jueves, 28 de marzo de 2013

LA FAMILIA FELIZ



En una agencia de colocaciones familiar se ha convertido la administración municipal de Guaymas.

Águeda Barojas
Siempre ha sido así con gobiernos priistas, panistas y perredistas, pero este era el gobierno del rumbo, el del cambio prometido.

Va de nuez, mañana se cumplen los seis meses de gobierno y nada, pero no hay que desesperar, conociendo al presidente municipal, Otto Claussen Iberri, puede ser que le eche toda la carne al asador hasta el próximo año, una vez que se aproximen las elecciones del 2015.

Y es que más vale hacer al final que al principio ¿no? Más si se tienen aspiraciones políticas.

Por qué creen que el presidente municipal de Empalme prefirió aventarse el “tiro” de incrementar la tarifa del agua, llegando, llegando.

Lo mismo sucede con el alcalde de Guaymas. Si bien es cierto el Gobierno Federal apenas está arrancando, es lógico que prefiera detonar todos los proyectos al final y no al principio.

Sin embargo y a pesar de que lo anterior pudiera tener lógica, el principio siempre será importante para definir el rumbo.

Pero este rumbo de los primeros meses de gobierno nos indica que hay más de lo mismo.

De sobra se ha señalado el sello que Claussen Iberri tiene para “gobernar”, si es que a eso que  hace se le puede llamar así.

Seis meses después y por fin se dio el primer cambio en materia de Seguridad Pública.

Y aunque eso no resuelve el problema ni lo es tan trascendente para mejorarlo, por lo menos nos indica que ya salieron del letargo en el que estaban.

Ayer fue nombrado nuevo comandante de policía en San Carlos Luis Moreno García.

¿Quién es Luis Moreno García? Pudiera repetir todas las maravillas que el boletín de prensa del Ayuntamiento dice de él, pero prefiero decirles lo que investigue.

Primero y lo que es de todos conocido, es padre del director de Asuntos Internos, el mismo que recibe quejas ciudadanas contra policías y comandantes. El mismo que tiene archivada una denuncia ciudadana contra Francisco Vidaurrázaga Soto.

Que dilema tan grande tendrá este funcionario si es que alguna vez, ojalá que no, alguien denuncia a su padre.

Segundo, para saber quién es el nuevo comandante y para hacerle justicia porque lo único que sabíamos es que era padre de y compadre de Alfonso Flores,  entré a Google a buscarlo.

Y es que si, según el Ayuntamiento ha ocupado tantos cargos importantes en Nogales, Baja California y Acapulco Guerrero, Acaponeta y Tepic Nayarit, Tijuana Baja California, Uruapan Michoacán, Manzanillo Colima, Mazatlán Sinaloa, Villa Hermosa Tabasco, pensé que algo debía encontrar.

¿Qué creen? Pues no encontré nada. Nada, de nada. Sólo la nota que hace referencia a su llegada a San Carlos. ¿Que alguien me expliqué?

Para su fortuna, tampoco hubo nada malo, simplemente nada.

El nombramiento de este nuevo funcionario emparentado con otros, hizo recordar que no es el único que labora en la administración municipal con parientes pobres.

Walter De Cima, titular de Desarrollo Económico, logró acomodar otra vez, a su esposa en Relaciones Exteriores, donde pasará sin pena ni gloria, pero si cobrará, por supuesto.
Eduardo Gaxiola Márquez, secretario particular del alcalde logró meter a su hijo a la Profeco. Otro que pasará sin pena ni gloria, pero que también cobrará.

La directora de Recursos Humanos, Zulma  Zazueta metió a su hermano en Acción Cívica.

También ocupan cargos en la administración los hermanos Alfonso y Carlos Flores. Ah y la esposa del administrador de la APIM.

Los Claussen no pueden faltar, Juan Carlos Bellot Claussen está en Servicios Públicos Municipales y Ana Carolina Claussen Brossig, es la reciente adquisición de la Casa de Piedra. La prima del alcalde va como administradora del Auditorio Cívico.

Y mejor le paramos porque no acabamos, este árbol del nepotismo está muy frondoso, lo dejaremos para una segunda parte.

LO QUE ENTRÓ, SALIÓ

Y se dieron las 10 y las 12 y la una y las dos y nomás no llegó el informe de las festividades del Carnaval.

Alfonso Uribe Corona, titular del Instituto de Festividades, realmente tenía la intención de dar a conocer el resultado financiero de la fiesta a los dos o tres días después de que concluyeran.

Quién sabe qué pasó que no fue así y a más de un mes de haber concluido las fiestas lo único que los guaymenses saben es que lo que entró, salió. ¿Para dónde salió? Ah pues eso sí quién sabe.

No extraña para nada que ni un sólo regidor levante la voz, ni extraña que la adormilada “oposición” del cabildo se quede callada. Antes como antes y ahora también.

(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ Águeda Barojas Ontiveros/  Jueves, 14 de Marzo de 2013 18:40)

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