Personas que se divertían en un bar, a poco metros del ataque, entraron en pánico por las detonaciones.
Redacción
Eran aproximadamente las 22:30 horas cuando la tranquilidad de las
calles Rosendo Taracena, Paseo Tabasco y avenida Samarkanda era
alterada. Las instalaciones de la PGR habían sufrido un atentado con
armas de grueso calibre por un grupo de sicarios.
Personas que se divertían en compañía de amigos en un bar, ubicado
dentro de la plaza Buganbilia, a poco metros de donde se suscitó el
ataque, entraron en pánico al escuchar las detonaciones y explociones de
las granadas. Algunos salieron corriendo del lugar, mientras que otros
se tiraban al piso.
El miedo comenzó a cundir entre las personas que se encontraban en los
demás locales. Algunos de los encargados optaron por cerrar o bajar las
cortinas, ya que temían por su seguridad y de sus clientes.
Después de aproximadamente cinco minutos, que fue lo tardó escuchándose
disparos y explosiones, se escuchó el chillido de los neumáticos de una
camioneta donde los sicarios huían con rumbo desconocido, y
posteriormente se presentó un rato de silencio. Al parecer todo había
acabado.
Minutos después comenzó el ruido de varias sirenas de patrullas y
vehículos oficiales, los cuales arribaban al lugar tras ser notificados
del atentado contra las instalaciones federales.
Las avenidas que rodean a la PGR de inmediato fueron cerradas al paso
vehicular, al mismo tiempo que se desplegaban operativos. Al lugar de
los hechos arribó el secretario de Seguridad Pública, Audomaro Martínez
Zapata en compañía de sus escoltas.
Automovilistas que circulaban por las avenidas Paseo Tabasco y Ruiz
Cortines, se sorprendían y empezaban con especulaciones y rumores en las
redes sociales al ver el fuerte despliegue por parte de diferentes
corporaciones, así como el cierre de las avenidas aledañas a la PGR.
Alrededor de cuatro horas después todo volvió a la normalidad.
(TABASCO HOY / redacción/ 22 de Septiembre 2013)
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