domingo, 8 de septiembre de 2013

POR HOMOFOBIA LLENAN LAS SALAS DE URGENCIAS

Especialistas consideran que se ha destapado la intolerancia hacia la homosexualidad; la mayoría de las víctimas no realiza la denuncia o no llega a ratificarla, aseguran médicos

Claudia Solera
CIUDAD DE MÉXICO, 8 de septiembre.- Apenas habían pasado unos meses desde que la ley permitiera a los homosexuales casarse en el Distrito Federal, cuando los residentes del área de traumatología de los hospitales públicos de la ciudad comenzaron a recibir otro perfil de pacientes en las salas de urgencias al que solían atender, ya no sólo llegaban automovilistas ebrios lastimados por un choque, heridos en asaltos o adultos mayores lesionados por alguna caída, ahora también atendían casos de jóvenes gays, la mayoría agredidos por demostraciones de afecto en público.

“Comenzamos a recibir a muchos gays con golpes, heridas, fracturas, lesiones en el cráneo. En el hospital Balbuena la cosa está que arde. Cuando pregunto a los residentes, ‘¿como cuántos golpeados te llegan al mes?, me dicen: 15 o 20’”, aseguró a Excélsior, Arturo Gómez, cirujano maxilofacial en hospitales públicos y privados, entre ellos el ISSSTE y el Hospital Ángeles Mocel.

84 homicidios de homosexuales se registraron durante el año pasado.

Entre finales de 2010 y principios de 2011, Eduardo Ortiz, residente de cuarto año de cirugía maxilofacial en el hospital López Mateos y profesor en la FES Acatlán de la UNAM, notó un nuevo fenómeno, pues tiempo atrás sólo atendía casos esporádicos de agresiones en contra de homosexuales, que referían más situaciones pasionales. Sin embargo, después de que entraron en vigor los matrimonios entre personas del mismo sexo (marzo 2010) en el DF, llegaban pacientes diciendo que los habían golpeado simplemente por ir caminando en la calle con su pareja.

“Sí hemos vivido un incremento bastante notorio, sobre todo en los hospitales de la Secretaría de Salud Pública, que son los gratuitos, como el Balbuena o Xoco. Tengo un caso muy presente de un paciente que llegó a urgencias. Me contó que él venía caminando y que sólo por estar agarrado de la mano con su pareja y dándole besos, una bolita de personas lo golpeó, e inclusive uno de sus agresores le mordió la nariz y se la arrancó”, comentó el doctor Eduardo Ortiz, encargado de la reconstrucción de nariz de la víctima.

Pero no sólo los doctores empezaron a registrar más agresiones en contra de los homosexuales en las áreas de traumatología, los periódicos de 16 estados del país también reportaron más muertes por crímenes homofóbicos.

89 por ciento de capitalinos considera que hay discriminación en contra de gays.

“A partir de que se aprobó la ley, se vuelve más visible el problema de homofobia, a pesar de que uno piensa que la ley puede contribuir a disminuir los prejuicios, siempre hay un sector muy intolerante de la sociedad que no soporta esta visibilidad. Nuestro registro hemerográfico nos dio un gran salto desde 2011, porque antes se registraban 60 homicidios en la prensa, y en 2011 se incrementaron a 74 y para 2012 volvió a subir a 84”, afirmó Alejandro Brito, director de la asociación Letra S.

Por su parte, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal reportó 72 homicidios dolosos por homofobia en contra de la comunidad lésbico gay de 2012 a la fecha.

Así como los casos de homofobia aumentaron en las salas de urgencias y en los reportes contabilizados por Letra S, el Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred) también registró más quejas y reclamaciones.

“Es importante decir que las quejas se duplicaron de 2009 a 2010 y muchas tenían relación con el tema de preferencia sexual. ‘¿Qué pasó o cuál es nuestro análisis?’, a partir de que las reformas al código civil establecen las garantías del matrimonio igualitario, sí se destapa mucho más fuerte la intolerancia de la sociedad”, concluyó Hilda Téllez, directora general adjunta de quejas y reclamaciones del Conapred.

Los temas más recurrentes que ha atendido Telléz son: negativas de atención médica por manifestar o hacer evidente la preferencia sexual o la negativa para afiliar a la seguridad social a parejas del mismo sexo. También en algunos casos se han denunciado burlas o comentarios homofóbicos por parte de médicos, enfermeros o administrativos adscritos a centros de salud; así como maltrato físico y verbal en instituciones educativas; despidos laborales por ser una persona homosexual, entre otros.

O simplemente se han denunciado en el Conapred comentarios u opiniones homofóbicos o de odio en prensa escrita, radio o internet, como el que hizo Esteban Arce, cuando calificó de “demencia animal”, a quienes tenían otra preferencia sexual.

En los medios de comunicación se volvió a generar una polémica por la petición de un diputado de Colima a la alcaldesa de Cuahutémoc, para que las bodas gays se celebraran, pero en lo “oscurito”.

El diputado por el PRD, Rafael Mendoza Godínez, pidió a la alcaldesa del municipio colimense que las bodas entre homosexuales dejaran de celebrarse en lugares públicos como el kiosco o el jardín principal, para que no alteraran la concepción que los niños tienen con relación a la pareja que forman sus padres, pues sostuvo que mientras realizaba sus recorridos casa por casa la gente le había externado su molestia por esta situación, y por ello estaba solicitando que los matrimonios homosexuales se hicieran en espacios privados o sus fiestas.

“Quizá la ley de ‘matrimonios gays’ no se ha seguido con una acción pedagógica por parte del gobierno, como explicar a detalle qué implicaciones, qué impacto y qué beneficios tiene; porque no basta la sola ley para contrarrestar los prejuicios tan arraigados que hay en la sociedad. Muchos pueden continuar pensando ‘allá ellos’, pero todavía queda ese resquicio de ‘mientras no se metan conmigo’, como si fueran una posible amenaza”, reflexionó Brito, director de Letra S.

De hecho, después de los indígenas y los pobres, los homosexuales son el grupo más discriminado de una lista de 40, en la Ciudad de México, de acuerdo con la Encuesta de Discriminación del DF, 2013.

Además de que un 89 por ciento de los capitalinos considera que sí existe discriminación contra los homosexuales, y en los últimos 12 meses la noticia que más vio o escuchó sobre discriminación fue de este grupo.

Y por esta evidente homofobia, muchos de los pacientes gays que han llegado agredidos a las salas de urgencias prefieren el silencio y regresar a sus casas sin denunciar.

“Muchos pacientes nos dicen abiertamente que para qué denuncian, que para qué van a ir a perder su tiempo al Ministerio Público o para qué van a ir a exponerse con las autoridades si no hacen nada y nada más se burlen de su preferencia sexual”, dijo Eduardo Ortiz, residente de cirugía maxilofacial.

Cuando un paciente ingresa herido a urgencias, lo más importante para el doctor Ortiz es interrogarlo para entender cómo sucedieron los hechos.

“Porque no es lo mismo en la cinemática del trauma un golpe en la cara por un descuido, por un golpe con el volante a una velocidad de 180 km/h o por un puño”, explicó el doctor.

Entonces, al momento de que el doctor empieza a escuchar a sus pacientes (en su mayoría jóvenes menores de 35 años) casi siempre se repite la misma historia.

“Ellos explican que no hicieron nada, que iban agarrados de la mano con su pareja y que el único motivo por el que los golpearon fue por demostraciones de afecto. Y refieren, sobre todo, que los agreden grupos de personas que estaba bajo la influencia del alcohol o algún narcótico. Es como esa premisa que dice que entre más son, más locos se vuelven”, afirmó.

En general, los residentes, en este tipo de pacientes, atienden heridas que sanan antes de 15 días, “y que con una sutura quedan y no van a dejar cicatriz”, dijo Ortiz. Aunque hay excepciones tan graves, como el joven que perdió la nariz por una mordida de su agresor.

Al final de las notas médicas, el doctor Eduardo Ortiz siempre escribe un reporte final que dice: “acudir al MP para continuar con el caso médico legal”. Pero la mayoría, al salir del consultorio, lee las medicinas, se aprende las dosis y tira la receta a la basura.

“A pesar de que nosotros hacemos todo el papeleo para dar aviso a la autoridad, porque la ley persigue estas cosas de oficio, se queda en el olvido y ahí se acaba el problema, porque nadie llega a ratificar”, lamentó Ortiz.

Y una vez que la receta se perdió en un cesto de basura, también se perdió la oportunidad de castigar a un culpable y castigar un grave acto de discriminación.

“Por eso es importante que todas las personas que sufren una agresión, la denuncien. La denuncia es un mecanismo para que los delitos se resuelvan y para que puedan ayudarnos a proporcionar cifras y datos reales de cómo se está comportando la discriminación. En la medida en que la violencia homofóbica continúe invisible, seguirá pasando”, concluyó Hilda Téllez, de Conapred.
Una vía para denunciar
A través del MP virtual se puede iniciar el proceso para informar a las autoridades sobre los hechos de violencia.

El Ministerio Público recibe la declaración escrita o verbal por cualquier delito, o vía portal electrónico de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal únicamente por los delitos que se persiguen por querella y no sean considerados como graves.

La querella procede cuando la autoridad investiga los delitos a petición de la parte afectada.

En este caso proceden delitos como lesiones, robo, daño a la propiedad, peligro de contagio, abuso sexual cometido sin violencia, acoso sexual, discriminación y amenazas, entre otros.

Para iniciar el procedimiento legal por vía electrónica, se debe llenar el formulario y seguir el procedimiento que se encuentra en la página:


Mínimo apoyo
En los estados de Coahuila, Oaxaca, Quintana Roo y en el Distrito Federal es posible llevar a cabo una unión legal entre personas del mismo sexo. 

Actualmente, en Colima la aprobación para llevar a cabo dichos actos está en su etapa final, por lo que se convertiría en la quinta entidad que avala los matrimonios entre homosexuales. 

Pese a ello, organizaciones civiles han detectado que la población aún mantiene cierto recelo al respecto.

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