lunes, 7 de agosto de 2017

MANLIO, ¿CANDIDATO DEL FRENTE AMPLIO?

La alianza PAN-PRD que se anunció el 25 de junio pasado y la posibilidad de construir un frente amplio que “sacara al PRI de Los Pinos y evitara la llegada de Andrés Manuel López Obrador” se perfiló con mayor claridad ayer, tras reunirse los dirigentes nacionales y gobernadores de esos partidos,  en un encuentro donde también estuvieron el precandidato presidencial independiente Emilio Álvarez Icaza y el presidente de la Fundación Nosorxs, Mauricio Merino Huerta.

Las posibilidades de que esta alianza se concrete son mayores a las posibilidades de que gane la presidencia de la República, lo que hace levantar sospechas de que el PRI, con su infinito y retorcido colmillo, sea quien esté auspiciando desde las sombras este amasijo ideológico-político que terciara la votación, sacándolo del lejano cuarto lugar en el que hoy se encuentra, y metiéndolo de nueva cuenta en una pelea de la que hoy por hoy, está fuera.

Las cuentas alegres de los aliancistas, sin embargo, no deberían ser tan alegres. Al tratarse de una alianza de cúpulas, las principales resistencias están al interior de sus propios partidos, pues hay corrientes importantes tanto en el PRD como en el PAN, que no están de acuerdo con esta lanzada.

Militantes de Izquierda e Izquierda Democrática Nacional, entre otras corrientes del PRD no ven con buenos ojos la alianza. En el PAN, el calderonismo concentra la principal oposición, ya que una alianza de esta naturaleza dejaría sin la candidatura a Margarita Zavala, algo que no podrían permitirse.

De acuerdo con el ex dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, la alianza es posible en tanto que son más las coincidencias que las diferencias, pues sólo hay dos temas en los que no coinciden del todo: el energético y el de la interrupción del embarazo, mientras que en otros sí están de acuerdo, tal es el caso del combate a la corrupción, el impulso a la democracia, el federalismo y el respeto a los derechos humanos.

Los envidiosos dirán que esos temas, además de ser generalidades sin tiempos programáticos ni acuerdos concretos, son justamente los ejemplos más flacos del ejercicio de todos los partidos como gobierno y donde la suma de complicidades sólo ha servido para mantener el estado de cosas en un país cruzado por la corrupción, la antidemocracia, el centralismo y la violación sistemática de los derechos humanos.

No hay ningún elemento a la mano para suponer que, por ejemplo, en materia de financiamiento a esta alianza, se disipen los vicios otrora patrimonio del PRI, y hoy profundamente arraigados en el resto de los partidos. Por citar uno: el de la canalización de recursos públicos desde gobiernos estatales para financiar campañas electorales, fuera de los legalmente establecidos por los organismos electorales.

El asunto no es menor. En la reunión de ayer estuvieron presentes el gobernador de Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera; el de Michoacán, Silvano Aureoles; el de Tabasco, Arturo Núñez y el de Morelos, Graco Ramírez, todos del PRD.

Por el lado del PAN, estuvieron José Rosas Aispuro, de Durango y Javier Corral, de Chihuahua.

El volumen de dinero que desde esos cinco estados podría orientarse a la campaña presidencial de su candidato, no es para nada despreciable.

Ahora bien, ¿quién podría encabezar esa candidatura?

Miguel Mancera, Silvano Aureoles y Ricardo Anaya la quieren, aunque han manifestado que estarían dispuestos a declinar “en aras del interés nacional y dejando de lado los intereses personales”, lo cual es una frase encantadora en su oquedad.

La única mujer que participó en la reunión de ayer fue Alejandra Barrales, la dirigente nacional del PRD que, antes de aspirar a la candidatura, tendría que explicar convincentemente (lo cual no ha hecho) su enriquecimiento inexplicable. Su condición de militante de una izquierda que reparte tortas y frutsis en las plazas públicas, mientras toma champagne y botanea caviar en sus departamentos de súper lujo en Estados Unidos.

¿Podría, Manlio Fabio Beltrones ser el candidato de esa alianza? Quién sabe. Pero si alguien ha venido insistiendo, antes que cualquiera de los personajes de esta reunión, en el tema de los gobiernos de coalición, es precisamente el ex gobernador sonorense.

¿Que es priista? Sí. Pero eso, antes que una desventaja, suma puntos a su favor, sobre todo porque los dos grandes partidos de esta alianza, el PAN y el PRD, cuando han ido juntos en elecciones estatales, han postulado como sus candidatos a reconocidos militantes del tricolor, que por una u otra razón (generalmente su exclusión como candidatos), han abandonado las filas del PRI.

En Puebla, Rafael Moreno Valle; en Oaxaca, Gabino Cué; en Nayarit,  Antonio Echavarría en Nayarit; Mario López Valdez en Sinaloa; Miguel Ángel Yunes en Veracruz;  Carlos Mendoza Davis en Baja California Sur, por citar algunos, todos han sido priistas que encabezan alianzas del PRD y el PAN.

José Antonio Gali Fayad, actual gobernador de Puebla por el PAN, también fue priista. Salvo Javier Corral, de Chihuahua y Francisco García Cabeza de Vaca en Tamaulipas, el PAN ha ganado elecciones estatales, la mayoría en alianza con el PRD, postulando a priistas “redimidos”.

La pregunta que debemos hacernos a estas alturas, es si en esos estados donde  el PRI ha perdido gubernaturas frente a priistas postulados por el PAN y/o el PRD, las cosas han mejorado.

Sonora es acaso el ejemplo más a la mano. Después de 80 años de gobiernos priistas, el PAN postula a un ex priista como candidato: Guillermo Padrés. Y gana la gubernatura. tico, porque basta saber que el señor est rente a priistas El resultado de su gobierno mejor ni se los platico, porque basta saber que el señor está en la cárcel acusado de lavado de dinero y delincuencia organizada.

¿Tendrían “Los Chuchos” del PRD o los panistas de Ricardo Anaya (hoy reencontrados con Madero y Corral), algún prurito en postular a Manlio como candidato de su alianza?

¿Tendría Manlio algún inconveniente en encabezarla, si el Grupo Atlacomulco no le cumple sus expectativas de postular a Osorio Chong, o a él mismo?

En la política mexicana, como en la dimensión desconocida, todo puede suceder.

II

Y en temas locales, buenas noticias para el poniente de Hermosillo, donde el gobierno del estado acaba de anunciar una inversión de 4 millones de pesos para evitar se repitan historias de anegación de privadas residenciales como Villa de Parras, Zinfadel, Tokay y Perlette.

Se trata de construir un colector pluvial que resuelva problemas de inundaciones en esa zona residencial, donde anteriores gobiernos (lo siento, pero hay que decirlo, panistas, hicieron las cosas con las patas. Al estilo.

Hay que mencionar que esta obra fue exigida por los vecinos del sector, a partir del anuncio de la construcción del Hospital de Especialidades, que incluye inversiones por 440 millones de pesos (hoy 444 millones), en vialidades y obras pluviales.

Buen ejercicio de consulta ciudadana y concertación con los vecinos, para mejorar la calidad de vida en ese sector, que se vio seriamente dañado con las lluvias de la semana pasada y que evidenció la falta de planeación urbana en esa zona.

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(DOSSIER POLÍTICO/ARTURO SOTO MUNGUÍA /2017-08-07)


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