El secretario de elecciones del PAN, Arturo García
Portillo, admite en entrevista que la derrota electoral de este año y el hambre
de poder con que mucha gente se afilió en los dos sexenios pasados tienen al
partido en un bajo nivel competitivo y con pocos militantes. Sin embargo, él le
apuesta a que esto contribuirá a depurar su organización tras el proceso de
reafiliación que concluyó el viernes 14.
Por cierto, su primer presidente de la República,
Vicente Fox, no refrendó su militancia y su esposa Marta Sahagún ni siquiera
aparece en el padrón.
Álvaro Delgado
MÉXICO, D.F.
(Proceso).- El “aura” por la conquista de la Presidencia de la República, en el
2000, atrajo hordas que se afiliaron al Partido Acción Nacional (PAN) en los
gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, pero la pérdida del poder y el
retroceso electoral a niveles de 1994, en las elecciones de este año,
propiciaron la fuga masiva de esos presuntos militantes.
El éxodo de
ciudadanos pertenecientes al PAN es colosal: Del millón 868 mil 572 militantes,
activos y adherentes, sólo refrendaron su pertenencia a ese partido 379 mil, es
decir, apenas el 20% del total.
La estimación de la
dirigencia nacional, que encabeza Gustavo Madero, era antes de iniciar el
proceso de refrendo que la militancia se reduciría a la mitad, unos 900 mil,
pero luego se apostó que se quedarían en el PAN los que votaron en la elección
de candidato presidencial, el 5 de febrero de 2012: Un total de 547 mil.
Ni eso. Los
ciudadanos que refrendaron su militancia son casi los mismos 371 mil 377 que se
afiliaron en la campaña de dos semanas que, con ese fin, organizó César Nava,
quien sustituyó a Germán Martínez en la presidencia del PAN tras el colapso
electoral de 2009.
Y más aún: Los 379
mil militantes (210 mil activos y 169 mil adherentes) son casi el mismo número
que el PAN tenía en el año 2000, en vísperas de ganar la Presidencia de la
República.
El secretario
nacional de elecciones del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN, Arturo
García , reconoce que la caída de 1 millón 800 mil a unos 600 mil militantes
puede hacer pensar que el PAN se vacía tras la descomunal derrota del 1 de
julio. “Nada más que esa es una interpretación muy errónea, porque el millón
800 mil hace mucho que no existen. El referente es la votación del candidato presidencial
de febrero de 2012, que fue de casi 600 mil panistas”.
Explica: “En febrero
pudieron ir a votar todos los miembros activos y adherentes que quisieran, a
nadie se le prohibió. Además había una competencia interna intensa, real, y los
candidatos desplegaron toda su actividad para tratar de llevar gente a votar. Y
eso dio, con números cerrados, 600 mil. Bueno, eso es lo real”.
Pero, una vez
concluido el procesamiento de los datos del refrendo, ni esos propios votantes
quisieron seguir siendo militantes del PAN.
El padrón del PAN,
denominado Registro Nacional de Miembros (RNM), ha sido sometido a permanentes
cuestionamientos porque la mayoría eran afiliaciones corporativas. Su
depuración se fue aplazando una y otra vez porque el PAN no tenía mecanismos
para hacerlo.
García , uno de los
expertos del PAN en materia electoral y secretario de Elecciones también con
Manuel Espino, reconoce que el abultamiento de su padrón ha tenido una lógica
perversa.
“En el PAN la
afiliación ha estado vinculada a candidaturas, y quienes las querían tenían
que afiliar. Ese fue el problema. Ahora la vinculación es con tareas. Esa es la
diferencia.”
–Pero hay quejas de
que los que afiliaron corporativamente también han llevado a refrendar…
–No importa.
–¿No le preocupa eso
al PAN?
–No. Esto se
discutió en reuniones y hasta se propusieron candados. Yo digo que no importa
que los lleven a refrendar, nada más que entiendan que esa gente que va a
refrendarse está diciendo que quiere tomar una tarea en el partido. Si está
dispuesto a tener una tarea, estoy de acuerdo en que se refrende a todo mundo.
Pero si me dicen que sólo quiere refrendarse para votar por el que le digan,
entonces sí estamos en broncas.
Y advierte: “Si esa
gente que se refrendó no tiene una tarea en 2013 va a ser dada de baja. El
refrendo es el inicio de un proceso de depuración constante que implica que
para ejercer derechos, como el de votar, hay que cumplir obligaciones, como
ayudarle al partido en tiempos electorales”.
–¿No podrán sólo ser
llevados los militantes a votar?
–Ya no se va a
poder. Ahora van a tener una tarea, no solamente ejercer derechos. El ejercicio
de un derecho está vinculado al cumplimiento de tareas. Esa es una gran
diferencia. Claro, hay que hacerlo viable y hacer una serie de ajustes para que
el militante diga que quiere ser capacitado o que le den trabajo. También la
dirigencia asume una responsabilidad con eso, que no es menor.
El aura del poder
Luego de seis
décadas como oposición, el PAN conquistó la Presidencia de la República en el
2000 y desde entonces su militancia comenzó a crecer de manera descomunal.
Ese año, cuando
triunfa Fox, eran aproximadamente 360 mil los militantes, activos y adherentes,
y en 2006 la cifra se triplicó: tenía 1 millón 96 mil.
Para 2009, antes de
que Nava iniciara la campaña de afiliación, el PAN tenía ya 1 millón 320 mil
militantes activos y adherentes. Esa campaña sumó a 371 mil 377 nuevos, para un
total de 1 millón 691 mil 377.
Y para el reciente
viernes 21, una vez que concluyó el periodo de refrendo de militancia
–realizado entre el 1 de octubre y 14 de diciembre–, los militantes sumaban 1
millón 868 mil 564: 354 mil 466 activos y 1 millón 514 mil 98 adherentes.
Sin embargo, todos
en el PAN sabían que esas cifras eran y son ficticias, porque en los años más
recientes no se había hecho una depuración para eliminar a miles de personas
que ya nada tenían que ver con ese partido.
“El refrendo tiene,
si mal no recuerdo, tres años de retraso. Y no se hizo por una combinación de
cosas: porque no era el tiempo adecuado, no se habían diseñado los mecanismos
para hacerlo, y se fue posponiendo hasta ahora. Debió haber estado listo para
la elección interna de 2012, pero no fue posible.”
–Hasta ahora ya como
oposición…
–Sí, que además
sirve; que el refrendo no sea porque se está en el gobierno. Esa es una
circunstancia transitoria: estamos y no estamos, el chiste es que se quiera
pertenecer al PAN porque es el PAN.
–¿Los ciudadanos se
afiliaron al PAN porque era gobierno?
–A partir del dato
estadístico, así es. Pero no sólo porque estaba en el gobierno, porque no todo
mundo estaba, pero sí hubo un crecimiento exponencial a partir del 2000.
“¿Por qué? No todos
entraron a posiciones de gobierno, pero el aura del partido en el poder… la
gente que se afilió porque (pensaron:) ahora sí se van a ganar elecciones y por
tanto ahora sí me va a tocar.”
Pero a algunos de
los que ya les tocó no quieren seguir en el PAN, como amagó el ex presidente
Fox, quien por lo menos hasta el viernes 21 aparecía en la página del RNM sin
la “aprobación” de su refrendo. Y su mujer, Marta Sahagún, no aparece siquiera
en el padrón de militantes.
Calderón, quien hizo
público el trámite de su refrendo acudiendo a la sede del PAN en la delegación
Álvaro Obregón, no aparece en el RNM como aprobado, pero sí su mujer, Margarita
Zavala.
Un caso notable es
el de Ricardo García Cervantes, quien aceptó ser subprocurador general de la
República con Enrique Peña Nieto y que conocerá de violaciones a los derechos
humanos en el sexenio de Calderón: refrendó su militancia en el Distrito
Federal y le fue “aprobada”.
Otros datos
curiosos: César Nava no aparece con su refrendo de militante activo aprobado y
su esposa Patricia Suirvent Barton, con quien impulsó la campaña de afiliación
en 2009, está en la misma circunstancia.
En tanto la actriz y
cantante Mariana Ochoa, quien supuestamente se afilió en el inicio de la
campaña en la sede nacional del PAN, ya no aparece en el padrón del partido.
–¿Fue positiva la
campaña de afiliación de Nava o fue sólo un golpe publicitario?
–Fue publicitario,
evidentemente. ¿Por qué? Poner en lista a gente es lo de menos, encontrar a
gente que quiera tener una tarea, un rol, que quiera hacer cosas en el ámbito
político es diferente. Creo que las campañas de afiliación tienen que ser de
otra manera, no así.
Ruptura latente
Ex diputado federal
por Chihuahua, coordinador de la campaña por la presidencia del PAN de Cecilia
Romero, que luego declinó a favor de Gustavo Madero, en 2010, García Portillo
dice que el PAN padece una debilidad estructural que llevó al tercer lugar de
la candidata Josefina Vázquez Mota.
“En diputados
tenemos un resultado con parámetros de los años noventa y en general una
pérdida de posiciones locales y municipales”, subraya. Y admite la debilidad de
su partido: “Ha habido una progresiva descomposición en algunos estados a causa
de pleitos por candidaturas y dirigencias, además de hacerlo al margen de los
procedimientos legales y éticos. Ese es un problema.”
Aunque la Comisión
de Evaluación y Mejora concluyó que se harán nuevos estatutos, García Portillo
advierte: “El reto del partido es responder con nuevas reglas y políticas
internas, porque no todo se resuelve con la reforma de estatutos ni
reglamentos”.
El PAN, admite, ha
llegado “a una situación límite”, pero también aprecia que hay “una enorme
conciencia de esta situación”, que puede permitir que haya soluciones prontas,
porque el próximo año es clave para el futuro del PAN, con los 14 procesos
electorales.
Por ello, afirma, en
vez de profundizar una encarnizada lucha de facciones, debe prevalecer la inclusión,
porque al PAN podría pasarle lo que al Comité de Organización Política
Electoral Independiente (COPEI), de Venezuela, cuya ruptura interna hizo que,
de ser el segundo partido más importante de Venezuela, con dos presidentes,
cayera hasta el 2% de la votación:
“Debemos mirarnos en
la imagen del COPEI. Nadie va a ganar si tensamos la liga hasta el final y nos
empeñamos en sacar nuestra opción. El PAN debe aprender a ser incluyente y
tolerante con otras expresiones dentro del mismo partido, lo que no les ocurrió
a ellos, llegaron al extremo de la ruptura y nunca se pudieron recomponer.”
–¿Habrá una ruptura
en el PAN si no hay inclusión?
–Sí, eso es claro.
Por eso digo que nos veamos en ese espejo. Eso es teoría de juegos. Felipe
Calderón lo estudió en el ITAM: si queremos ganar todo, habrá gente que pierda
todo. Aceptemos algo que no ganemos todos, pero que tengamos parte todo mundo.
Ese es el asunto, no ir al todo o nada.
García Portillo
insiste en que “lo crítico es que hubiera una situación que nos partiera por la
mitad”, por lo que espera que impere la sensatez y se fortalezca el PAN:
“Fortalecerlo es dejar de pelear hacia el interior y entender que el partido
debe ser mucho más abierto y tener una mayor expresión social”. Y en ese
sentido recomponer el PAN para los 14 procesos electorales del próximo año, que
son clave también para la elección presidencial de 2018.
“El próximo año empieza
el ciclo electoral que culmina en 2018. Ese año tiene mucho que ver con 2016,
cuando se renuevan 13 gubernaturas, las que no se renuevan en 2013, que son
nada más Baja California y 13 locales.”
Explica: “En 2016
los candidatos a gobernador saldrán de 2013, claro, los mejor posicionados,
líderes de los congresos, los que sean, pero si no se tiene una plataforma en
2013 difícilmente se puede pensar en ganar las gubernaturas de 2016, y si no se
piensa en eso no se puede pensar en 2018. Ese es el ciclo”.
Por eso los grupos
del PAN deben entender que nos conviene más un mal arreglo que un buen pleito:
“Y entender también que en 2013 las elecciones son absolutamente fundamentales
para detener el movimiento inercial del mal resultado de este año y volver a echar
a andar la maquinaria para adelante. Es una prioridad”.
–¿Se van a ir
serenando los ánimos?
–Hasta ahorita
todavía no, pero espero que ocurra.
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