jueves, 28 de marzo de 2013

DE LA GLORIA… ¡AL TOTAL OLVIDO! HUGO FIGUEROA MENDÍVIL…



Jorge Castillo Morán/El Vigía
Diariamente, Hugo Figueroa, en otros tiempos asediado por jóvenes, que deseaban integrarse a Ostioneritos, se sienta por horas en lo que fuera su barrio, en calle 11 y avenida Abelardo L. Rodríguez. Con un presente y futuro inciertos, pero con una memoria envidiable, el hoy entronizado a los salones de la Fama del Deportista Sonorense y Guaymense, habla para Periódico El Vigía sobre como muchos de los ahora adultos ex Ostioneritos, radicados en Estados Unidos y Sonora, ni siquiera el saludo le brindan, recuerda el olvidado promotor de 74 años de edad



Era el mediodía de ayer martes, y ahí estaba sentado, como todos los días, en la esquina de la calle 11 y “Abelardo L. Rodríguez” el legendario Hugo Figueroa Mendívil, aquel reconocido ex promotor de decenas y decenas de generaciones que integraron los Ostioneritos de Guaymas, muchos de ellos hoy residentes de los Estados Unidos gracias a la labor deportiva que desempeñó a favor de ellos el ahora olvidado guaymense.

--Buenas tardes Hugo, -saluda el reportero de Periódico El Vigía.

--Buenas tardes -contesta él.

--¿Se acuerda de mi? -E inmediatamente contesta extendiéndome la mano.

--Sí, pero no me acuerdo cómo te llamas.

--Soy Jorge Castillo.

--Ahhh Castillo, sí ya más o menos me acuerdo, discúlpame, ando muy enojado y preocupado -señala Figueroa Mendívil-, ya que fui a cobrar mi pensión y no me llegó nada.

Y así comienza la plática con un mal oliente y descuidado, pero muy atento personaje del deporte, quien a lo largo de más de 25 años hizo historia para Guaymas, tanto en Sonora, como en los Estados Unidos con ese reconocido equipo, que hoy su nombre forma parte de la historia del deporte en la mente de muchos porteños.

Su tiempo lo ocupa escribiendo canciones, sus predilectas son los boleros románticos.

--¿Cómo está?

--Físicamente bien, económicamente mal, me suspendieron la pensión de 2 mil pesos que me dan cada dos meses, me dijo la muchacha que es por aquello de demostrar la supervivencia, pero al parecer mañana (hoy) me la van a entregar, me dijeron que fuera al banco a checar -expresa preocupado el guaymense.

Con 74 años cumplidos, ya que asegura haber nacido en el puerto de Guaymas el 15 de agosto de 1935, Hugo Figueroa recibe la pregunta de rigor.

--¿Se acuerda de los Ostioneritos”

Y con una memoria envidiable, de ésas que todos quisiéramos tener, contesta de forma rápida.

--¿Cómo no me voy a acordar de los Ostioneritos? Gracias a Dios algunos viven allá en los Estados Unidos porque el beisbol les dio esa gran oportunidad y otros viven por acá, pero nunca se acuerdan de mí”.

Y agrega: “Gracias a mi están por allá disfrutando, y otros por acá pasan con unos carrazos para presumir, pero ni siquiera se acuerdan de mi, ni tan siquiera para saludarme, pero ni modo, los mexicanos somos unos malagradecidos, pero me da gusto que estén bien”.

Y vuelve a recordar su principal tema: “Apenas cobré dos veces y me suspendieron el pago de la pensión en esta tercera vez, me dijo la muchacha que fuera mañana (hoy) a ver si ya la depositaron”, manifiesta el veterano promotor de decenas y decenas de jugadores porteños, tanto en Sonora, Baja California y el sur de la Unión Americana.

¿Cómo obtuvo esa pensión?

“No estoy seguro, pero creo que fue con el apoyo de Víctor Pérez Ascolani, quien me orientó como conseguirla”.

¿Cómo sobrevive Hugo Figueroa?

Baja la cabeza, piensa unos segundos, y con una mirada que enmarca tristeza y mucho sufrimiento, vuelve a alzar su cara de frente al reportero y soltando el llanto y señala “he vivido como se ha podido, hay algunos amigos que me dan la mano de vez en cuando, como la familia de panchillo Saavedra, como con mi hijastro Emigdio Escobar, se supone que debí cosechar lo que sembré, pero no he cosechado nada”, y continúa llorando ante el reportero.

Y sus ex jugadores radicados en Estados Unidos ¿No lo ayudan?

Vuelve a bajar la cabeza y con mucha nostalgia contesta “hay mínimo 50, pero no quiero decirte los nombres porque tal vez se ofendan, pero ninguno me ayuda, también tengo unas hijastras que mantuve desde chicos que viven aquí en Guaymas, y de quienes por cosas naturales debieran apoyarme, pero tampoco lo hacen, me tienen olvidado”, y vuelve a caer ahora en un amargo dolor y llanto.

¿Cómo es una rutina diaria de Hugo Figueroa?, Le revira el reportero

Se limpia los ojos con los costados de su camisa y dice: “me levanto como a las 6 de la mañana todos los días y entre las 6 y media y 7 me voy a caminar, ya sea para el lado del mercado o por la Serdán, no me gusta estar sentado en un solo lado”, aclara Figueroa en tono más entrón.

Y es que el ex promotor de los Ostioneritos de Guaymas se considera una persona sana, “gracias a Dios no fumo ni tomo, no tengo vicios y me gusta caminar para estar más sano y como una manera de entretenerme”.

Y que más hace durante el día y la tarde?, ¿En que ocupa su tiempo?

Entrando ya en confianza con el reportero y quizá en uno de los temas de más importancia para él, contesta: “pues ya vez, como no trabajo, ya estoy viejo, me gusta mucho escribir, hago canciones, me gusta hacer boleros románticos”, e inmediatamente saca de entre las bolsas de su sucio pantalón unas hojas de papel que muestra al reportero donde están escritas varias canciones.

“Algunas ya están escritas con música, yo se las pasaba a Rodolfo Montiel, incluso se las grababa tarareadas, y él le daba los tonos altos o bajos, pero aquí no hay comercio para esto, todo quieren que les regales, y pues así no”, señala serio Figueroa Mendívil.

Recuerda que esa capacidad de escribir música la obtuvo de su abuela, ella escribía poesía y es algo que yo le heredé”, señala luego de sacar otra melodía que escribió en una hoja de papel sanitario, la cual empezó a cantar ante el reportero y algunas personas que desde la otra acera de la banqueta lo ven fijamente mientras van caminando.

UNA VIDA MUY TRISTE

¿Cómo ha sido su vida?

Pregunta el reportero Figueroa, quien de inmediato voltea la mirada que tenía de atención a quien aquí escribe, y vuelve a soltar el llanto. Después de unos segundos, con la misma mirada baja contesta: “muy triste a pesar de que sabes que ayudaste a mucha gente, pero así es la vida y así tengo que vivirla”, expresa cabizbajo.

Mejor háblame de tu paso por los Ostioneritos de Guaymas, ¿Cuántos años fueron? Vuelve a revirar el reportero.

Figueroa Mendívil levanta de inmediato su cara, se vuelve a secar las lágrimas con sus manos y mirada con mirada ante el reportero recuerda: “fueron casi 50 años en el beisbol, primeramente me inicié con el equipo de los Cuervos, allá por los años 50´s, en ese entonces ya había un equipo en el puerto de Guaymas con el nombre de los Ostioneritos, que tenía el padre de Martín Sandoval”, empieza a remembrar el entrevistado.

“Cuando él se retiró me autorizó utilizar el nombre y con ese nombre se abrieron las puertas al inicio de los 60´s para ir a los Estados Unidos con el equipo”, recordando entre aquellos jugadores a su compadre y ex filder Francisco “Palillo” Manríquez y al ex pitcher de la Cantera, Ramón Sánchez.

Y ¿En qué año dejaste a los Ostioneritos?

Sube su mirada al cielo, y después de unos segundos contesta “la verdad no sé si fue en 1988, 89 o 90, no me acuerdo, pero fueron de 27 a 28 años los que dedicamos a forjar jugadores en ese equipo, son muchos nombres, muchas caras, la verdad no los recuerdo, necesitaría ver los line up para acordarme, pero entre ellos estuvieron el de Punta Arena José Luis “Güerito” Rivera, Isaac Martínez, Rodolfo “Zurdo” Larios, Emigdio Escobar, Marcos Velarde, Ramón y Jesús Sánchez, y muchos más, pero además tomaba en cuenta a 5 o 6 jugadores de Empalme, ya que para mi no había enemigos”, señala con cara seria y en tono dominante.

¿En qué consistían las giras?

“Eran viajes de 2 meses que hacíamos cada año en el periodo vacacional de los alumnos que iniciaban en Hermosillo y continuaban por Benjamín Hill, Santa Ana, Agua Prieta y Nogales, así como los Estados Unidos y de regreso nos veníamos jugando por Ensenada, Tijuana, Tecate y Mexicali”, recuerda con cara de orgullo Figueroa Mendívil.

“Lo más lejos que fuimos fue a Stockton California, eran giras donde los muchachos, quienes en su mayoría eran de sexto año o de los primeros grados de secundaria, giras que comprendía de entre 40 y 45 partidos, recuerdo que nos apoyaban mucho las cooperativas pesqueras, especialmente Don Florentino López Tapia, recuerdo que los muchachos llevaban dos uniformes y los intercambiamos de tal forma que se convertían en cuatro”, expresa sonriente ante el reportero.

¿Y porqué se acabaron los Ostioneritos?

Baja la mirada y señala “pues se acabaron las cooperativas y se acabaron los apoyos, ellos nos apoyaban para el camión, la alimentación los uniformes y todo lo que implicaba ese tipo de giras, fui muy criticado, pero ningún hijo de la ching…. se atrevió a hacer lo que yo hice”, señala categórico el entrevistado.

“Yo les hacía la comida, les llevaba a lavar sus uniformes, llegábamos a una casa muy grande en Torrance, California, que contaba con una cancha de basquetbol techada, tenía una alberca muy grande, mesa de billar y se encontraba a 2 cuadras de un parque donde ellos podían ir a correr, todos se querían quedar ahí”, recuerda Hugo Figueroa.

ENTRONIZADO EN SONORA Y GUAYMAS

¿Usted está entronizado en los salones de la Fama de Sonora y Guaymas?

“Sí, ingresé al Salón de la Fama de Sonora en 1999 por méritos propios, y por eso también al de Guaymas, si no, ni me hubieran pelado aquí”, manifiesta tajante el oriundo de la calle 11 y avenida XI, domicilio originalmente de sus padres y que ahora ocupa solamente él.

Don Hugo, ¿Cómo ve su futuro?

De una seriedad manifiesta vuelve a la nostalgia y cabizbajo, con una cara de tristeza inmediatamente reflejada señala “tengo un futuro muy incierto, ya vez, ahorita no tengo la pensión, no tengo el apoyo de nadie, la verdad que no sé como le van a hacer para enterrarme, vivo solo, lo bueno que no soy enfermizo, por las tardes también voy a caminar, trato de distraerme un poco y me acuesto temprano, entre las 7:30 y 8 de la noche, procuro no molestar a nadie, por eso me la llevo fuera de la casa”, expresa el entrevistado.

Finalmente, ¿Cuál sería su mensaje para los padres de las nuevas generaciones de guaymenses?

“Yo los invitaría para que los activen en el deporte, cualquiera que sea, ya que es una forma muy sana de cuidar su cuerpo y que además otorga muchas satisfacciones”, concluye Figueroa Mendívil, quien se despide de mano del reportero, no sin antes invitarlo a seguir platicando de nuevo.

(PERIODICO EL VIGIA/ Jorge Castillo Morán/ 27 Marzo 2013)

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