Si
la situación del mundo se mide por los niveles de desigualdad, puede decirse que
ese mundoi en crisis. La organización Oxfam, en su informe “Una economía para
el 99 por ciento”, sostiene que el modelo económico global está fracturado y no
por factores recientes, sino por un acumulado de años y de diversas
situaciones; de un sistema que ha dejado de trabajar por las mayorías y por el
contrario, ha consentido a los menos, a un pequeño grupo.
Actualmente,
ocho hombres poseen la misma riqueza que 3 mil 600 millones de personas, que
son la mitad de la humanidad; los ingresos del 10 por ciento más pobre de la
población mundial han aumentado menos de 3 dólares al año entre 1988 y 2011,
mientras que los del 1 por ciento más rico se han incrementado 182 veces más y
en Vietnam, el hombre más rico del país gana en un día más que la persona más
pobre en diez años.
En
el caso de México, el escenario no es alentador cuando los ánimos por la
situación económica en los primeros días de 2017, indican que la población está
molesta con el modelo que por años ha regido al país.
En
México, 4 millonarios tienen tanta riqueza como el 50 por ciento más pobre de
la población. Esos 4 mexicanos tienen tanta riqueza como 63 millones de
mexicanos: 70 mil millones de dólares. Foto: Cuartoscuro
Ciudad
de México, 17 de enero (SinEmbargo).- De acuerdo con el informe “Una economía
para el 99 por ciento” elaborado por la organización internacional Oxfam, si el
crecimiento económico de entre 1990 y 2010 hubiese beneficiado a los más
vulnerables, en la actualidad habría 700 millones de personas menos, en su
mayoría mujeres, en situación de pobreza, pero hoy, son ocho hombres los que
poseen la misma riqueza que 3 mil 600 millones de personas, que son la mitad de
los seres humanos.
Oxfam
encontró que este grupo y los pequeños grupos de cada país, no son precisamente
generadores de riqueza en las naciones, sino que son personajes específicos que
han venido heredando la riqueza gracias a un sistema que permite los monopolios
y los oligopolios, y que además, premia a las grandes empresas con incentivos
fiscales.
En
México, cuatro millonarios tienen tanta riqueza como el 50 por ciento más pobre
de la población del país. Esas cuatro personas –Carlos Slim Helú, Germán
Larrea, Alberto Bailleres y Eva Gonda Rivera– tienen el equivalente en riqueza
a lo que poseen 63 millones de mexicanos, como 70 mil millones de dólares.
Rocío
Stevens Villalvazo, Directora de Public Engagement de Oxfam México, explicó que
gran parte de la riqueza que se genera actualmente en el mundo es heredada, que
viene de arreglos de “capitalismo de cuates” con los gobiernos y que se produce
en sectores económicos monopolizados u oligopolizados.
“Se
tiende a pensar que la riqueza se genera por innovación, trabajo duro, por
tomar riesgos y puede ser cierto, se reconoce que la gente que arriesga su
capital y que está dispuesta a innovar debe ser recompensada, pero el sistema
económico mundial no funciona así. La riqueza que ha generado este sistema se
ha generado a través de capitalismo de cuates, de sistemas empresariales donde
los accionistas capturan el 70 por ciento de los beneficios cuando hace 30 años
capturaban el 10 por ciento. Esos no son sistemas políticos saludables, son
sistemas políticos capturados”, comentó en entrevista con SinEmbargo.
De
acuerdo con el estudio, el capitalismo clientelar beneficia a los dueños del
capital y a quienes están al mando de estas grandes corporaciones, en
detrimento del bien común y la reducción de la pobreza, lo que coloca en una
situación desigual a las pymes que no pueden competir en las mismas condiciones
frente a los “cárteles empresariales”, con actores estrechamente ligados a los
Gobiernos. Carlos Slim, por ejemplo, el tercer hombre más rico del mundo,
controla aproximadamente el 70 por ciento del total de los servicios de
telefonía móvil y el 65 por ciento de las líneas fijas del país y según los
cálculos, esa falta de competencia tiene un costo equivalente al 2 por ciento
del Producto Interno Bruto (PIB).
Para
Stevens, lo que resalta del informe es que si bien la desigualdad es mucho más
grande y mucho más extrema, ya existen señales muy claras en México y el mundo,
de que la gente está descontenta y se siente dejada atrás por un sistema
económico que está beneficiando a unas cuantas personas; que no solo perjudica,
sino que también excluye a la mitad más pobre de la población del mundo.
“Una
concentración extrema nos lleva a un contexto de descontento generalizado, a
protestas que si bien son legítimas, llevan a un estado social resquebrajado y
a la cohesión social completamente disuelta y ahí están los primeros días de
2017 en México […] Estos niveles de desigualdad son el producto de años. En
México tuvimos en 2016, el gran año de los saqueos públicos, el gran año de los
bonos millonarios y de los vales de gasolina, privilegios que se concentran en
un pequeño número de personas que son la clase política y la clase económica de
México. Mientras tanto, tenemos una lucha por un aumento irrisorio del salario
mínimo, que a la luz del alza en el precio de los energéticos, el aumento de
2016, es insuficiente”, dijo.
Los
ingresos del 10% más pobre del mundo aumentaron menos de 3 dólares al año entre
1988 y 2011. En contraste, el 1% más rico ha visto cómo se incrementan sus
ingresos en 182 veces más. Foto: Cuartoscuro
LA CORRUPCIÓN, UNA ALIADA
Lo
que denuncia Oxfam, además de un sistema económico fracturado, son los saqueos
que se tienen que perseguir y castigar hasta que se regresen los recursos que
se hayan robado funcionarios públicos de cualquier nivel al erario público, ya
que esos son los recursos que son indispensables para financiar educación,
sistemas de protección social y generan un gasto eficiente desde las cuentas
públicas.
En
el caso de México, son ya varios años mirando a la corrupción como uno de los
principales problemas del país.
“La
corrupción ligada a los temas de desigualdad tiene mucho que ver con lo que
llamamos ‘captura política’, porque el poder económico está ligado a la
excesiva influencia en políticas y procesos públicos. Ojalá 2017 sea el año del
cambio y del despertar, no solo de los funcionarios o empresarios, sino de la
ciudadanía para que efectivamente demandemos un sistema económico en el que se
beneficie la mayoría y no la minoría”, comentó al respecto Stevens, quien
considera que la corrupción es un síntoma extremo del sistema económico actual.
“Es
parte del ciclo vicioso en el que tenemos una élite económica muy poderosa que
utiliza su poder económico para influir en los procesos democráticos y en los
procesos de política pública en su propio beneficio y tenemos al mismo tiempo
una ciudadanía que en México y en el mundo, está cada vez más descontenta, más
cansada de sentirse excluida de ese proceso de toma de decisiones. Y no es solo
un tema de percepción: la sociedad está excluida de los beneficios del sistema
económico. México ha crecido muy poco en términos de PIB en los últimos años,
entre 1.5 y 2 por ciento promedio, pero incluso los beneficios de ese bajo
crecimiento económico se han concentrado en los estratos de mayores ingresos de
la población”, agregó.
La
riqueza total a nivel mundial ha alcanzado la cifra de 255 billones de dólares.
Desde 2015, más de la mitad de esta riqueza está en manos del 1 por ciento más
rico de la población y la riqueza sigue acumulándose entre los más ricos.
Durante las últimas tres décadas, los ingresos en manos de los dueños del
capital no han dejado de aumentar a un ritmo superior al del crecimiento
económico.
En
este sentido, la evasión de impuestos ha cobrado fuerza como uno de los
principales factores que generan la concentración de riqueza. Según Oxfam, en
términos de facturación, en la actualidad 69 de las 100 mayores entidades del
mundo son empresas, no Estados.
En
los últimos años se ha hecho evidente que las grandes empresas tratan de
tributar lo menos posible, fundamentalmente por dos vías: utilizando trucos
contables a través de paraísos fiscales y de vacíos en las diferentes
legislaciones, o también a través de tratamientos fiscales selectivos y
preferenciales y las exenciones fiscales que les ofrecen distintos países.
SinEmbargo
publicó en septiembre pasado, una lista de grandes empresas a las que la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y el Sistema de Administración
Tributaria (SAT), aprobó cancelaciones y condonaciones de adeudos fiscales por
un monto superior a los 56 mil millones de pesos.
La
mayor parte de los créditos fiscales perdonados, tan sólo en 2015, la concentró
8 por ciento del total de los contribuyentes: corporaciones y empresarios,
políticos o ciudadanos “influyentes”, que mantienen estrechas relaciones con la
cúpula en el poder.
De
acuerdo con Stevens, mejorar el sistema tributario sería una forma de combatir
la concentración de la riqueza, “se debe formar un sistema tributario más justo
y progresivo, en donde las grandes empresas y las grandes fortunas paguen lo
que les corresponde de impuestos. Casi 100 mil millones de dólares se escapan
de los presupuestos públicos a través de medidas para evadir y eludir impuestos
y se depositan en paraísos fiscales que son la gran fuente de la opacidad en el
mundo”.
El
problema en México, continuó, es que tiene un sistema fiscal regresivo, en el
que pagan más impuestos las personas que tienen menores ingresos y pagan muchos
menos impuestos las personas que tienen más.
“México
es un país en el que existe suficiente ingenio, innovación, talento y
suficiente trabajo como para que vivamos todos de una manera más justa y más
digna. ¿Cómo se reactiva el progreso? Empezando con medidas fiscales que
permitan que los modelos económicos y la actividad empresarial sean en
beneficio de la mayoría y no de la minoría. Eso tiene que ver con temas como la
economía oligopólica de México, que limita la competencia, lo que siempre tiene
que ver con el acaparamiento y enriquecimiento de personas y sectores muy
específicos, con la corrupción en el sector público y privado”, agregó.
Un
director general de cualquier empresa del índice FTSE 100 gana en un año lo
mismo que 10,000 obreros textiles de Bangladesh. En Vietnam, el hombre más rico
del país gana en un día más que la persona más pobre en diez años. Foto:
Cuartoscuro
EL SALARIO COMO PENDIENTE
El
estudio sostiene que el estancamiento de los salarios y la inseguridad laboral
son dos de los elementos que actualmente abonan al descontento social y
“actualmente, los recursos existentes permitirían eliminar tres cuartas partes
de la pobreza extrema si se incrementase la recaudación fiscal y se recortase
el gasto militar y otros gastos igualmente regresivos”, dice el estudio.
Los
salarios en los sectores de baja cualificación, han caído por debajo de la
productividad en las economías emergentes, y se han estancado en muchos países
ricos, mientras que los salarios más altos no han dejado de aumentar.
México
tiene el salario más bajo de la región y es la principal causa de pobreza en la
población, según estimaciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política
de Desarrollo Social (Coneval). “La presión sobre el empleo y los salarios de los
trabajadores peor remunerados se traduce en que las personas trabajan por
salarios de miseria en empleos precarios”, agrega el documento.
“Las
cifras dicen que la pobreza en México ha pasado de 53.3 millones a 55.3
millones de pobres. De 27 millones a 28 millones de personas en pobreza
extrema. Independientemente del partido o ideología de los presidentes, lo que
se observa es que las tazas de pobreza no han caído en los últimos 20 años y
tenemos las mismas tazas de pobreza que a principios de los años 80. Eso lo que
dice es que no solo la política social está mal enfocada, sino que el sistema
económico mexicano, que está muy vinculado al sistema político, está
completamente fracturado en términos de los beneficios que genera y para quién
los genera”, comentó por su parte Rocío.
“Los
países deben desechar la idea de que, para atraer inversiones de valor, tienen
que mantener los salarios bajos. La investigación realizada en 2012 por la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) reveló que esta teoría tiene una
validez limitada: los beneficios positivos en términos de niveles de
exportación y de inversión no bastaban para contrarrestar la disminución del
consumo doméstico y de la demanda a causa de los bajos salarios. El informe
señalaba que, en el marco global, esta política terminaba siendo
contraproducente. Una competencia a la baja en los salarios sólo lleva a un
continuo descenso de la demanda global”, agrega el estudio.
(SIN
EMBARGO.MX/ DANIELA BARRAGÁN /ENERO 17, 2017 - 12:05 AM)
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