domingo, 30 de junio de 2013

¿QUIÉNES HUNDIERON A ACCION NACIONAL?



La Jornada
México, DF.- “La lógica del poder y el dinero le está ganando a la lógica del bien común”, sentencia el diagnóstico autocrítico de la Comisión de Reflexión del Partido Acción Nacional (PAN), integrada tras la derrota de la elección de 2009, antesala del colapso que sobrevino el año pasado.
Y describe: “La lucha por el poder es la prioridad. En el comportamiento panista no aplica la fuerza de las ideas, sino la fuerza del interés, la nómina y el poder. Se ha olvidado la mística del partido. No ha habido congruencia entre la democracia exigida y las prácticas del partido.
“Perdimos el valor de la ciudadanía, hasta en la integración del IFE. Falta compromiso personal de los militantes. Se perdió la responsabilidad ética ante el juicio ciudadano”.
Y sigue: “No hemos sabido convertir nuestra doctrina en políticas públicas y programa de gobierno... Ya no somos el partido del cambio”.
En el apartado “Impunidad por razones de índole política”, el diagnóstico obtenido por “Proceso” y que hasta ahora sigue en secreto por la cúpula del PAN, es contundente:
“Se han tolerado los actos de corrupción de militantes y funcionarios panistas. No se sanciona a miembros que hablan mal de funcionarios del partido y de sus dirigentes hacia afuera. No hay castigo para militantes y funcionarios que trabajan para el contrario”.
Esta evaluación del PAN y sus propuestas de solución elaboradas por una comisión de 10 panistas encabezados por José Luis Coindreau, fue desdeñada por las facciones dominantes y la degradación fue extendiéndose hasta la grotesca disputa por las chequeras del grupo parlamentario en el Senado que protagonizan los incondicionales de Gustavo Madero y de Felipe Calderón.
Este conflicto grupal, que se perfila como el peor en su historia de 74 años, forma parte del olvido no sólo metafórico, sino literal de Manuel Gómez Morín –su fundador y referente ético– y su herencia ideológica, porque la cúpula omite hasta conmemorar las efemérides de su natalicio, el 27 de febrero de 1897, y de su muerte, el 19 de abril de 1972.
La honradez, la democracia interna y hasta la deliberación han sido liquidadas también en el PAN, porque la estrategia de los grupos no es vencer con argumentos sino con el sabotaje al quórum, como ocurre en la Asamblea Nacional, el Consejo Nacional y el Comité Ejecutivo Nacional, los máximos órganos de dirección del partido, en ese orden.
El pleito grupal en curso, por el dinero público que reparte el Senado, ha llegado ya a la barandilla y sólo falta que los contendientes, detrás de los que se encuentran Calderón y Madero, crucen puñetazos.
Víctima de sus mitos
Tal descomposición no sorprende a Carlos Arriola, catedrático de El Colegio de México, del que fue secretario general, y autor de numerosas obras sobre ese partido: “El PAN es víctima de sus propios mitos y de sus propias mentiras”, afirma.
Autor de “Cómo Gobierna el PAN” y “El Miedo a Gobernar, la Verdadera Historia del PAN”, (2009), Arriola explica que Gómez Morín difundió una visión maniquea que prevaleció hasta 2000, cuando se inicia con Fox el ciclo de gobierno que terminó con Calderón.
“Hubo una actitud maniquea que duró 61 años: un partido formado por ciudadanos puros, honrados, eficaces, todo lo que se quiera, y por el otro lado un PRI corrupto, interesado sólo en el poder y el dinero.
“Las dos imágenes son falsas. La verdadera dimensión y estatura de un partido se da al llegar al poder, porque en la oposición es relativamente fácil mantener esos valores.”
El PAN, explica, no sólo tuvo una “debilidad intrínseca” para gobernar, sino que se llenó de oportunistas a partir de que ganó la Presidencia de la República en 2000.
“La gran tragedia del PAN es que no se preparó para gobernar”, afirma Arriola, quien militó en el partido y fue líder juvenil.
“Buena parte de la gente que ahora se está peleando surgió de esta corriente de oportunistas –hay que llamarlos así– y es el caso muy claro de Cordero y de Preciado. Pero no son profesionales de la política, son simples aficionados.”
Desde 1947, recuerda, Daniel Cosío Villegas anticipó en su ensayo “La Crisis de México” lo que le pasaría a Acción Nacional de llegar al gobierno: “Él escribió que el PAN, de llegar al poder, se desplomaría porque no tiene ni los programas ni los hombres capaces de gobernar al país. Fue profético, con una gran sensibilidad percibió la debilidad intrínseca del PAN, un partido de cuadros con gente distinguida en sus localidades, pero sin políticos profesionales. Esa fue la gran tragedia del PAN, que no preparó ni se preparó para gobernar”, dice.
“Entonces a la hora que llega al poder, primero tiene el problema de la debilidad intrínseca. Fox, en cierta manera, tenía razón: no había panistas capaces de gobernar, claro que lo hizo por meter a sus amigos”
Otro problema que tuvo el PAN, agrega, es que registró la “entrada masiva” de simpatizantes que formó una élite gubernamental que sólo buscaba dinero y poder. “Eso no tendría nada de malo, pero hay algo fundamental: Todos son aficionados, no profesionales de la política”.
Sobre los principios del PAN, Arriola afirma que funcionaron mientras fue oposición, pero no en el ejercicio de gobierno, pero además, en 2000 “accede al poder con un candidato caudillesco, todo lo contrario a la idea de Gómez Morín”.
El experto aclara también que la situación por la que atraviesa el PAN no comenzó con la debacle electoral de 2012: “La crisis no es por la derrota, porque el PRI fue derrotado y no entró en una crisis parecida. La crisis viene desde antes y se debe a la debilidad de los principios”.
Diego, el árbitro
Carlos Arriola minimiza las expresiones de panistas como los ex gobernadores Ernesto Ruffo, Carlos Medina, Alberto Cárdenas y Fernando Canales Clariond, de “volver a los principios”, y los define como “un coro de iglesia”.
“Estamos a casi 100 años de la fundación del PAN y todavía siguen hablando de volver a los principios, pero son principios éticos y morales que poco tienen que ver con la política y con el país, con sus problemas”, puntualiza.
Aclara también que “Gómez Morín no era un santo” y cita lo que éste escribió en 1918: “Me planteo lanzarme como profeta del nuevo mundo, alumbrado por el sol de la Unión Soviética, cuya organización, tendencias y procedimientos me han cautivado, o dedicarme a ser rico, navegando en los negocios con bandera de pendejo, la única que salva en este oficio”.
Apunta: “Gómez Morín se hizo enormemente rico. Hay que desmitificarlo un poco”.
-Pero ni siquiera esos principios son respetados por los panistas.
“¡No, porque no son operativos en la vida real de todos los días de la política! ¡Carecen de sentido!”.
Estos principios, explica, están pensados en función de la doctrina social de la Iglesia, pero no sirven para generar bienestar económico colectivo, limitar las ganancias del capital o distribuir el ingreso.
El PAN ha evidenciado ya sus limitaciones: “Estas personitas que están en conflicto son realmente muy menores y son una decepción para la política, para el país y para el PAN, que es la primera víctima de sus propias mentiras”.
Arriola aclara que no es antipanista y que en todo caso se ha “quedado corto” al analizar las limitaciones del PAN para gobernar y la falta de oficio político de la mayoría de los panistas, a excepción de Diego Fernández de Cevallos, a quien identifica como “el último que les queda de arbitraje” a los panistas.
-Hay quienes lo ven no como árbitro, sino como líder del PAN.
“¡No, no! Diego es muy inteligente como para buscar la presidencia del PAN. No, sus posibilidades de arbitraje y de salvar al PAN están en mantenerse fuera de la lucha por un puesto en el partido. En el momento en que él dijera que va por la presidencia del PAN, no tendría posibilidades de resolver el conflicto. Y si lo hace, sería una tontería”.

(ZOCALO/  La Jornada / 30/06/2013 - 04:03 AM)

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