Una
empresa estadounidense tiene el permiso del Gobierno federal para introducir a
territorio nacional productos médicos no psicoactivos a base de cannabidol. La
lucha por lograr que este tipo de medicamentos alternativos sean distribuidos
en el país ha sido larga y aún no termina. Mientras, en México el pasado 11 de
diciembre se cumplieron 10 años de guerra contra los cárteles de la droga. En
el periodo de diciembre de 2006 a 2015, han sido asesinadas 186 mil 297
personas en México, de acuerdo con datos del INEGI.
Además,
este 2016 la violencia en el país repuntó y de enero a noviembre, según datos
oficiales, se registraron 18 mil 915 carpetas de investigación por homicidio
doloso por homicidios. De acuerdo con datos de octubre de la PGR, en el país
hay nueve cárteles y 37 células delictivas, entre ellas: el CJNG, Los
Caballeros Templarios, el Cártel del Golfo, Los Zetas, el cártel de los Beltrán
Leyva, la Familia Michoacana y Pacífico.
2016
es el año más violento del sexenio por aferrase a la estrategia de Calderón:
IMDHD
Ciudad
de México, 16 de enero (SinEmbargo).- En México el tema de la legalización de
la mariguana para uso médico y recreativo ha sido causa de polémica y
discusión. Sin embargo, en el país que se encuentra sumido en una guerra en
contra del narcotráfico, desde el año pasado el Gobierno federal aprobó las
iniciativas necesarias para que hoy en día algunos pacientes puedan importar
productos medicinales a base de cannabis.
HempMeds,
una subsidiaria de la empresa estadounidense Medical Marijuana Inc., ha podido
introducir productos no psicoactivos de cannabidol (CBD) a países como México,
Brasil, Paraguay, Argentina y Chile, luego de lograr establecer una sociedad de
exportación con sus respectivos gobiernos.
“A
pesar de la terrible violencia de los cárteles, la autoridad reguladora en
México vio el potencial del CBD”, dijo al diario estadounidense LA Weekly
Stuart Titus, presidente de Marijuana Médica Inc. “Hoy seguimos siendo los
únicos productos legales permitidos en el país”, ahondó.
En
febrero del año pasado, la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos
Sanitarios (Cofepris) dio a conocer por medio de un comunicado de prensa que
“con el fin de acelerar el acceso de los pacientes a tratamientos
alternativos”, la Secretaría de Salud “aprobó dos nuevos permisos de
importación de un producto con cannabidiol que solicitaron los padres de las
menores Alina y María Paula”.
El
anuncio se produjo después de años de intensa presión sobre las autoridades
mexicanas por parte de personas e integrantes de la sociedad civil, quienes
abogaban a favor del uso terapéutico de la mariguana para tratar a las dos
menores que sufren de formas graves de epilepsia.
Cofepris
autoriza importar medicamento a base de cannabis para tratar la diabetes de una
mujer
Como
consecuencia de ello, en México se hizo posible la adquisición del producto
RSHO-X Real Scientific Hemp Oil, que aunque contiene cannabidiol, no tiene
Tetrahidrocannabinol (THC), sustancia psicoactiva que está restringida por la
legislación sanitaria.
La
decisión de la Secretaría, dada a conocer a través de la Cofepris, se sumó al
permiso de importación del producto Epidiolex que fue emitido el 4 de noviembre
de 2015 a favor de una menor de nombre Grace, quien sufre del síndrome de
Lennox-Gastaut (epilepsia).
“Hace
años que luchamos por el reconocimiento y la aprobación de los usos médicos y
terapéuticos del cannabis, y hoy finalmente tenemos algo”, manifestó
públicamente Lisa Sánchez, directora de Política de Drogas de México Unido
Contra la Delincuencia, un grupo que trabaja para frenar al crimen organizado.
Hoy
en día el Gobierno federal ha relajado su posición de restricción al cannabis y
el país ya cuenta con la primera legislación aprobada para autorizar el uso de
medicamentos elaborados a base de CBD, además de no considerar como delito la
posesión de mariguana (hasta 28 gramos) para uso personal.
Dicha
medida ha sido considerada como un paso para lograr la eventual legalización de
la mariguana en una nación asediada por la violencia que se destapó con la
denominada guerra contra el narcotráfico durante el sexenio del Presidente
Felipe Calderón Hinojosa.
“Es
innegable, los términos del debate en torno a las drogas están cambiando en
México y en el mundo. Los mexicanos conocemos bien los alcances y limitaciones
del esquema esencialmente prohibicionista y punitivo, de la llamada ‘guerra
contra las drogas’, que ha predominado por más de 40 años a nivel
internacional”, dijo el Presidente Enrique Peña Nieto en abril de 2016.
Lo
que aún queda en duda es si México, que es productor de mariguana (tipificada
como ilegal), permitirá -no a mediano pero sí a largo plazo- la producción de
este de productos medicinales que ya suponen un mercado en la economía global.
De
acuerdo con el último Debate Nacional sobre el Uso de la Mariguana (2016) hay
varios temas elementales para México: 1.- la necesidad de atender el tema de
las drogas (específicamente el de la mariguana) desde la perspectiva de los
Derechos Humanos y desde una óptica de salud pública; 2.- el tratamiento de
adicciones con soluciones terapéuticas integrales, sin criminalizar a los
consumidores; 3.- el reforzamiento de las acciones para prevenir el consumo de
drogas; y 4.- la necesidad de facilitar el acceso a sustancias controladas para
fines terapéuticos e investigación científica.
EL CAMINO DE APARTURA AL CANNABIS EN
MÉXICO
En
mayo de 2016, cientos de personas acudieron a una Marcha Cannábica celebrada en
la Ciudad de México a favor de la legalización en el consumo y cultivo de la
mariguana. Foto: Tercero Díaz, Cuartoscuro.
A
pesar de que en algunos países el cannabidiol es utilizado legalmente para
fabricar medicamentos y pese a que existen estudios que refieren que dicha
sustancia puede reducir drásticamente el número de convulsiones en niños que
sufren del síndrome de Lennox-Gastaut (LGS) o del síndrome de Dravet, sin
embargo, en México el tratamiento aún es visto con recelo y permanece siendo un
tema tabú.
El
camino de la tolerancia del Gobierno mexicano con respecto al uso medicinal del
CBD comenzó con Alina Maldonado Montes de Oca, una jovencita del pequeño pueblo
de San Andrés Tuxtla, en el estado de Veracruz, refiere el diario LA Weekley.
Tuvo
su primer ataque cuando era recién nacida, y poco tiempo después, de manera
casi inmediata, las convulsiones se incrementaron hasta alcanzar un máximo de
25 a 40 pequeños ataques por día, además de que la menor de 11 años de edad
sufría de graves espasmos epilépticos al menos dos veces por semana.
Los
médicos descubrieron que tenía hipoxia, una deficiencia de oxígeno en ciertas
partes del cuerpo, malestar que afectó el desarrollo de su cerebro y que fue la
causa de su epilepsia y de su parálisis cerebral infantil.
Alina
Maldonado entonces fue tratada con 14 diferentes tipos de medicamentos, cada
uno con una serie de efectos secundarios dolorosos, incluyendo daño hepático y
gastritis.
Así
siguió su tratamiento hasta que sus padres, Lucely Montes de Oca y Abelardo Maldonado,
tuvieron conocimiento de un caso similar ocurrido en 2013 en los Estados
Unidos, cuando Charlotte, un niña de Colorado, superó las convulsiones que la
atormentaban utilizando medicamentos a base de de cannabidol.
Tiempo
después los Maldonado conocieron a otra familia mexicana cuya hija, María
Paula, sufría del mismo tipo de trastorno que Alina. Entonces las dos familias
combinaron esfuerzos y en enero de 2016 participaron en una serie de audiencias
del Congreso de la Unión en la Ciudad de México.
En
febrero de ese mismo año, gracias a su esfuerzo y al de otras familias, la
Cofepris concedió los permisos necesarios para importar los medicamentos a base
de CBD.
LA VISIÓN DE HEMPMEDS
Parte
de la atracción en las operaciones de difusión de los beneficios médicos del
cannabis en toda América Latina es la conexión cultural de la región con la
medicina alternativa, explica LA Weekley.
A
diferencia de Estados Unidos, donde las grandes compañías farmacéuticas
determinan en gran medida qué tratamientos están en boga, refiere el medio, los
médicos del sur de la frontera regularmente prescriben curas homeopáticas a sus
pacientes.
Que
la mariguana esté enfrascada con una mala reputación es sólo un obstáculo más
para superar en una economía global que ya se está haciendo más amigable con
las hierbas, menciona LA Weekley.
Stuart
Titus, presidente de Marijuana Médica Inc. y de la primera empresa de mariguana
que cotiza en bolsa, comenzó con el negocio de la producción legal de cannabis
en Estados Unidos luego de encontrarle usos medicinales mientras trataba a
algunos atletas que se recuperaban de lesiones deportivas en Carolina del
Norte.
Desde
entonces se ha interesado cada vez más por la medicina alternativa y por las
soluciones botánicas, pues en su opinión, “la conexión de América Latina con la
naturaleza” es algo que en el Norte debemos tratar de emular. “Todas las
medicinas modernas provienen de las plantas”, dijo al LA Weekley. “Nos hemos
alejado de eso y ahora sólo miramos a la medicina sintética. Es una pena”,
ahondó.
Según
Titus, la idea de que sus productos a base de cannabis estén entrando en países
históricamente vinculados al narcotráfico es una ironía, refiere el diario
estadounidense.
“Aquí
hemos desarrollado una tubería inversa de cannabis”, dijo Titus refiriéndose a
las dificultades que su empresa ha enfrentado para conseguir exportar su
producto a naciones como México y Brasil -país con el que tiene un acuerdo
comercial similar al mexicano-, donde las leyes prohíben en gran medida
sustancias psicoactivas como el Tetrahidrocannabinol, que es uno de los
principales compuestos del cannabis.
De
acuerdo con HempMeds, las plantas para estos tratamientos se cultivan en los
microclimas del Norte de Europa y están libres de pesticidas y herbicidas.
(SIN
EMBARGO.MX/ REDACCIÓN / ENERO 16, 2017 - 8:00 PM)
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