Luis Durón
Saltillo.- Una mujer que años antes había abandonado el
servicio religioso murió ayer desangrada, luego de que con un cuchillo
se cortó el antebrazo.
El presunto suicidio, reportado alrededor de las 18:30 horas, se suscitó en la casa marcada con el número 362 de la calle Francisco Javier Mina, en la Zona Centro.
En el lugar, doña Tere, como era conocida, de aproximadamente 50 años, decidió terminar con su existencia, al parecer cansada de la soledad que la aquejaba.
En un momento de soledad y depresión, “Doña Tere” tomo un cuchillo y se provocó una herida de aproximadamente cinco centímetros, caminó por la casa, dejando un rastro de sangre, hasta que llegó al baño, donde se sentó en una silla y esperó la muerte.
Familiares de la mujer, al llegar a la casa, descubrieron el cuerpo de la ex religiosa bañado en sangre y pidieron apoyo al 066. Elementos del Cuerpo de Bomberos acudieron al lugar pero nada pudieron hacer por la mujer.
Minutos más tarde, personal de la Agencia del Ministerio Público de la PGJE dio fe de lo sucedido, mientras personal del Cuarto Grupo de Homicidios se entrevistaba con los familiares de la víctima.
Según la declaración de algunos vecinos que se acercaron a la escena, “Doña Tere” era pensionada y daba asistencia a estudiantes en su domicilio.
Fue hace algunos días que la última inquilina de la occisa dejó el domicilio y esto, según testimonios, desencadenó una fuerte depresión en la mujer, quien no soportó la presión de la soledad y optó por escapar por la llamada “puerta falsa”.
El presunto suicidio, reportado alrededor de las 18:30 horas, se suscitó en la casa marcada con el número 362 de la calle Francisco Javier Mina, en la Zona Centro.
En el lugar, doña Tere, como era conocida, de aproximadamente 50 años, decidió terminar con su existencia, al parecer cansada de la soledad que la aquejaba.
En un momento de soledad y depresión, “Doña Tere” tomo un cuchillo y se provocó una herida de aproximadamente cinco centímetros, caminó por la casa, dejando un rastro de sangre, hasta que llegó al baño, donde se sentó en una silla y esperó la muerte.
Familiares de la mujer, al llegar a la casa, descubrieron el cuerpo de la ex religiosa bañado en sangre y pidieron apoyo al 066. Elementos del Cuerpo de Bomberos acudieron al lugar pero nada pudieron hacer por la mujer.
Minutos más tarde, personal de la Agencia del Ministerio Público de la PGJE dio fe de lo sucedido, mientras personal del Cuarto Grupo de Homicidios se entrevistaba con los familiares de la víctima.
Según la declaración de algunos vecinos que se acercaron a la escena, “Doña Tere” era pensionada y daba asistencia a estudiantes en su domicilio.
Fue hace algunos días que la última inquilina de la occisa dejó el domicilio y esto, según testimonios, desencadenó una fuerte depresión en la mujer, quien no soportó la presión de la soledad y optó por escapar por la llamada “puerta falsa”.
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