Históricamente, la heroína mexicana ha
sido color café oscuro, de ahí recibió su apodo “chapopote mexicano”, por lo
que con el cambio de color a blanco compiten con la droga que se trafica desde
Asia.
Durante los últimos 10 años
las agencias antinarcóticos estadounidenses han sido testigos de una epidemia
de consumo de heroína, que no solo triplicó el número de adictos a la droga y
provocó más de 40 mil muertes por sobredosis a nivel nacional, también
incrementó las ganancias de los cárteles de la droga mexicanos.
La epidemia es el resultado
de diversos factores como el alto número de adictos a los fármacos controlados,
y las alianzas entre pandillas carcelarias que controlan la distribución
nacional de los narcóticos. Pero existe un factor determinante para su
crecimiento y a la vez muy sencillo: el cambio de color de la heroína.
Tradicionalmente, la heroína
producida en México ha sido color café oscuro, de ahí recibió su apodo
“chapopote mexicano”, y era consumida principalmente en las ciudades de la
costa oeste de Estados Unidos. En cambio, los consumidores de la costa este
prefieren la “china blanca”, una variedad de heroína blanca en polvo, popularizada
por los traficantes chinos a principios del siglo pasado.
Obedeciendo la regla básica
de la demanda y la oferta, los cárteles mexicanos han cambiado sus métodos de
procesamiento del opio, introduciéndose a un mercado creciente, generando una
amenaza para la salud y la seguridad pública que “se extiende a un ritmo sin
precedentes”, de acuerdo con los reportes de inteligencia de la Agencia
Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA).
ALIANZAS CRIMINALES
Era la 1 de la tarde del 26
de agosto de 2014 cuando Gary Pentis, asistente del sheriff del Condado de
Ventura, California, anunciaba ante miembros de la prensa el resultado de una
investigación a una red de narcotraficantes que operaban desde penitenciarías
del Estado, en alianza con el Cartel de Sinaloa.
Por un año los agentes
policiales investigaron las actividades de extorsión, venta y tráfico de
drogas, de integrantes de la Mafia Mexicana, una de las pandillas carcelarias
más grandes y antiguas de Estados Unidos, así como de miembros la pandilla
centroamericana Mara Salvatrucha.
El resultado fue la detención
de siete pandilleros, y el aseguramiento de 3.37 millones de dólares en
efectivo, 35 armas, 31 kilos de metanfetaminas, 23 kilos de cocaína, y 1.3
kilos de heroína negra. Pero el mayor logro para el Departamento del Sheriff de
Ventura fue el decomiso de 12.7 kilos de heroína blanca.
“La llaman china blanca, pero
no proviene de China” aclaró Pentis. La droga provenía de México y había sido
suministrada por el Cartel de Sinaloa, uno de los principales proveedores de
narcóticos de ambas pandillas.
El Asistente del Sheriff
explicó que la calidad de la droga era tan alta que alcanzaba un 98 por ciento
de pureza, por lo que se calculaba que su valor en el mercado sobrepasaba los 5
millones de dólares.
La heroína blanca había sido
descubierta en el interior del respaldo de un vehículo, empaquetada en 28
ladrillos plateados de aproximadamente 20 centímetros de largo por 10 de ancho.
Un cargamento compacto pero con un valor de más de 100 millones de pesos.
Pentis explicó que el Condado
de Ventura, ubicado al norte de Los Ángeles, había sido el centro de operación
de la red criminal. Ahí se recibían los cargamentos de droga provenientes de
México, que después serían transportados hacia otros estados de la unión
americana como Texas, Mississippi y Nueva York.
Las negociaciones eran
orquestadas por miembros de las pandillas encarcelados en distintas
penitenciarías de California. Sin embargo, las decisiones finales eran tomadas
por los líderes de la Mafia Mexicana y la Mara Salvatrucha recluidos en la
prisión de máxima seguridad de Pelican Bay.
CÁRTELES MEXICANOS: “LOS VENDEDORES MÁS PROMINENTES”
La investigación de la
Oficina del Sheriff de Ventura deja al descubierto una tendencia creciente en
el tráfico de drogas en los Estados Unidos: los cárteles mexicanos están
expandiendo sus operaciones y ganando terreno en los mercados de la heroína en
el este del País.
De acuerdo con la Evaluación
Nacional de los Riesgos de la Heroína (ENRH) de la Agencia Antidrogas de
Estados Unidos (DEA), “las organizaciones mexicanas son los vendedores al
mayoreo más prominentes en las áreas de responsabilidad de la DEA en Chicago,
Nueva Jersey, Filadelfia y Washington. Además, han incrementado su presencia en
la ciudad de Nueva York.”
Durante la primera mitad de
la década de 1990 los cárteles colombianos dominaban el tráfico de heroína
hacia Estados Unidos. Actualmente han sido desplazado los traficantes
mexicanos, ya que cuentan con una mayor infraestructura de transporte y
distribución de droga, lo que “les permite suministrar de manera confiable a
los distintos mercados de los Estados Unidos”, según la ENRH.
De acuerdo con el Sistema
Nacional de Decomisos de Estados Unidos, la mayoría de la droga decomisada en
los noventas y principios de la década del 2000 era transportada en rutas
aéreas comerciales desde América del Sur. A partir de 2008, los decomisos
comenzaron a virar hacia la frontera suroeste de los Estados Unidos y era
transportada vía terrestre por traficantes mexicanos.
Cada vez más heroína está
ingresando a través de la frontera suroeste de Estados Unidos, particularmente
por el Estado de California, reveló la Evaluación de Riesgos de la DEA.
“Consecuentemente, ha incrementado el rol de los estados del oeste como áreas
de tránsito de heroína.”
Los datos de la DEA coinciden
con los de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). En 2015 cerca
de la mitad de las incautaciones realizadas por CBP a nivel nacional (2.12
toneladas) fueron realizadas en el corredor fronterizo de San Diego, California
(1.04 toneladas).
Los decomisos en este sector
se cuadriplicaron desde 2010, mientras que los corredores de Tucson, Arizona y
el Valle de Río Grande, Texas, también registraron incrementos significativos.
El reporte de inteligencia
sobre el consumo de heroína de la DEA también señala que las organizaciones
mexicanas están trasladando sus centros de operación de los grandes centros
urbanos a las áreas suburbanas o rurales, “donde les resulta más fácil ocultar
sus actividades”. Lo anterior explica por qué el Cartel de Sinaloa estableció
su base en el Condado de Ventura y no en Los Angeles.
LOS ORÍGENES DE LA EPIDEMIA
De acuerdo con el Centro para
el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), una de las
causas de la actual epidemia de adicción a la heroína es el incremento en el
abuso de analgésicos derivados del opio registrado desde 1999.
“Aproximadamente tres de cada
cuatro nuevos usuarios de heroína han reportado haber abusado de opioides antes
de usar heroína. El aumento en la oferta, el precio más barato, y el incremento
en la pureza de la heroína en Estados Unidos han sido identificados como
posibles causas del aumento en el uso de heroína.”
De 2007 a 2014 más de 40 mil
estadounidenses murieron por sobredosis de heroína. Tan solo en 2014 murieron
10 mil 574, más del triple que en 2010.
La Evaluación Nacional de los
Riesgos de la Droga de 2016 (ENRD) de la DEA revela que los traficantes de
heroína aumentaron su clientela al ingresar al mercado de los adictos a los
opioides.
“Para los adictos a los
opioides la transición hacia la heroína blanca es más natural, ya que muchos
muelen las tabletas, convirtiéndolas en un polvo blanco que inhalan o diluyen y
se inyectan.”
El reporte señala que hoy en
día el consumo más común de la heroína es inhalado. “Cuando la heroína tiene un
mayor nivel de pureza puede ser inhalado o fumado, volviéndola más atractiva
para los nuevos usuarios. También resulta atractivo a un sector más amplio de
consumidores de drogas, en gran medida porque elimina el estigma asociado con
el uso de jeringas.”
Para los cárteles el tráfico
de heroína tiene una ventaja mercantil: bajo volumen y alto costo. Al ser una
droga muy compacta puede ser transportada en vehículos particulares o
escondidas en equipaje, mientras que los paquetes más pequeños puede ser
adheridos al cuerpo o introducidos en las cavidades corporales.
Los registros del Sistema
Nacional de Decomisos (NSS) muestran que a nivel nacional los decomisos de
heroína aumentaron en un 80 por ciento en cinco años, de 3.73 toneladas en 2011
a 6.72 toneladas en 2015.
También indican que el tamaño
de los cargamentos decomisados por las agencias policiales en los últimos dos
años han ido en aumento. En 2014 el 79 por ciento del total de la heroína
decomisada era producida en México.
EL CAMBIO DE COLOR
Históricamente las ciudades
de la costa este de Estados Unidos han sido el mercado más grande y lucrativo
para la heroína. La variedad de preferencia ha sido, y sigue siendo, la llamada
china blanca.
Los traficantes chinos
popularizaron este narcótico a principios del siglo pasado. La droga era
producida en países del sureste de Asia como Myanmar, Tailandia y Laos, una
región conocida como el Triangulo Dorado.
En cambio, los usuarios del
oeste de Estados Unidos acostumbran consumir la heroína café oscuro apodada
“chapopote mexicano”, por su color y país de origen. Por lo general los
usuarios de heroína prefieren una variedad específica y son renuentes a
cambiar.
Estas tendencias de consumo
han sido estudiadas durante las últimas tres décadas por el Programa de
Monitoreo Doméstico de Heroína (HDMP) de la DEA. La Agencia también ha indagado
el país de origen de la droga, y de acuerdo con sus expedientes, los países del
sureste de Asia producían la mayor cantidad de heroína introducida a Estados
Unidos durante la primera mitad de los años noventa.
En 1995 los países
sudamericanos, en particular Colombia, se convirtió en el principal productor
de heroína consumida en Estados Unidos, y mantuvo su hegemonía por casi dos
décadas. Los colombianos copiaron a los asiáticos sus métodos tradicionales de
procesamiento del opio, produciendo la variedad color blanca y en polvo tan
demanda al este de la unión americana.
A partir de 2013 los cárteles
mexicanos desbancaron a los colombianos y se convirtieron en los productores y
proveedores más importantes de heroína blanca de Estados Unidos.
Esta heroína contiene una
mezcla de amapolas mexicanas y colombianas, y es procesada utilizando los
métodos de preparación utilizados tradicionalmente en países del sureste de
Asia. La nueva categorización otorgada por la DEA a este narcótico es “MEX-SA”
(México – Sudamérica).
Actualmente ni la heroína
colombiana ni la asiática pueden competir con la mexicana en términos de costo
y pureza. Un kilogramo de heroína asiática puede costar entre 5 y 10 mil
dólares más que la mexicana. Esta última puede alcanzar un grado de pureza de
hasta 74 por ciento, más del doble que la oriental.
La oficina de San Diego de la
DEA típicamente incautaba heroína negra y café de origen mexicano, sin embargo
las investigaciones relacionadas al tráfico de heroína blanca han ido en
aumento. Esta droga es vendida al menudeo como “china blanca”, aunque no
provenga de China.
Esto no quiere decir que los
cárteles mexicanos hayan descuidado su mercado de “chapopote”, todo lo
contrario. Decomisos recientes de la DEA indican que ha incrementado la
presencia de la heroína negra en el este de Estados Unidos, y que desde la
década pasada su mercado está extendiéndose más allá de las grandes ciudades, y
ampliándose hacia las zonas suburbanas y rurales.
La suma de todos estos
factores ha encendido los focos rojos de las agencias de salud y seguridad
pública de Estados Unidos, como la DEA. Su advertencia es clara y contundente:
“la amenaza de la heroína se extiende a un ritmo sin precedentes”.
(ANIMAL POLÍTICO/ LUIS ALONSO PÉREZ
(@LUISPEREZPRENSA)/ ENERO 10 2017 08:06)
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