martes, 23 de abril de 2013

AMBIENTALISTAS, NEGOCIO REDONDO


Frenan inversiones, favorecen a empresas como Walmart

17 agrupaciones tienen participación activa en la región. Los proyectos que ha frenado son Marina Esperanto, Entre Mares, Paraíso del Mar, Hotel Posadas, Los Pericues y Cabo Cortés. La inversión anulada supera los 5 mil millones de dólares, y la posible creación de 3 mil fuentes de empleos directos e indirectos en La Paz y Los Cabos

Gerardo Zúñiga Pacheco/ Alejandro Acuña Rivera
La política de desarrollo sustentable y el discurso ambientalista de algunas organizaciones civiles, es un plato que se sirve frío en las mesa de los pobladores de Baja California Sur.

Con el 40 por ciento del territorio convertido en Áreas Naturales Protegidas y distribuidas en once puntos estratégicos, el estado se ha convertido en un territorio fértil para la creación y propagación de agrupaciones locales, nacionales e internacionales que profesan amor por la naturaleza, un noble espíritu conservacionista, una sublime pasión ecologista, y sobre todo, un combate heroico para proteger el medio ambiente.

Datos recabados por ZETA exponen que actualmente 17 agrupaciones tienen participación activa en la región, las cuales lograron bloquear en la historia reciente algunos proyectos de inversión y desarrollos turísticos en La Paz y Los Cabos, principalmente, por presuntas violaciones ambientales:

1. Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA)

2. Sociedad de Historia Natural “Niparajá”

3. Medio Ambiente y Sociedad

4. Agua Vale Más que Oro

5. The Palapa Society, A.C.

6. Asociación Interamericana de la Defensa del Medio Ambiente

7. Amigos para la Conservación de Cabo Pulmo

8. Costa Salvaje

9. Defensa Ambiental del Noroeste, A.C.

10. Los Cabos Coastkeeper

11. Alianza para la Sustentabilidad del Noroeste Costero Mexicano (ALCOSTA)

12. Greenpeace México

13. Grupo Tortuguero de las Californias, A.C.

14. Pronatura Noroeste, A.C.

15. Ecology Project International

16. Comunidad y Biodiversidad, A.C.

17. Vigilantes de Bahía Magdalena, A.C.

De acuerdo con el presidente de la Asociación de Empresas Hoteleras y Turísticas de La Paz -conocida por sus siglas como EMPRHOTUR-, Agustín Olachea Noguera, en los últimos seis meses las acciones legales promovidas por algunos de estos grupos ecologistas terminaron por detener seis proyectos de desarrollo turístico por supuestamente contravenir las leyes y reglamentos en materia ambiental. Estos casos son sujetos de procesos jurídicos en la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (PROFEPA), en el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa (TFJFA), y en la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA), este último, organismo de carácter internacional creado a partir del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y responsable de atender asuntos ambientales de preocupación común entre México, Estados Unidos y Canadá.

Los proyectos frenados son Marina Esperanto, Entre Mares, Paraíso del Mar, Hotel Posadas, Los Pericues y el más polémico de todos, Cabo Cortés.

Lo anterior representó la anulación de una inversión mayor a 5 mil millones de dólares, y la posible creación de cuando menos 3 mil fuentes de empleos directos e indirectos en La Paz y Los Cabos.

Según el titular de EMPRHOTUR, la mayor parte de estos proyectos tenían el permiso correspondiente, debidamente expedido por parte de la SEMARNAT, por contar con la evaluación de Impacto Ambiental, la cual serviría para poder identificar, prevenir e interpretar el impacto que generaría en el entorno ambiental, en caso de ser ejecutado.

Uno de los casos es del proyecto turístico Marina Esperanto, pero se tuvo que ir a revisión a México, derivado de la complejidad del proyecto que, se planea, se localice en un cuerpo de agua entre la playa El Coromuel y Marina Palmira, en La Paz.

El proyecto contempla una inversión de 200 millones de pesos, la construcción de una plataforma de 34 mil 851 metros cuadrados, andadores, estacionamientos, áreas de desarrollo y verdes; edificios comerciales, estación de gasolina, marina seca y taller; rompeolas, espigón, bordo de protección y un muelle para atraques de yates con 18 peines y 398 slips.

El propio delegado de la SEMARNAT, José Carlos Cota Osuna, consideró que el proyecto tendrá que esperar el análisis y dictamen por especialistas en la materia, e incluso, la posibilidad de ser sometido a consulta pública para ver si se aprueba.

Pero como en el caso de la marina, la situación es exactamente la misma, replica en toda la inversión detenida. “Es triste decirlo, pero gracias a los ambientalistas, la inversión hoy en La Paz, es bajo un ambiente hostil y no muy grato para el capitalista, lo grave de todo es que no solo está afectando el posible desarrollo, sino la generación de fuentes de empleo y oportunidades de trabajo a tanto joven que está saliendo de la universidad”, expresó el presidente de EMPRHOTUR, Agustín Olachea Noguera.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el desempleo va en aumento en Baja California Sur, pues de una tasa del 3.2 por ciento en el año 2000, alcanzó la cifra récord de 7.6% en 2011, lo que llevó al estado a ocupar el cuarto lugar nacional.

Pero lejos de sentimentalismos, más de once grupos ambientalistas, entre los que se encuentra Greenpeace, presentaron una denuncia en la Comisión de la CCA por presunta corrupción de funcionarios de la SEMARNAT, que habrían autorizado los proyectos Cabo Cortés, Paraíso del Mar y Entre Mares.

Por medio de un escrito, Sandra Moguel, asesora legal de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente -conocida como AIDA- detalló una serie de violaciones en el proceso de evaluación de Impacto Ambiental. A pesar de que no cumplían con la normatividad vigente, particularmente en cuanto a especies en peligro y ecosistemas frágiles, como corales y manglares, los proyectos fueron autorizados por SEMARNAT, abriendo una puerta para que se pretendiera construir en áreas naturales protegidas y vulnerables en el Golfo de California.

En su denuncia, la ambientalista consideró que “… el Gobierno Federal faltó a una obligación de proteger los llamados humedales de importancia nacional e internacional, donde es preocupante la aprobación de proyectos que amenazan los recursos marinos y las comunidades locales”.

En el escrito firmado por once organizaciones ecologistas, se lee que “… el antecedente puede servir de experiencia para que el proceso de aprobación de proyectos de desarrollo sea más transparente, y asegurar que la evaluación de Impacto Ambiental no sea aprobada de manera discrecional, sino que científicamente consideren el posible impacto que podría generarse en el ecosistema, y el daño a las comunidades locales aledañas”.

Sobre estos hechos, el coordinador de la Oficina Noroeste del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Agustín Bravo Gaxiola, rechazó estar “en contra de todos los proyectos de inversión”, solo que “no aceptan aquellos que puedan ser ilegítimos o ilegales”.

“Tenemos que tener una cancha pareja, y la cancha pareja son las leyes, y tenemos que tener un piso mínimo, y ése es el desarrollo sustentable. No queremos proyectos que comprometan no solo a las actuales generaciones, sino a las futuras, y nosotros no somos quienes cancelamos la posibilidad del establecimiento de un desarrollo, sino la procuraduría ambiental y los tribunales”, dijo.

Según datos recabados por ZETA, la mayor parte de los proyectos de inversión detenidos y cancelados carecían de un Plan de Manejo que de manera detallada, debe establecer acciones para prevenir, mitigar, controlar, compensar y corregir posibles efectos o impactos ambientales negativos a causa de un proyecto, obra o actividad. Inclusive, el documento debe contar con un plan de seguimiento, evaluación, monitoreo y de contingencia.

El secretario de Promoción y Desarrollo Económico del gobierno de Baja California Sur, Joel Ávila Aguilar, reconoció que la posibilidad de detonar algún proyecto en el estado ha cruzado históricamente por severos problemas, ya que “tenemos que revisar la evaluación del Impacto Ambiental, el área de reserva y el área de manejo, por una parte; y por la otra, la presión de grupos organizados de la sociedad civil denominados ‘ambientalistas’, que han generado una fuerte presión sobre algunos proyectos en concreto”.

Durante una entrevista con ZETA, dijo que algunas de estas agrupaciones están legítimamente constituidas y trabajando de forma honesta alrededor de una corriente de pensamiento, objetivos técnicos y económicos.

Sin embargo, admitió que existen otras que “solo medran alrededor de proyectos para hacer una forma de vida, quienes generan crisis y viven de la crisis”.

— ¿Cuál es la postura oficial sobre estos hechos?

“Bueno, nosotros somos facilitadores, porque en el ámbito de mi responsabilidad, tengo que tener claridez (sic) y saber escuchar tanto a inversionistas como a grupos ambientalistas, y saber reaccionar y responder. Debo reconocer que sin duda tenemos impactos en lo económico y la generación de empleo”.

— ¿Cómo midieron el impacto de la ausencia de una inversión?

“En el desempleo, y debo reconocer que es una expresión social que tenemos, la cual estamos atendiendo con programas y becas, pero también generando un filón, como el caso del Centro de Convenciones de Los Cabos y de La Paz, y estamos generando un atractivo para el turismo de convenciones o congresista. Traen eventos, como sucede en otros estados, el cual seguramente generará una ocupación laboral y denotará la cadena de servicios terciarios.

“Ni todos pueden, ni todos caben en los sectores de servicios y gubernamentales, sobre todo cuando se trata de mano calificada, y ciertamente tenemos momentos de desesperación, quisiéramos que todo fuera más aprisa, pero también tenemos que actuar con responsabilidad”.

Actualmente el Estado ofrece oportunidades a todos los inversionistas, en base a la vocación e historia de cada región, sobre todo, “el gobierno está cuidando la migración y regulando la llegada de connacionales al estado porque -como ya sucedió en Los Cabos- el inversionista trae gente contratada de otros estados, hacen una forma de vida y después se termina el trabajo, y dejan a la gente a la deriva; luego entonces pasa a formar parte de la lista de desempleados, y empiezan a buscar una forma de subsistencia”.

EL NEGOCIO

Sin embargo, y de acuerdo a datos recabados por ZETA, detrás de estos movimientos y posturas de los ambientalistas, se asoma un lucrativo negocio que consiste en oponerse a aquellas actividades económicas que sean capaces de atraer el patrocinio, financiamiento o donaciones de empresarios ricos, fundaciones o compañías nacionales o extranjeras.

Durante esta investigación, este Semanario recolectó documentos y datos de The Walton Family Foundation, una organización caritativa internacional que invirtió y repartió más de 432 millones de dólares tan solo en 2012 para expandir las iniciativas y oportunidades individuales y de grupos en las comunidades de Estados Unidos y a nivel internacional en tres rubros: educación, agua, y conservación marina y de vida.

La fundación es dirigida por Christy Ruth Walton, una de las principales accionistas de Grupo Walmart, viuda de John T. Walton, hijo de Sam Walton, fundador del corporativo estadounidense.

Según sus propios reportes de donaciones, la empresaria entregó, entre 2002 y 2007, cerca de 3.5 millones de su fortuna a proyectos caritativos, colegios, asociaciones civiles, universidades y fundaciones.

Lo verdaderamente curioso es que en la lista del reporte anual de donaciones figuran cuatro grupos ambientalistas que tienen constante actividad  en Baja California Sur:

- Sociedad de Historia Natural “Niparajá”

- Centro Mexicano de Derecho Ambiental

- Grupo Tortuguero de las Californias, A.C.

- Ecology Project International.

La mayor parte de las aportaciones se centraron prácticamente en las organizaciones “Niparajá” y CEMDA, que según estados de cuenta en poder de ZETA, obtuvieron las siguientes cantidades por parte de la principal accionista de Grupo Walmart:

-  “Niparajá” recibió 103 mil dólares en 2001; 5 mil dólares en 2003; 310 mil dólares en 2006; 190 mil dólares en 2008; 462 mil 389 dólares en 2009; 604 mil 978 dólares en 2010; 198 mil 231 dólares en 2011; y 472 mil dólares en 2012. En suma, 2 millones 345 mil 598 dólares en el transcurso de 12 años.

- CEMDA obtuvo 160 mil dólares en 2006; 134 mil dólares en 2008; 85 mil dólares en 2010; 92 mil 500 dólares en 2011; y 125 mil dólares en 2012. En total, 596 mil 500 dólares en el transcurso de seis años.

La empresaria donó e inauguró, el 1de abril de 2012, el parque público Piedra y Pájaros en La Paz, obra también aportada por la representante de International Community Foundation (ICF), Lucía Frausto, quien cuenta con propiedades en La Paz y Los Cabos.

No solo eso. En el caso del CEMDA, ha vivido de cuantiosos donativos desde su fundación en 1993. Se trata de una asociación civil fundada por abogados, con la intención de promover la conciencia del derecho ambiental, fomentar la conservación de la biodiversidad, y el desarrollo sostenido de la calidad de vida, además de la promoción de la educación ambiental.

Según el estado financiero en manos de ZETA, de 2005 a 2012, donativos por alrededor de 119 millones 201 mil 833 pesos, donde en la lista de beneficiarios aparecen The Walton Family Foundation y otras organizaciones caritativas como International Community Foundation, The Summit Foundation y The William and Flora Hewlett Foundation, las cuales aportan más del 50 por ciento del total de sus ingresos.

Tanto CEMDA como otras agrupaciones ambientales, prácticamente no pagan impuestos a razón de que, según la Ley de Impuesto sobre la Renta, “es una sociedad civil con fines no lucrativos”, y por lo tanto, “no está sujeta al pago de Impuesto Sobre la Renta (ISR) y tampoco al Impuesto Empresarial de Tasa Única (IETU)”.

Asimismo, tampoco están obligadas a repartir las utilidades entre trabajadores o personal, si acaso el remanente distribuible; de haber alguno, puede gravarse. Solo por citar un ejemplo, de los 36 millones 664 mil 108 pesos que tuvo como ingresos en 2010 y 2011, la agrupación solo reportó como remanente distribuible mil 852 pesos y 16 mil 364, respectivamente, en esos dos años. Su base gravable provino principalmente de gastos no deducibles.

La mayoría de los patrocinadores de las agrupaciones ecologistas prefieren entregar donativos, ya que de acuerdo a un contador consultado por ZETA, “es una forma elegante de reducir impuestos”, porque la mayor parte de organizaciones ecologistas expiden recibos al momento de recibir donativos, casi siempre en efectivo.

LAS CONTRADICCIONES

Sobre estos hechos, ZETA solicitó una entrevista con el representante del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Agustín Bravo Gaxiola, quien dijo que “la asociación tiene como su principal misión proteger las áreas más importantes de biodiversidad de México, por el servicio ambiental que ofrecemos a la comunidad”.

— ¿Dónde estaba CEMDA cuando la cadena Walmart construyó de manera irregular las tiendas de San José y de Cabo San Lucas, en Baja California Sur? En los registros que tenemos, no aparece ninguna expresión de protesta o condena de esta organización hacia estos proyectos, con todo y que, hoy se sabe, el grupo es sujeto de una investigación de corrupción de parte de los gobiernos de Estados Unidos y de México, por el pago de sobornos que permitieron establecer las tiendas sin resistencia alguna, a pesar de violentar leyes y normas ambientales y la Ley de Desarrollo Urbano.

“La verdad, no vamos persiguiendo y buscando cuanto caso y cuanta situación sale a relucir. Cuando sucedió eso, nosotros estábamos centrados en la protección de Cabo Pulmo y la actualización del ordenamiento ecológico, programa de manejo y del área natural protegida de Los Cabos. Sinceramente, no está en nuestro horizonte y radar entrar a temas que en el fondo son meramente urbanos, como es la instalación de las tiendas de Walmart”.

— Sin embargo, el tema tiene ramificaciones importantes en el fondo ecológico. Según el dictamen técnico del Colegio de Ingenieros y Arquitectos de Los Cabos, detectaron una serie de irregularidades que no solo tuvieron un impacto vial y urbano, sino ambiental…

“Lo que quiero comentar es que no hay una relación contractual de ningún tipo entre Walmart y CEMDA, y cuando ha habido lugar a litigar la protección ambiental o posibles daños ecológicamente importantes, aunque esté involucrado este grupo, hemos intervenido. El caso más emblemático es el del Casino de la Selva en Cuernavaca, Morelos. CEMDA y Walmart han sido contrapartes en más de un caso, solo te menciono el caso que consideramos más relevante”.

— ¿No importa que sea uno de sus donadores?

“Walmart como empresa no es donador, y tampoco tenemos una relación de ningún tipo, ni siquiera formal con la cadena comercial. Nosotros hemos recibido de alrededor de 14 fuentes de financiamiento, donativos de The Walton Family Foundation, pero cabe señalar que no hay ningún tipo de relación entre la fundación y la cadena de tiendas”.

A diferencia del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, los únicos que asumieron una postura crítica sobre la construcción de tiendas Walmart en Los Cabos, fueron el Colegio de Arquitectos, Ingenieros y Abogados, porque “estaban fuera del marco legal” y catalogados como “un proyecto irregular”.

Por esta situación, los colegios enviaron oficios en diciembre de 2010 a Elías Nuño Robles, hoy ex director de Planeación, Desarrollo Urbano y Ecología del Ayuntamiento cabeño, que nunca contestó el sinnúmero de oficios, por lo que con ayuda de profesionistas hasta en materia ambiental, realizaron un estudio y emitieron un dictamen técnico de la construcción de las tiendas, cuya información fue publicada en la edición 1988 de ZETA.

Pero la postura que CEMDA no asumió con Walmart en Los Cabos, hoy por hoy, la demuestra en contra de la cadena hotelera Hyatt, cuando supo que arrancaron las obras de construcción dentro del complejo Costa Baja en La Paz, sin la supuesta y debida autorización de SEMARNAT, como denunció el 26 de marzo de 2013.

“Lo que tiene que hacer PROFEPA en este caso es actuar, si fuera Costa Baja, todo está en orden, pero si no fuera Costa Baja, tiene que proceder a clausurar esta obra porque es ilegal, ya que no cuenta con una autorización en materia de impacto ambiental”, apuntó Agustín Bravo Gaxiola, de CEMDA.

Agregó que interpondría una denuncia en la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, por contravenir la legislación ambiental, solicitando su clausura y correspondiente sanción.

Sin embargo, la cadena hotelera Hyatt envió a este Semanario la autorización de evaluación de Impacto Ambiental bajo el número de folio SGPA/DGIRA/DG00502.

El representante del grupo, José Manuel Guillermo del Peón, se dijo extrañado por la postura de CEMDA, ya que si en algo se han caracterizado, es en “cumplir escrupulosamente con todas las disposiciones legales emanadas del Gobierno Federal, estatal y municipal, aplicables al proyecto de construcción”.

El directivo expuso que los trabajos del nuevo hotel, que se construye en lo que era la marina seca -antes una cementera-, se está llevando a cabo al amparo de la autorización de Impacto Ambiental y del Plan Maestro de Costa Baja, documento integral que comprende la totalidad del proyecto, incluyendo, evidentemente, el polígono donde está localizada la marina seca y donde se cumplieron todos los requisitos legales durante su proceso de evaluación; incluyendo una consulta pública en que el propio Centro Mexicano de Derecho Ambiental participó activamente.

Después del debate, y en virtud de que el titular de la evaluación del Impacto Ambiental del proyecto Costa Baja es el banco HSBC de México, la diferencia se dio por terminada y, casualmente, la institución financiera figura en la lista de los 14 donadores nacionales de CEMDA. Según el estado financiero, en 2011, el banco entregó a dicho centro una donación de 75 mil pesos.

(ZETA Baja California Sur/ Gerardo Zúñiga Pacheco/ Alejandro Acuña Rivera/  Abril 22, 2013)

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