EL DESTINO DE SINALOA. Un enigma.
Dos noticias impactaron en
Sinaloa el mismo enero de este año. Una fue la reaprehensión de Joaquín Guzmán
Loera, en Los Mochis, y la otra, ya en el segundo tercio del mes, la
designación de Quirino Ordaz Coppel como candidato del PRI a la gubernatura. El
Chapo ya la veía venir… y Quirino también. El Chapo era perseguido muy de cerca
desde que fue ubicado por la Marina y la DEA en Cosalá, y a Ordaz Coppel le
habían estado acomodando las piezas para su ungimiento inusitado.
Tal vez sea poco perceptible,
pero estos dos hechos, aunque su naturaleza no esté relacionada, en buena
medida están marcando el destino de Sinaloa. Con el Chapo Guzmán en la cárcel y
en su lucha por no ser extraditado, muchas cosas han cambiado en la estructura
del narco, aunque éste siga imponiendo su pisada bestial. Su organización se
descompuso en las pugnas por el liderazgo y si la sangre no ha llegado al río
es por la intervención del verdadero Padrino del Cártel de Sinaloa, Ismael
Zambada García. Aun así, hechos como la emboscada de militares la madrugada del
30 de septiembre tal vez no hubiesen ocurrido si el Chapo estuviera libre,
porque solo desde ese nivel se autorizan —o se niegan—ataques de esa magnitud,
debido a las consecuencias que conllevan.
Respecto a Quirino, su
designación cayó como balde de agua helada en muchos priistas, causó extrañeza
en general, pero sobre todo impactó el ánimo de los aspirantes y sus equipos,
que no le daban al mazatleco ninguna posibilidad —sobre todo porque solo hasta
los últimos días se metió a la contienda interna.
Pero Quirino fue en realidad
el caballo negro de la puja interna del PRI desde que su candidatura fue
preconcebida en la Ciudad de México o en alguna careada de golf en El Cid. El
candidato natural de todo ese equipo que lo empujó en un principio era Jesús
Vizcarra pero, al negarse el empresario a participar de nuevo, debían tener
otra opción que representara, entre otras cosas, los intereses de ese grupo. Y
no era Aarón Irízar, ni Óscar Lara, menos Heriberto Galindo, Diva Hadamira
Gastélum, o Daniel Amador. Era Quirino, y se metió como entran los pies en los
zapatos nuevos.
Por eso no despegaba su
campaña, porque muchos de los equipos que habían trabajado para otros
aspirantes se desmovilizaron. Y por eso los ajustes en aquella cena en el
Country Club, a donde el gobernador, Mario López Valdez, acudió
clandestinamente para ponerse de acuerdo con Manlio Fabio Beltrones, entonces
dirigente nacional del PRI. Había que sacar adelante a Quirino. Era la orden
presidencial. Punto.
Y lo sacaron. Ganó, eso sí,
en las elecciones más desairadas de la época moderna en Sinaloa, pues apenas
participó el 44 por ciento del padrón, contra un 58 en las elecciones de 2010.
La pregunta ahora es qué le
espera a Sinaloa con un hombre de escasa experiencia empresarial y una carrera
burocrática de bajo perfil, que irrumpe de pronto en la política, que gana una
diputación federal de mayoría y luego recupera la gubernatura para su partido.
Quirino no viene solo. Si se
trata de los asuntos económicos y financieros, tiene los conectes necesarios en
la federación por lo menos para la primera etapa de su gobierno. E interesados
que están porque haga las cosas bien y eso le beneficie al PRI en las
elecciones de 2018, pues sería explicable que reciba los apoyos para bajar
proyectos productivos y recursos para obra pública y social.
Y en materia de seguridad, el
otro gran tema siempre en Sinaloa, parece que ya está decidido dejar esta área
a los militares, que ya ocuparon los principales cargos en otras
administraciones y sus resultados no fueron tan plausibles. Pero esa parece ser
la salida que Quirino está viendo sobre todo porque no hay nadie en su equipo,
—al menos hasta ahora no se ve— que le entienda al tema.
Mucha gente se pregunta qué
pasará con el narco. No se puede gobernar Sinaloa sin un acuerdo con los
líderes del narcotráfico, se haga aquí o en el centro del país. O en las dos
partes. Y algo tendrá que ocurrir al respecto, si es que no hay acuerdo ya.
BOLA Y CADENA
PRONTO SE VERÁ POR DÓNDE
VIENEN las estrategias de seguridad del nuevo gobernador, porque el estado se
ha estado convulsionando por la violencia en el sur, debido a la incursión de
grupos de Jalisco empatados con células de los Beltrán Leyva, que quieren tomar
Mazatlán como cabeza de playa para extenderse en toda la entidad. Lo que debe
quedar claro es que, lo que se vea aquí no será más que el reflejo de los
acuerdos que, a nivel nacional, se están haciendo con los diferentes cárteles
de la droga.
SENTIDO CONTRARIO
2016, SIN DUDA, FUE Y SERÁ,
EN MUCHOS PAÍSES, el año en que Donald Trump ganó las elecciones presidenciales
de los Estados Unidos. Sobre todo en México. Aquí hubo elecciones en 12 estados
y ni el desplome del voto priista, ni el arrollador triunfo del PAN, fue tan
impactante como el triunfo de Trump. Fue la noticia del año que termina, sin
duda. Pero, lo peor, y por ello mismo su impacto en el ánimo de los mexicanos,
es que todavía no sabemos qué carajos será capaz de hacer este hombre que se
empeñó en vender electoralmente su odio a los migrantes, principalmente a los
nuestros.
HUMO NEGRO
NADA HAY MÁS INCIERTO PARA EL
AÑO siguiente que el comportamiento de nuestra economía, la del país y la de
nuestros bolsillos. Las expectativas de crecimiento se han reducido
drásticamente. El Banco de México, a través de encuestas que hace con expertos,
había pronosticado que el crecimiento de la economía andaría por el 2.30 por
ciento en 2017. Pero una nueva encuesta, realizada luego del triunfo de Donald
Trump en los Estados Unidos, bajó la expectativa al 1.80. No lo es todo: la
encuesta más reciente, realizada apenas la semana pasada, arroja que el
crecimiento andará por el 1.70 por ciento. Y esto, por supuesto, afectará los
ingresos de la gente de a pie, como nosotros.
LA AGUJA Y EL PAJAR
POR UNAS MERECIDÍSIMAS
VACACIONES que me asignó Ríodoce, esta columna no aparecerá en las próximas dos ediciones. (Y si son tres
que nadie se asuste).
(RIODOCE/ ISMAEL BOJÓRQUEZ/ 19 DICIEMBRE, 2016)
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