Dado que las tierras indígenas contienen
una gran diversidad biológica, las comunidades Wixárrika y Tarahumara están en
constante lucha no sólo por preservar sus culturas, sino también por conservar
lo que queda de los ecosistemas silvestres de la Tierra. A Miguel y Agustín
Vázquez Torres, a Isidro Baldenegro y a Juan Ontiveros los asesinaron por la
misma razón que otros 12 activistas indígenas en los últimos 30 años: la
defensa del territorio ancestral.
Crimen organizado acecha a más líderes
Wixárrikas, dice la tribu; urgen ayuda del Gobierno de EPN
Ciudad de México, 8 de julio
(SinEmbargo).- Las tierras indígenas en México y sus defensores enfrentan una
amenaza más violenta que la minería, las empresas transnacionales y la
exploración del petróleo: los cárteles, alertó Greenpeace.
En un informe, la
organización internacional recordó que en mayo de este año los hermanos Miguel
y Agustín Vázquez Torres, líderes wixárrikas que trabajaban para proteger sus
tierras de la incursión de ganaderos y cárteles de la droga, fueron asesinados
a tiros en Tuxpan de Bolaños, Jalisco.
Miguel Vázquez Torres era
comisionado de tierras públicas de los wixárrikas, y su hermano Agustín, un
abogado que enfrentaba batalla por la reivindicación de tierras en la comunidad
indígena San Sebastián Teponahuaxtlán. Ambos dirigieron una campaña para
recuperar 10 mil hectáreas, apenas el 4 por ciento de sus tierras ancestrales.
Habían invitado a los ganaderos a entablar un diálogo pacífico y pedido al
Gobierno mexicano que brindara seguridad para evitar la violencia mientras se
resistía a los cárteles.
“Esta tragedia de la codicia
y la corrupción sirve como alarma para los activistas que intentan preservar
nuestro mundo natural”, expresó la ONG.
Asimismo, enfatizó que la
crisis mundial en tierras indígenas es tan urgente como el cambio climático o
la pérdida de biodiversidad. “Aproximadamente 400 millones de pueblos
indígenas, con 5 mil culturas distintas, representan la mayor parte de la
diversidad cultural del mundo”. Y ahora, refirió, las tierras están también
amenazadas por los cárteles de la droga.
El informe detalle que las
organizaciones delictivas ahora se infiltran en las tierra wixárrikas en busca
de regiones para cultivar droga de manera ilegal.
Asesinato de Wixárrikas, cereza de la
violencia en Jalisco que apunta a autoridades y al CJNG
Esta práctica no es nueva. En
2001, el líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán, confiscó
terrenos wixárrikas para plantar cannabis. Después de la captura del capo en
2014, los cárteles de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación (CJNG) se disputaron
el poder, y las plantaciones de amapolas reemplazaron a las de mariguana,
sirviendo al mercado de heroína de Estados Unidos.
“Dado que los ganaderos y los
narcotraficantes comparten el deseo de eliminar la resistencia Wixáyrrika, se
cree que los dos grupos han colaborado en la violencia” que asedia a las
comunidades indígenas, refirió Greenpeace.
Durante la colonización
europea, el territorio Wixárrika, de 240 mil hectáreas en la costa oeste de
México, fue confiscado principalmente por ganaderos. Desde entonces, armados, a
menudo asistidos por la Policía, los indígenas han resistido los esfuerzos para
recuperar sus tierras.
Greenpeace enfatizó en que a
pesar de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas de 2007, pocas naciones reconocen realmente los derechos a la
tierra de los pueblos indígenas.
Sus tierras se pierden para
la extracción de recursos sin el consentimiento fundamentado previo legalmente
requerido. Dado que las tierras indígenas contienen una gran diversidad
biológica, estas comunidades están luchando no sólo por preservar sus culturas
sino también por conservar lo que queda de los ecosistemas silvestres de la
Tierra.
Doce defensores del territorio
tarahumara han sido asesinados en 30 años; señalan a un cacique
Por el asesinato de los hermanos Vázquez
Torres, el Gobierno de Jalisco, a cargo de Aristóteles Sandoval, inició una
investigación, de la que se desconoce su avance, en contra del Alcalde de
Tuxpan de Bolaños, Juan Carlos Rodríguez Mayorga, así como de los agentes que
dejaron en libertad a los agresores.
Miguel y Agustín se suman a
una larga lista de defensores de los bosques que han sido asesinados desde
2005.
En 2016 fueron asesinados los
activistas Víctor Carrillo, Elpidio Torres y Valentín Carrillo, mientras Isidro
Baldenegro, defensor tarahumara, fue el primero de 2017.
Baldenegro, de 51 años de
edad, tenía un gran reconocimiento internacional y fue galardonado en 2005 con
el Premio Ambiental Goldman por su defensa de los bosques de la Sierra
Tarahumara.
El pasado 2 de febrero, 15
días después de la ejecución de Baldenegro, el cuerpo del activista indígena
Juan Ontiveros Ramos, quien antes había sido privado de su libertad, fue
localizado en el ejido de Choreachi, en Chihuahua.
A Miguel y Agustín Vázquez
Torres, a Isidro Baldenegro y a Juan Ontiveros los asesinaron por la misma
razón que otros 12 activistas indígenas en los últimos 30 años: la defensa del
territorio ancestral.
(SIN EMBARGO.MX/ REDACCIÓN / JULIO 8,
2017, 3:30 PM)
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