lunes, 20 de febrero de 2012

TORTURA DE ÉLITE EN SINALOA






Madre de interno en el Cipa denuncia abusos por parte del Grupo Élite de la PEP


Elier Lizárraga   
“No es la primera vez que los policías golpean a mi niño. Estoy desesperada porque los han amenazado y agredido verbalmente”, denunció Yolanda al revelar los abusos de los que su hijo Daniel ha sido víctima durante las irregulares revisiones que elementos del Grupo Élite de la Policía Estatal Preventiva ha realizado al interior del Centro de Internamiento Para Jóvenes Adolescentes (Cipa).


La noche del viernes 20 de enero, los elementos policiales ingresaron al Tutelar de Menores en uno de sus operativos. Les pidieron a los internos que salieran para hacer una revisión de las celdas, supuestamente en busca de drogas o armas de cualquier tipo. Según Yolanda, su hijo le contó de los arrebatos que los jóvenes sufrieron esa noche.

Los policías rompieron abanicos, rompieron camas, rompieron espíritus. Durante el chequeo de las celdas se destrozaron cosas que las familias de los jóvenes habían comprado para hacerles la vida un poco más llevadera en el penal. Desde televisiones y películas, las cuales les tienen permitido ver una vez a la semana, hasta abanicos, grabadoras, entre otras cosas.

Cuando uno de los seis adolescentes internos por la comisión de delitos le preguntó a uno de los agentes el porqué de aquellas acciones, este lo golpeó junto con algunos de sus compañeros usando la cacha de su rifle AR-15. A otros los amenazó.

Tres días más tardes hubo otra alarma. Las madres de los menores infractores recibieron una llamada anónima para avisarles que los elementos del Grupo Élite ingresarían nuevamente al tutelar, pero se trataba de una falsa alarma. No por esto las mujeres han dejado de sentir temor, pues no es la primera vez que estos hechos suceden, según el testimonio de Yolanda.

El 19 de noviembre fue la primera vez que se registró un hecho de esta naturaleza. De acuerdo con las madres, los policías élite ya habían ingresado el 19 de noviembre de 2011 cuando no solo golpearon a sus hijos, sino que los sobajaron y los torturaron sicológicamente.

“Les decían que eran basura, que no valían nada. Entonces, cuando mi niño se acercó a uno de ellos para preguntarle por qué los estaban tratando así, por qué los maltrataban, por qué les rompieron sus cosas, el policía que les estaba gritando lo golpeó. Le preguntó: ¿qué te pasó?, y mi hijo le contestó: ‘Tú me golpeaste’. Entonces le volvió a preguntar lo mismo, y mi niño le contestó lo mismo, hasta que lo obligaron a decir que se había caído”.

Una vez más, antes de Navidad, la tortura volvió a repetirse. Los jóvenes de nueva cuenta fueron torturados con la chicharra, como dice Yolanda, aparato utilizado para dar electrochoques en las partes íntimas. Esto se repitió entre los internos del módulo 10 y luego los del módulo 7 en el Cipa.

“Antes de Navidad hubo golpeados, pero no fue tan agresivo como esta vez. Fue más agresión verbal. Esta vez agarraron parejo a golpes con todos”.

El principal enemigo: el miedo
No solo las familias, sino la mayoría de los jóvenes decidieron callar por temor a las represalias. Aunque no los han amenazado de muerte, sí lo han hecho de volver a golpearlos.

“Las familias han visto ahí a las camionetas del Grupo Élite. Ellos dicen que entran a revisión. La verdad sí es muy alarmante pensar que en cualquier momento estén lastimando a alguno de los niños ahí adentro y nosotros sin saber nada, porque ni siquiera nos avisan si están lastimados o si está pasando algo ahí”.

Los muchachos están asustados. Yolanda dice que su hijo le pide que queden las cosas así. Aunque no han recibido amenazas de muerte.

Esta versión fue confirmada por dos maestros que trabajan con los internos, quienes por razones de seguridad decidieron omitir sus nombres. Uno de ellos cuenta que la agresión se realizó el viernes, y los alumnos se acercaron a él un día más tarde, cuando acudió para impartir su taller.

“Yo los vi golpeados, con moretones en el rostro. Se veían muy mal. Cuando les pregunté me explicaron que los del Grupo Élite habían entrado aquí y los habían golpeado”. El docente indicó que, según los comentarios de los muchachos, se estaban peleando algunos internos de dos módulos cuando ingresaron los policías para calmar el asunto.

La supuesta pelea fue la tarde noche del viernes. Los custodios, al ver que sería difícil separar a los jóvenes, pidieron auxilio a los elementos de la Policía Estatal Preventiva para que acudieran en su apoyo, quienes para detener la pelea sometieron y golpearon a los adolescentes, cuenta el maestro.

“Los muchachos sí han llegado a pelearse en otras ocasiones, pero los golpes que se les veían se notaba que no eran de ellos mismos. Está difícil que entre ellos puedan golpearse y dejarse así como quedaron”.

Otra maestra indicó que los muchachos realizan todo tipo de actividades en el Cipa y hay quienes se dedican a actividades artísticas, trabajos de carpintería, entre otras labores productivas. A pesar de esto, indica que los jóvenes no son capaces de armar una revuelta de tal magnitud que los custodios no puedan controlar.

“Hay un muchacho que toca guitarra, hace canciones, ha hecho obras de teatro aquí en el Cipa. Hay algunos que sí son más violentos, pero la mayoría son más tranquilos”. La profesora afirma que también vio las heridas provocadas por los policías.

La directora del Tutelar de Menores, Alejandrina Rubio Lara, no se ha presentado con las familias. Las madres explicaron que han intentado acercarse con ella para saber qué está pasando, pero la directora no da la cara.

Juan José Ríos Estavillo, presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, informó que actualmente el personal de ese organismo ya tomó cartas en el asunto ante la denuncia hecha por varios de los familiares de los menores presuntamente agredidos.

“Ya hemos iniciado una investigación. Nosotros marcamos términos para las respuestas que nos den las autoridades. Nos encontramos con la generación de informes y respuestas”, explicó.

Investigación preliminar
Ríos Estavillo dijo que el plazo para que la autoridad a cargo dé a conocer los reportes o hechos es en un lapso de cinco días hábiles a partir de que se presenta la queja e informa al titular, lo cual se hizo desde la semana pasada.

Hasta el momento, el personal de la CEDH ha entrado en contacto únicamente con los custodios y el personal encargado del trabajo en las celdas, pero no ha habido acercamiento a los jóvenes que aparentemente fueron agredidos por los cuerpos policiales del estado.

Por otro lado, la versión oficial dista mucho de la que han dado los familiares de los reclusos en el tutelar. Francisco Córdova Celaya, titular de la Secretaría de Seguridad Pública del estado, aseveró que la madre del menor miente al hacer estas aseveraciones.

“Esta señora miente. Ningún policía entró en el tutelar a golpear a nadie. Lo que se dio ahí fue un pleito entre los internos”.

Además, dijo que no se trata de niños robando chicles, sino de criminales, asaltantes a mano armada y asesinos. Asimismo dijo que los custodios del reclusorio para menores pueden acreditar que no hubo intromisión por parte del Grupo Élite a las instalaciones del penal.

Alejandrina Rubio Lara, directora del Cipa, a través de la Dirección de Comunicación Social de la Secretaría de Seguridad Pública, informó que el incidente se trató de un motín entre los propios jóvenes, y no una intervención y revisión del Grupo Élite, como denuncian las madres.

“Los jóvenes empezaron a golpearse usando tablas o lo que hubiera a la mano. Los cuerpos de seguridad entraron al penal, pero con el objetivo de controlar la situación, no para agredir”, informó la dependencia.

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