Lorena Figueroa
Un tiroteo similar al ocurrido esta semana entre un supervisor de Inmigración y un agente especial de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en California no tarda en ocurrir en El Paso por la supuesta tensión en el ambiente de trabajo y fricciones entre los empleados de la División de Operaciones de Ejecución de Deportaciones (ERO, por sus siglas en inglés) de la dependencia federal.
Así lo aseguraron a El Diario de El Paso algunos empleados y ex oficiales de ICE, quienes denuncian que los supuestos roces entre supervisores y oficiales han escalado a las amenazas verbales de despido y muerte.
Incluso, dijeron, hasta ya se ha registrado en ICE de El Paso un incidente en el que un supervisor de ERO supuestamente amenazó con una pistola a otro compañero en el patio del Centro de Procesamiento de ICE, localizado en Montana y Hawkins, donde se encuentran detenidos los inmigrantes en proceso de deportación.
La portavoz de ICE en El Paso, Leticia Zamarripa, no regresó mensajes dejados a su teléfono y correo electrónico para comentar sobre las denuncias ni las políticas que la dependencia federal tiene para evitar enfrentamientos como el ocurrido el jueves pasado.
Ese día registró un tiroteo en las oficinas de ICE en Long Beach, dejando un agente muerto y otro herido cuando uno de ellos recibía una evaluación de su rendimiento, según autoridades.
Funcionarios federales identificaron el viernes al pistolero como el agente especial de inmigración Ezequiel García y al herido como Kevin Kozak ysegundo al mando de la agencia en la región de Los Ángeles.
García fue mortalmente herido de bala por un tercer agente que intervino en el incidente. Ese oficial está de licencia administrativa y su nombre no fue revelado.
Un funcionario federal familiarizado con la investigación dijo a la Prensa Asociada que Kozak rechazó un pedido de transferencia interna que le formuló García.
Algunos empleados indican que en ERO, que es la división de ICE que se encarga de los casos de deportación y de los centros de detención en los condados de El Paso y Otero, el incidente en Long Beach pudiera replicarse en esta frontera.
De hecho, hace unos cinco años un supervisor de ERO —que aún trabaja y se desempeña en el mismo cargo— sacó su pistola y apuntó contra un oficial amenazándolo de que lo iba a matar durante una disputa en el patio del “corralón”, indicó un ex empleado de ICE quien pidió no se publicara su nombre por temor a más represalias de las que ha sufrido recientemente por parte de la dependencia federal.
Manifestó que luego de 10 años de laborar en la división de ERO de ICE en El Paso tuvo que renunciar por recibir constantes amenazas de muerte contra él y su familia, luego de quejarse de incidentes como el del “corralón” y reportar supuestas irregularidades en la conducta de sus compañeros, incluyendo casos de corrupción como el cobro de tiempo “extra” sin hacerlo.
“Muchas cosas se han reportado pero nadie hace nada”, manifestó.
“Si no eres parte del ‘grupo de chicos’, nadie te protege”.
El asistente de deportaciones de ICE en El Paso, Roberto Quesada, dijo que fue degradado hace cuatro años de oficial de deportaciones a un puesto de “secretaria”, como represalia por quejarse de irregularidades en ERO y abuso de poder de algunos supervisores en los 15 años que lleva trabajando en la dependencia federal.
Aseguró que en ERO presuntamente ha habido numerosos incidentes de discriminación y actos de corrupción.
“Hay algunos supervisores que abusan de su puesto para hostigar a oficiales de origen mexicano.
Y cuando las víctimas se quejan, los amenazan para que ya no digan nada”, manifestó.
Quesada indicó que como vicepresidente regional del sindicato AFGE (American Federation of Government Employees) entre el 2002 y 2006 recibió numerosas quejas de empleados del ICE por el abuso de poder, discriminación, hostigamiento y amenazas, no sólo en contra de inmigrantes detenidos sino también de oficiales, incluyendo el del supuesto incidente en el “corralón” donde el supervisor amenazó con su pistola a un oficial.
Manifestó, sin embargo, que la situación se ha agravado a partir del 2007, con casos además de nepotismo, corrupción y “manoseo” con los casos de los inmigrantes en proceso de deportación.
Con documentación en mano citando fechas, nombres y puestos de supervisores, Quesada informó a El Diario de El Paso las supuestas irregularidades y maltrato a oficiales, incluyendo hostigamiento en contra de las oficiales embarazadas, los cuales han sido reportados al Buró Federal de Investigaciones (FBI) y al Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
En lugar de recibir respuesta a las quejas para corregir la conducta irregular de quienes la perpetran, Quesada ha obtenido represalias de amenazas verbales y por escrito en correos electrónicos de sus supervisores de ICE.
El martes, Quesada denunció ante el Departamento de Policía de El Paso a un abogado de ICE y un supervisor de la dependencia federal aquí en El Paso por supuestas amenazas, maltrato e irregularidades de las que se hacen “de la vista gorda”, entre ellas, el “manoseo” de casos de portación, en los que los inmigrantes son arrestados y expulsados del país injustamente.
“Como veterano de guerra tengo una obligación de servir a Estados Unidos”, dijo Quesada, quien sirvió a la milicia en Corea durante 1991 y 1992.
“No importa si me amenazan. Total, ya he aguantado tanto”.
Otros agentes y empleados de ICE manifestaron de manera pública el supuesto maltrato en su lugar de trabajo, en abril del 2010 durante una protesta ante la nula acción por parte del director de ICE, John Morton, y la secretaria de DHS, Janet Napolitano.
Las quejas también se han presentado a la Oficina del Inspector General sin pasar a mayores.
Además de las desavenencias y rencillas entre sus empleados, ICE ha sufrido otros episodios de pública humillación.
Agentes de ICE han sido investigados por conducir ebrios vehículos gubernamentales, por mentir a otros investigadores y abusar de su cargo en beneficio personal, como el reciente el caso del jordano Ahmed Adil Abdallat, quien mantenía un cargo de Supervisión Especialista en Investigación de Inteligencia de la dependencia, por el desvío de fondos gubernamentales destinados a viajes y mal uso de su pasaporte diplomático para giras personales.
Apenas en enero un juez federal en El Paso lo sentenció a “tiempo servido” y esta semana a pagar más de 116 mil dólares como restitución.
Otro también ha sido investigado por mantener una relación inapropiada con el objetivo de una investigación del ICE y uno más por usar su cargo gubernamental para hacer preguntas desde Texas sobre el desalojo de su suegra de una vivienda en Nuevo México.
(Lorena Figueroa/ El Diario de El Paso)
lfigueroa@diariousa.com
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