FOTOS: internet
Exceso de confianza propició la
detención del sobrino de “El Chapo” Guzmán en Zapopan, donde se sentía a salvo
de la persecución emprendida en su contra en Sinaloa. Amparo de capos en el
CEFERESO Número 2 para que no los cambiaran de celdas evitó que Jesús Alfredo
Beltrán fuera ingresado al penal federal y se le interno en el nuevo Reclusorio
Metropolitano estatal. Narcos de mayor jerarquía siguen al frente del Cártel de
los Beltrán Leyva, entre ellos “El Chapo Isidro”, “El Cadete” y “El Chapo
Trini”
La llegada del “Mochomito” al
penal de Puente Grande obligó a las autoridades del Centro Federal de
Readaptación Social (CEFERESO) Número 2 a realizar movimiento de reos para
evitar posibles riesgos de confrontación entre capos rivales, o bien, una
alianza estratégica entre los mismos. Sin embargo, el matarife fue enviado a un
penal estatal en la misma zona.
Los primeros en sentir la
amenaza de ser removidos fueron los señalados como narcotraficantes Ismael
Zambada Imperial “El Mayito Gordo”, hijo del líder del Cártel de Sinaloa,
Ismael “El Mayo” Zambada García; y Vicente Carrillo Fuentes, el encarcelado
jefe del Cártel de Juárez.
Tan pronto el Gobierno
Federal ordenó confinar al joven Jesús Alfredo Beltrán Guzmán a una prisión de
Jalisco, las autoridades carcelarias federales planearon como estrategia rotar
a algunos presos, pero éstos le ganaron la partida al solicitar juicios de
amparo. Juntos, en una misma demanda de garantías, Zambada Imperial y Carrillo
Fuentes señalaron como acto reclamado “la orden de ser trasladados de modulo,
pasillo y estancia”, y como autoridades ejecutoras, al Consejo Técnico
Interdisciplinario, al director general y al titular del Área de Seguridad y
Custodia, entre otras.
Luego de que ambos reclusos
ratificaron el escrito promovido en sus nombres, el juez de amparo les concedió
la suspensión provisional del acto que reclaman “para el efecto de que las
cosas se mantengan en el estado que actualmente guardan, hasta que se notifique
a las autoridades responsables la resolución que se dicte sobre la suspensión
definitiva”.
Con la protección que otorga
la medida cautelar, Zambada y Carrillo no podrán ser cambiados de módulo,
pasillo o estancia hacia otro lugar dentro del mismo centro penitenciario.
Finalmente, Jesús Alfredo
Beltrán Guzmán no llegó al CEFERESO 2 “Occidente”, ubicado a 18 kilómetros de
Guadalajara, sino al Reclusorio Metropolitano, que aunque es estatal, tiene
características de máxima seguridad y actualmente cuenta con una población
controlable, inferior a los 250 internos, en su mayoría integrantes del Cártel
Jalisco Nueva Generación (CJNG). El ingreso se registró el lunes 12 de diciembre.
LA CAPTURA
La detención de Jesús Alfredo
Beltrán ocurrió la tarde del viernes 9 de diciembre en el municipio de Zapopan,
cuando agentes federales ya le seguían la pista.
Aproximadamente a las tres de
la tarde, labores de inteligencia ubicaron al “Mochomito” cuando ingresaba a
una barbería ubicada sobre la Calzada Cipreses, en el fraccionamiento Ciudad
Granja.
El joven sinaloense, de 24
años de edad, entró a la peluquería con uno de sus escoltas, mientras otros
tres guaruras aguardaban en el exterior.
Una vez concluido el
servicio, Alfredo abordó el vehículo, seguido de sus cuidadores, y alcanzó a
circular unos cincuenta metros.
De pronto, según vecinos del
lugar que atestiguaron los hechos, otro automotor se le adelantó y le cortó el
pasó.
Detrás llegó un camión grande
con elementos de la Policía Federal. El novel capo y sus esbirros estaban
confiados y no se dieron cuenta del seguimiento del que eran objeto.
Tampoco se percataron de que,
unos minutos antes, sus captores habían cerrado las vialidades cercanas, en un
operativo perfectamente instrumentado. No hubo necesidad de disparos, ni de
violencia.
Una vez interceptados,
Beltrán Guzmán y los pistoleros fueron colocados bocabajo sobre el camellón que
divide los carriles de la avenida empedrada.
Se les realizó una revisión
corporal y una inspección a los dos vehículos en los que iban. Los federales
les hallaron armas, drogas y una granada de fragmentación.
“El Mochomito”, hijo mayor de Alfredo Beltrán Leyva, “El Mochomo”
Con los sospechosos tendidos
en el piso, los policías acordonaron con cinta amarilla el Jesús Alfredo Beltrán
Guzmán, perímetro de la captura y aguardaron unos minutos al arribo del Ministerio
Público de la Federación para cumplir con los protocolos del Nuevo Sistema de
Justicia Penal:
asegurar y fijar los
indicios, e iniciar con la cadena de custodia. Una vez que los detenidos
estuvieron a disposición de un fiscal federal, se confirmó la identidad de
Jesús Alfredo Beltrán Guzmán.
Sus colaboradores resultaron
ser Joel Eduardo López, Baudelio García García, Jesús Rafael Cuen Ramírez y
Gerardo Eddye Cotera García.
En total fueron siete las
armas de fuego aseguradas, una granada, cuatro cargadores abastecidos, 50 mil
pesos en efectivo, 3 kilos 878 gramos de clorhidrato de cocaína y los dos automotores.
La Procuraduría General de la
República (PGR), a través de la Subprocuraduría Especializada en Investigación
de Delincuencia Organizada (SEIDO), informó escuetamente que la detención de
los cinco individuos fue calificada como legal y, dentro del plazo
constitucional, los consignaron ante un juez federal en el penal de Puente Grande, bajo los cargos
de portación de arma de fuego y posesión de cartuchos de uso exclusivo de las
Fuerzas Armadas, así como delitos contra la salud en su modalidad de comercio
de estupefacientes.
LO PASADO, PASADO
Ahora “El Mochomito” está
preso en la misma cárcel de máxima seguridad en la que su padre, Alfredo
Beltrán Leyva “El Mochomo”, estuvo en la misma condición, entre enero de 2008 y
noviembre de 2014, cuando el capo fue extraditado a Estados Unidos.
Jesús Alfredo no tuvo
oportunidad de visitar a su progenitor en la prisión, pues los primeros cuatro
años de encierro estuvo segregado.
En 2012, la actual pareja del
“Mochomo” consiguió mediante un amparo que se autorizara la visita de los hijos
que tuvo con distintas mujeres, pero el mayor no figuraba entre ellos porque ya
se había incorporado a las actividades de la organización delictiva.
Sonia Berenice Cázares
Cázares fue artífice para que el papá del “Mochomito” recibiera la visita de
sus hijos Santiago, Alexa, Marcos y Karmina, entre otros, de primer apellido
Beltrán, combinado con un segundo apelativo diverso.
También logró la visita de
las hermanas del “Mochomo”, Nieves y Felícitas, entre otros familiares. Para entonces,
el junior Jesús Alfredo Beltrán ya se sentía perseguido.
El 12 de enero de 2010
promovió una demanda de amparo ante el Juzgado Quinto de Distrito en Materia
Penal de Guadalajara, temiendo existiera una orden de aprehensión en su contra.
Señaló como autoridades
responsables del acto reclamado a los jueces federales de Jalisco, a los
titulares de la SEIDO (en ese entonces SIEDO), de la Secretaría de Seguridad
Pública Estatal y al comandante del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales
(GAFE) del Ejército Mexicano en la Ciudad de México, entre otras autoridades.
Debido a que el amparo fue
solicitado contra todos los jueces penales federales de Jalisco, incluido el
que conoció del juicio de garantías, éste declinó la competencia para un
juzgador de distrito del vecino Estado de Colima, aunque previamente concedió
la suspensión provisional del acto reclamado al quejoso.
El Juez Segundo de Distrito
de Colima admitió el asunto, pero el 26 de febrero siguiente, producto de los
informes justificados de todas las autoridades señaladas, se comprobó que no
existía ninguna orden de captura contra Beltrán Guzmán y el juicio fue
sobreseído.
Juan Ramón Mondragón Solís,
abogado de “El Mochomo”, fue el encargado de asistir jurídicamente al hijo de
su cliente.
Todo en familia La fama de Beltrán Guzmán se
acrecentó luego del ataque registrado el 11 de junio del presente año al rancho
de la señora Consuelo Loera Pérez, madre del narcotraficante Joaquín “El Chapo”
Guzmán, en La Tuna, municipio de Badiraguato, Sinaloa. Un numeroso comando
armado allanó el inmueble en busca de Aureliano Guzmán Loera “El Guano”, lo que
ocasionó la despavorida huida de Doña Consuelo de ese poblado.
Según atestiguaron lugareños,
el hecho fue perpetrado por “Alfredillo” o “El Mochomito”, quien es sobrino del
“Chapo” e hijo de Alfredo Beltrán Leyva, emparentados políticamente porque
Patricia Guzmán -mamá del muchacho y prima de Joaquín- se casó con “El Mochomo”
hace poco más de dos décadas.
El joven Beltrán Guzmán atribuye el asesinato
de su abuelo Ernesto Guzmán, medio hermano de los Guzmán Loera, a un arrebato
del “Guano”, además de que en el seno familiar es un secreto a voces que “El
Chapo” fue artífice en 2008 para que el Ejército detuviera a “El Mochomo”, lo
que dividió a los Beltrán Leyva del Cártel de Sinaloa.
Luego de este hecho que
desplazó de sus comunidades a decenas de familias en Badiraguato, la madrugada
del 15 de agosto próximo pasado, fueron secuestrados los tres hijos del “Chapo”
Guzmán en un restaurante de Puerto Vallarta.
César, Iván Archivaldo y
Jesús Alfredo Guzmán Salazar fueron levantados por un comando que cinco días
después los liberó en algún punto del Estado de Sinaloa.
LUGAR DONDE FUE DETENIDO
Jesús Alfredo Beltrán Guzmán
“El Mochomito” Este evento criminal, al igual que una emboscada a elementos del
Ejército Mexicano registrada la madrugada del 30 de septiembre en Culiacán,
tienen en la mira de las autoridades federales al heredero del “Mochomo”; sin
embargo, hasta el momento no se ha confirmado plenamente su participación en dichos
sucesos.
EL CÁRTEL BELTRÁN
La organización criminal
continúa con sus actividades en el narcotráfico, pues “El Mochomito” no era el
líder máximo de la clica, como tampoco lo era su tía Clara Laborín Archuleta,
esposa de Héctor Manuel Beltrán Leyva “El H”, detenida en Hermosillo, Sonora,
la madrugada del 12 de septiembre.
Tareas de inteligencia e
información policial y militar establecen que el clan de los Beltrán Leyva es
de los que cuenta con más liderazgos de relevancia en el mapa del narcotráfico en
México.
En el sur de Sinaloa ubican a
Fausto Isidro Meza Flores “El Chapo Isidro”, líder de los “Mazatlecos”.
En el centro y la región
norte de la misma entidad estaba Jesús Alfredo Beltrán Leyva. Mientras que en
Ciudad Obregón, Sonora, tienen a Trinidad Olivas Valenzuela “El Chapo Trini”; y
en la zona desértica de Sonora, hacia el norte, figura Emilio Sajid Quintero
Navidad “El Cadete”.
El parentesco de este último,
primo de los narcotraficantes Miguel Ángel y Rafael Caro Quintero, ha
despertado la suspicacia -no probada aún- de que actualmente, detrás de la
organización de los Beltrán estaría el mismísimo Rafael, ex líder del Cártel de
Guadalajara.
Quintero Navidad es hijo del
finado capo Emilio Quintero Payán y sobrino de Juan José “El Juanjo” -de los mismos
apellidos-, hoy preso en Estados Unidos.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA/
INVESTIGACIONES ZETA LUNES, 19 DICIEMBRE, 2016 12:00 PM)
No hay comentarios:
Publicar un comentario