martes, 6 de mayo de 2014

ORDAZ, EL OTTO Y EL MONCHY, MUY VIVITOS

La Viña del Señor

“Entre más obra, más sobra”, decía el profesor Carlos Hank González, exregente del D.F. con José López Portillo y jefe del grupo Atlacomulco, hoy en el poder y puesto jaque por el cineasta Alfonso Cuarón, quien tiene rato cuestionando nuestra pobre democracia. 
Y la cita viene al cuento cuanto el alcalde Otto Claussen Iberri, está envuelto en un lío que involucra la construcción de una prometida unidad deportiva en terrenos empleitados y que en su momento fueron adjudicados al constructor José Ordaz Aguiar, en un juicio laboral amañado en contra de la familia Fourcade y en donde aparecieron como sus “socios” el actual líder de la CTM estatal Javier Villarreal y los abogados de dicha central Juan Barraza y su primo Carlos Rodríguez Barraza, quien para más señas fue abogado del contralor Héctor Hernández, en su demanda contra el IMSS y que nunca le pagó al Choche, pues se le fue como el mayate…con todo el hilito.

Historia de un fraude anunciado
El terrero tiene su historia: Está ubicado a espaldas de la Hacienda Fourcade, la cual fue adquirida por Francisco Razcón Manzana y forman parte de muchas hectáreas de las que se adueñó Ordaz en el mencionado litigio simulado en donde las autoridades de la Junta de Conciliación y Arbitraje del sur del Estado con sede en Ciudad Obregón sucumbieron al tráfico de influencias y a los chorros de dinero y doña Norma Fourcade Rogers, está segura de ello.
Igual sucedió con el terreno de Las Tinajas, el cual supuestamente le vendió Norma Rogers, pero que alega la familia Sierra, les pertenece y que Antonio Astiazarán en su administración le “liberó” a Ordaz al desistirse la entonces síndica Hortensia Díaz Frayde de un juicio de amparo previa donación de cinco millones de pesos que pagó el gringo Jon Mellen, a quien José le había vendido Las Tinajas en varios millones de dólares y cuya operación tampoco reconoce, cuando la lana entró a cuentas de su hermana Catalina Ordaz o de Villas Sirenas, la sociedad formada entre la dama y el norteamericano, que involucra otra trama sheksperiana digna de ser contada en otra ocasión.
En la bronca de Las Tinajas, en donde aparece la mitad amparada en una escritura levantada por Enrique Ahumada Tarín, salió de pleito con su entonces abogado Rodolfo Pelón Léon, muy cercano a los efectos del Otto y de Luis Gato Bárcenas, quien lo demandó por lo pactado, que era una parte considerable del inmueble en disputa.
Profesional de la transa como es Ordaz, para salvar un adeudo de 5 millones de predial, urdió “donar” los terrenos vendidos a Razcón y que tienen en riesgo una inversión de 14 millones de pesos, a pesar de que los personajes conocedores de la trama sabían desde un principio los peligros existentes que de un momento a otro podían aflorar y con ello poner freno a la concreción del proyecto.

Los personajes de la trama… mejor dicho de la transa
En el enredo figura en rol estelar Ramón Monchy Leyva Montoya, para mayor precisión operador político del Ayuntamiento porteño en su calidad secretario de la comuna y por su papel de abogado de Ordaz, en su demanda contra Razcón Manzana, a quien se vendieron en 300 mil dólares los lotes de la discordia en una operación realizada en la notaría de Sergio Llanes Rueda y que entonces regenteaba Cuauthémoc Benavides, por la calle 20.
Por cierto en la transacción estuvo metida la mano del contador de Razcón Jesús García, el Chuy Pesado, cerebro financiero de César Lizárraga Hernández, durante todo su trienio.
Ordaz alega a su favor que no se le pagó el precio pactado, mientras su contraparte sostiene lo contrario.
Así las cosas, a nadie parece sorprender, solo a los metidos en el “movimiento”, que donde aparece la persona de Ordaz, lo acompaña un tufo de que algo anda mal, o mínimo está bajo sospecha. Y en el caso la realidad volvió a dar la razón a los creyentes en el dicho aquel que sostiene “dime con quien andas…” y como es sabido el alcalde Claussen no es tonto… sino al contrario es muy laaaargo y no puede llamarse timado, pues desde un principio sabía a lo que le tiraba aliándose con el depredador constructor, quien ha sido señalado por los comparadores de terrenos del Roca Fuerte y de la Petrolera, por negarse a escriturar los lotes que le compraron y cuyos pagos les recibió.
Por algo Ordaz, despuesito del triunfo electoral del germano, se le vio buscando un acercamiento con el futuro alcalde y arreció “pa´quedar bien”  a través de su testaferro Víctor el Buitre Parra y su fantasmagórica organización “Guaymas, tu puerto” una campaña de denostación en contra de la administración panista de Lizárraga.
¿A poco le robaron los huevos al águila?... Nadie se traga ese cuento.
Otto Claussen, Ramón Leyva y José Ordaz, conocían bien los riesgos al echarse ese trompo a la uña y en donde los intereses de los porteños es lo que menos importa y 14 millones es algo de feria. De ahí el apanicamiento.

¡¡Mira que vivitos nos resultaron los pillos!!

(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ Columna  Viña del Señor / Lunes, 05 de Mayo de 2014 12:05)

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