel del Golfo, y se aliaron con Juárez y Tijuana.
Un legajo que permanece “enterrado” en la PGR contiene información
clave sobre Esparragoza. Agentes de esa dependencia realizaron
indagaciones desde 2002 y lograron ubicar domicilios y personas que
pudieron darle refugio; pero de pronto algún alto funcionario federal
ordenó suspender la investigación…
El reportero Ricardo Ravelo, en reportaje publicado en este semanario
el 25 de diciembre de 2011, detalla los pormenores del expediente. La
investigación, que requirió varios meses, continuó por parte de los
agentes de la PGR. El 17 de junio de 2002 se incluyó una tarjeta
informativa que decía:
“Continuando con la línea de investigación, se informa lo siguiente:
en relación al domicilio ubicado en calle Sierra de Cuale 2015 colonia
Las Águilas, en Zapopan, Jalisco, conocimos por dicho de un informante
que la residencia es habitada por una persona de confianza de El Azul.
“El informante nos dijo que algunas veces dicho domicilio es
frecuentado por Esparragoza. Al realizar una vigilancia móvil nos
percatamos que en el interior de éste se encontraba una persona del sexo
femenino de aproximadamente 35 años de edad, y un vehículo marca
Rambler tipo América color café con placas de circulación HZL9113 del
estado de Jalisco.”
El 3 de junio, los agentes investigadores reportaron las tareas que
realizarían para ubicar los domicilios donde suele refugiarse
Esparragoza Moreno: “…en relación a la investigación relacionada con El
Azul me permito informar que se acudió a las oficinas del Registro
Público de la Propiedad, así como a las de catastro, para poder
verificar si el domicilio ubicado en calle Beethoven esquina Tchaikovski
es propiedad de Rosario Esparragoza Moreno, hermana de la persona
denominada El Azul, así como también el domicilio ubicado en la calle
Sierra de Cuale”.
En otra tarjeta los agentes federales dicen que en uno de los
domicilios que vigilaban en el estado de Morelos pudieron observar a
Cristian (Esparragoza Gastélum), hijo de El Azul y a quien también le
seguían los pasos, cuando abordaba una camioneta Grand Cherokee negra y
de modelo reciente. No pudieron detenerlo, afirman en el documento, pero
confirmaron que el hijo de El Azul se reuniría con unos amigos en una
discoteca.
“Continuando con la línea de investigación nos permitimos informar a
usted que el día 15 de mayo del año en curso (2002) nos trasladamos a la
ciudad de Guadalajara con la finalidad de ubicar el domicilio que se
encuentra localizado en calle L. Van Beethoven 5689 esquina con
Tchaikovski, colonia La Estancia, el cual está habitado por una persona
de nombre Rosario Esparragoza Moreno y a ese lugar llega con frecuencia
Juan José Esparragoza Moreno, El Azul”. El reporte dice que los agentes
se enteraron por su informante de que el domicilio ubicado en la calle
Jorge Bravo sin número está habitado por una persona de confianza de
Esparragoza Moreno.
Precio a su cabeza
En 2010 la PGR hizo pública una lista de delincuentes peligrosos por
quienes ofrece recompensas de hasta 30 millones de pesos. La lista
incluye a Esparragoza Moreno, cuyo nombre aparece en el apartado B al
lado de Guzmán Loera, Ignacio Coronel (finado) y Vicente Zambada Niebla,
El Vicentillo, actualmente preso en Estados Unidos.
Sin embargo, la investigación de la PGR para localizar y detener a
Esparragoza fue archivada, según se pudo indagar, por una orden
superior. No se sabe si provino de un alto funcionario de la PGR o de la
Presidencia de la República (Proceso 1834).
En julio de 2012 el Departamento del Tesoro de Estados Unidos –que
ofrece 5 millones de dólares por informes sobre el paradero de El Azul–
dio a conocer los nombres de personas y empresas directamente ligadas a
Esparragoza Moreno: sus hijos Cristian Iván, Brenda y Nadia Patricia
Esparragoza Gastélum; su esposa María Guadalupe Gastélum Payán, Ofelia
Monzón Araujo, Juvencio Ignacio González Parada, Elvira Araujo Monzón,
Martín Humberto Ponce Félix y Ulises Guzmán Ochoa.
Además de las empresas grupo Cinjab, Provenza Residencial, La Tijera
(Parque Industrial), Grupo Impergoza y Provenza Center, todas ellas en
Jalisco; y Buenos Aires Servicios, Gasolinera Alamos Country,
Petrobarrancos, Gasolinera y Servicios Villabonita, Estaciones de
Servicios Canarias, Servicios Chulavista, Gasodiesel y Servicios Ancona,
en Sinaloa.
A pesar de los 5 millones de dólares de recompensa, el decano de los
capos mexicanos se mantiene como uno de los dos líderes al frente del
Cártel de Sinaloa, con poder de operación en 54 países.
/28 de febrero de 2014)
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