Reporte Índigo
México, DF.- Un
nuevo escándalo se asoma en el seno de los Legionarios de Cristo. Éste no tiene
relación con la pedofilia de Marcial Maciel, sino con la venta poco
transparente de un complejo educativo conocido como Universidad Interamericana
para el Desarrollo (UNID).
Con operaciones en
24 estados de la República Mexicana y con 25 mil alumnos, la UNID fue vendida
en una cantidad no revelada a un grupo de empresarios encabezados por el
regiomontano Dionisio Garza Medina.
El comprador, quien
recientemente adquirió también la Universidad Regiomontana, es hermano de Luis
Garza Medina, el hombre que fungiera como vicario de los Legionarios de Cristo
en los días en que Marcial Maciel presidía la congregación.
La denuncia la hace
un sacerdote Legionario de Cristo. Es el padre Peter Byrne, quien envió una
carta a sus superiores expresando estar indignado y avergonzado por lo que han
hecho los superiores de su congregación con la venta de la UNID.
“Parece que hemos
cambiado una cúpula por otra y que la cultura caciquesca iniciada por el Padre
Maciel sigue reinando en esta congregación”, advierte el padre Byrne.
El sacerdote
Legionario considera con que la reciente venta de la Universidad Interamericana
para el Desarrollo, la congregación religiosa pierde “la oportunidad de
evangelizar los 25 mil jóvenes” de condición modesta que estudian en sus
campus.
“¿Por qué tuvo que
ser la UNID?” ¿Será porque allí sólo se educa a los hijos de ferrocarrileros …
e hijos de carpinteros?”, es la pregunta desafiante que de quien en su misiva a
sus superiores se autodenomina “El Ultimo Disidente”.
EL DESAFÍO DEL ‘ÚLTIMO DISIDENTE’
Cuando aún resuenan
las palabras que Benedicto XVI pronunció durante su homilía del Miércoles de
Ceniza en contra de los “hipócritas religiosos”, Peter F. Byrne, un Legionario
de Cristo, alza su voz para reclamar a sus superiores lo que parece ser una incongruencia
entre lo que se predica y lo que se hace.
Y es que los
superiores de la Legión de Cristo, casi en secreto y a espaldas de sus
miembros, decidieron vender la Universidad Interamericana para el Desarrollo y
a sus 25 mil alumnos, que forjaron a lo largo de 10 años de crecimiento.
“Son 25 mil jóvenes
que teníamos la oportunidad de evangelizar. Los legionarios batallamos en el
mundo entero por tener contacto con jóvenes universitarios, y ustedes, los
superiores, han vendido, sin el consentimiento de un capitulo ni la consulta
con los Legionarios, la posibilidad de evangelizar a 25 mil (cada año)”,
escribe en su carta el padre Byrne.
La venta fue un
secreto, aún para los miembros de la Legión de Cristo. Sin consulta alguna, y
sin haberse celebrado algún “capítulo” (asamblea).
La inmensa mayoría
de los miembros de la Legión de Cristo se enteraron por los medios de
comunicación cuando, la semana pasada, Dionisio Garza Medina, ex presidente del
Grupo Alfa, anunció que él y un grupo de empresarios habían comprado lo que se
considera el ala de la educación popular de los Legionarios de Cristo. El ala
élite es la Universidad Anáhuac.
‘VENDE CUANTO TIENES Y DÁSELO A LOS POBRES’
El padre Peter Byrne
esta “indignado y avergonzado”. En su carta pide perdón a los jóvenes en nombre
de la Legión porque dice que les han fallado.
Y es que para el
sacerdote, antes de haber pensado en deshacerse de la UNID, los superiores de
los Legionarios bien podrían haber vendido un sinnúmero de valiosísimas
propiedades menos productivas, entre las que se encuentran:
Un terreno en la
colina enfrente a la Universidad Anáhuac, conocido como “La Diferencia”; el
Centro Cultural Interamericano de Tlalpan; la “Casa 3” (con todo y jaccuzi)
(sic); “las casas de Reino que hay en las Lomas, en Bosques, en Guadalajara y
Monterrey”, y hasta “las casas de retiro en Amecameca, Las Penas, y Chipinque”.
También dice que
pudieron venderse “la casa de vacaciones en Termini (que sólo se utiliza tres
meses al año)” o “la propiedad adjunta a la Universidad Europea de Roma (que
tiene un valor de más de 50 millones de dólares)”.
Y reclama que siendo
la congregación religiosa la verdadera dueña, la Universidad se haya vendido
sin haber sido consultada.
“La Legión pertenece
a los 900 sacerdotes y las 500 consagradas, y éstos no han sido consultados
sobre la venta de sus obras”, reconoce el padre Byrne.
“Yo no tuve nada qué
ver con esta venta. Me indigna y me avergüenza pues es una manifestación de
elitismo. No corresponde al Evangelio y no corresponde a la doctrina de la
Iglesia.”
‘UNA CULTURA CACIQUESCA’
Para quien en su
misiva se considera “El Ultimo Disidente” pareciera que lo ocurrido desde aquel
comunicado que emitió el Vaticano el 1 de mayo del 2010, condenando a Marcial
Maciel, no ha impactado mayor cosa en los usos y costumbres de los Legionarios de
Cristo.
No se puede decir
que el sacerdote falta a la verdad.
Sobre todo cuando la
venta se realizó a espaldas de los miembros de la Legión, y la Universidad fue
a dar sospechosamente nada más y nada menos que a manos del hermano de Luis
Garza Medina, el ex vicario de la Legión de Cristo de los tiempos de Maciel.
Aun y cuando algunos
aseguran que la Legión de Cristo conservará alguna participación en la
Universidad, no son pocos los que se preguntan, como Byrne, ¿por qué tuvo que
ser una operación tan poco transparente?
“¿Dónde está la
corresponsabilidad? ¿Dónde está la transparencia? ¿Dónde está la nueva Legión
que va al paso de la Iglesia y que cumple no sólo las órdenes del Papa, sino
también sus deseos?”
El Noticiero de
Radio Zócalo
(ZOCALO/ Reporte Índigo/ 20/03/2013 - 05:00 AM)
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