Luciano Campos Garza/Proceso
MONTERREY, N.L.
(apro).- La alcaldesa panista de esta ciudad, Margarita Arellanes Cervantes,
pidió hoy a la Federación una parte de los recursos que obtiene de los
casineros por concepto de impuestos.
Ninguna de las
ciudades donde opera ese tipo de negocios perciben alguna compensación, a pesar
de los problemas colaterales que conllevan dichos establecimientos.
Durante la
presentación del programa municipal “La ludopatía no es un juego”, con la que
el ayuntamiento pretende combatir la adicción a los juegos de azar, la
funcionaria municipal subrayó que el gobierno municipal debiera recibir algo de
las ganancias que obtienen los casinos y que se traducen en impuestos para la
Federación.
“Requerimos que a
nivel federal haya un orden de establecimientos y que el SAT (Sistema de
Administración Tributaria) intervenga en esta situación, para destinar un
porcentaje importante para los municipios que, al final de cuentas, somos los
que tenemos toda la carga de daños colaterales que generan estos
establecimientos”, se quejó.
Según Arellanes, en
el interior de esos locales hay un descontrol en la captación de impuestos,
pues no hay una certeza de que cada una de las maquinitas tragamonedas aporte
su respectivo tributo a las arcas federales, como marca la ley.
“Actualmente hay un
impuesto federal, pero que no llega al municipio ni al estado. Pero no hay una
congruencia entre lo que se puede reportar y lo que se reporta, porque no hay
una correcta vigilancia de los ingresos que tienen esos establecimientos”, señaló.
En el municipio
operan 37 casinos, de los cuales ocho operan con licencia, otros dos que tienen
permiso municipal, seis que funcionan con amparo federal y 21 que están
cerrados.
Debido a la adicción
creciente, el municipio buscará coordinarse con el estado y la federación para
reducir los horarios de las casas de apuestas, que en la mayoría de los casos
están abiertas las 24 horas, dijo.
Durante la
presentación del programa, Arellanes informó que en el estado hay 160 personas
que se atienden del problema de ludopatía cuando, de acuerdo a cifras que
aportó, hay más de 120 mil personas enfermas.
Hay personas, dijo,
que se pasan hasta ocho horas en esos lugares, lo que mueve a preguntar si esas
personas llenan, con el juego, un vacío en sus vidas.
La campaña contra el
juego será coordinada por los Centros de Integración Juvenil. Los especialistas
atenderán a quienes hablen para aconsejarles sobe la manera que pueden resolver
su compulsión por acudir a las casas de apuestas.
Trabajadores del
municipio repartirán en espacios públicos trípticos con información sobre los
centros de atención. También incluyen una serie de preguntas para que quienes
las lean se percaten de su grado de adicción al juego.
Arellanes Cervantes
señaló que la ludopatía es actualmente un problema social y de salud que debe
ser confrontado para evitar que provoque daños en la comunidad.
(PROCESO/ Luciano Campos Garza/ 20 de marzo de 2013)
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