sábado, 25 de febrero de 2012

EL ABUSO DE LA POLITICA


El abandono de cargos de elección popular por otros: un desvío de la alternancia


Paúl Mercado 
Políticos de todos los partidos que pidieron el voto al ciudadano para ocupar un cargo público, o funcionarios que fueron designados dentro de la administración pública de los tres niveles de Gobierno, “tiran a la basura” sus puestos para buscar otros y se aprestan a salir a las calles para pedir, de nueva cuenta, el voto que los confirme como “chapulines” o “changos mecateros” de la política.


Por la ambición de un sexenio en el Senado de la República, Aarón Irízar López dejó la diputación federal que sí quiso su suplente Reyna Araceli Tirado Gálvez, quien sin pensarlo dos veces dejó la regiduría en el Cabildo de Culiacán. Héctor Melesio Cuen Ojeda por su parte despreció seguir siendo alcalde de la capital sinaloense para buscar una curul en el Senado y en su lugar quedó interino quien fuera síndico procurador, solo para darle paso a Aarón Rivas Loaiza, quien abandonó la diputación local que tenía “para cumplir su sueño” de ser presidente municipal.

Ejemplos de estos “servidores públicos”, mejor conocidos como “políticos chapulines” por saltar de un cargo a otro sin concluirlos, se reeditan cada elección no solo en Sinaloa, sino en todo el país, y constituyen un mal epidémico de la clase política mexicana, que a decir de estudiosos en la materia, ha venido a consolidarse una vez que el régimen priista comenzó a debilitarse y dio paso a la alternancia.

Debido a la escasez moral y ética en la política, nadie se ha decidido a abanderar más allá de la declaración una iniciativa que reforme las reglas electorales para impedir que esto suceda, por lo cual la práctica de los “chapulines”, también llamada “changos mecateros”, se mantiene legalmente vigente. 



Aunque existe en la legislación de Baja California la prohibición al respecto, el caso de Jorge Hank Rhon ha convertido a dicha ley en vigente pero obsoleta, pues el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le concedió en el 2007 contender por la gubernatura de ese estado pese a que el Tribunal Electoral local se lo había prohibido pues era alcalde de Tijuana.

Por eso el argumento de quienes lo hacen, como el diputado con licencia Blas Rubio Lara, que busca una diputación federal por el PRI, o Fernando González Sánchez, quien dejó la Subsecretaría federal de Educación Pública para ser senador por Sinaloa, termina en la autodefensa de que no incurren en ningún acto ilegal.

Arturo Santamaría Gómez, catedrático de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), puntualiza que es interesante ver cómo lo que hoy se da en llamar “chapulines” en política, era algo mucho menos común en el régimen clásico del PRI: 



“El presidencialismo autoritario decidía quién se iba a uno u otro lugar; normalmente hacía esos cambios el presidente de la República o el hombre poderoso de cada región, pero una vez que habían concluido, casi siempre, esos cargos”.

Esta deformación de la democracia ocurre principalmente cuando empezó a debilitarse el régimen priista, pero sobre todo a partir de la alternancia es que se generaliza, se pierde la disciplina, las largas militancias y se recurre a empresarios para que sean candidatos ante el desgaste de la clase política, e incluso, empiezan a “piratearse” candidatos o los militantes rompen la disciplina ante la ausencia de un eje en el mando y se pasan a otros partidos y esto se desorganiza totalmente, añade el investigador de tiempo completo.

Piedras a los bichos

A pesar de ser parte de la normalidad política el hecho de que los políticos dejen inconclusas sus gestiones, ya sea en los congresos, alcaldías o incluso en puestos de la administración pública, es algo que no deja de molestar a un sector de la población, que al no tener tribuna para expresarlo, se espera al día de la elección para castigar a esos “chapulines”.

Pero quienes sí tienen la cobertura de los medios también aprovechan para cuestionar la falta de ética y moral, aun a sabiendas de que esos son valores escasos en el juego político.

Así pues, Ezequiel Reynoso, diputado local del PT, considera que no se vale que si fueron elegidos para cumplir un periodo, renuncien para irse a otra campaña cuando apenas van iniciando su gestión, dejando inconclusas las cosas.

Maria Serrano, senadora de la República, también lamentó esta situación y al igual que el gobernador Mario López Valdez, “chapulín” en su momento, sugiere que se legisle para hacer válida la reelección y así acabar con este problema.

Por su parte el dirigente estatal del PRD, Heriberto Arias, dijo que esta práctica constituye un abandono de los compromisos que se hicieron con los ciudadanos a la hora de pedirles el voto, por lo que pidió legislar para que al menos se condicione la separación de los cargos públicos para buscar otro, cuando hayan cumplido al menos con las dos terceras partes del mandato.

En tanto Francisco Solano Urías, presidente del Comité Directivo Estatal del PAN, reaccionó molesto días antes de que Héctor Melesio Cuen se separara de su cargo: “Por supuesto que me molesta, por supuesto que lo digo con toda la intención de que los ciudadanos de una vez por todas digan ¡ya basta!, y no nada más a él, sino a todos los funcionarios abusivos que todos los días se manifiestan de diferente modo en todo el país y en todo el estado”.

Y es que apenas el mes de enero pasado, Cuen Ojeda había dicho, resignado ya a quedar fuera de la contienda electoral federal, que él no esperaba ser propuesto por algún partido pues estos tenían el monopolio de las candidaturas: “A mí no me ha invitado ningún partido político a participar… ya veremos, si se presenta esta oportunidad lo valoraremos, pero hasta entonces no pienso gastar nada de energía al respecto puesto que tengo una gran responsabilidad como presidente municipal”.

Pero precisamente la falta de responsabilidad de los políticos “chapulines” con el pueblo de Culiacán, ha hecho que en los últimos cinco años la capital de Sinaloa haya tenido seis presidentes municipales: Jesús Vizcarra Calderón, Antonio Castañeda, David Ibarra Félix, Héctor Melesio Cuen Ojeda, José Manuel Osuna Lizárraga y Aarón Rivas Loaiza.

En la esfera federal, entre diciembre de 2011 y febrero de 2012, el Congreso de la Unión recibió 40 solicitudes de licencia: 32 diputados federales y 8 senadores. La mayoría fueron del PRI: 31, pero todos con miras a la elección del domingo 1 de julio, en busca de un nuevo puesto de elección popular o una posición dentro de algún gobierno, de acuerdo con el Primer Reporte Legislativo de Integralia, consultora que dirige Luis Carlos Ugalde.

—¿De qué se trata? ¿Es una deformación de la democracia? —se le pregunta a Arturo Santamaría.
—Sin duda, es una deformación, es un abuso de la democracia con el pretexto de las libertades ciudadanas. Efectivamente que cualquiera puede tener derecho aspirar a un cargo, existe eso en términos constitucionales, pero digamos que esto le quita respeto a la ciudadanía, habla de ambiciones personales o de grupos, ya no de compromisos profundos con la comunidad, porque no hay seriedad alguna cuando estás algunos meses en un cargo y aspiras a otro donde haya más poder o más posibilidad de seguir escalando y no hay compromiso profundo a largo plazo con nadie.

—¿Y por qué ese desprecio a los representados o a los electores?
—Porque la ciudadanía es demasiado débil, no está organizada para ponerle un límite a eso; legalmente tampoco hay ningún limite, ningún candado para que salte de aquí para allá.


Al dejar Cuen alcaldía demostró que solo era un escalón que no estaba en su plan personal


De grillo a chapulín


Paúl Mercado
Cuando el 8 de julio del 2009 Héctor Melesio Cuen Ojeda dejó de ser rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, tenía muy claro lo que quería hacer: ocupar una alta posición política desde donde se tomen las decisiones importantes del país. 



Así lo dijo a Ríodoce en su momento pero la posibilidad fallida de ser gobernador se cruzó en su camino y finalmente debutó en política siendo presidente municipal de Culiacán.


El pasado miércoles 15 de febrero debutó también como “político chapulín” al dejar el cargo para buscar ser senador de la República, a un año, un mes y 15 días de iniciada su gestión.

—La agravante aquí es que Cuen debutó en política como alcalde, algo no común, y de repente deja la posición —se le consulta a Arturo Santamaría Gómez, catedrático de la UAS.


—Es que la Presidencia de Culiacán para él fue un escalón que no tenía contemplado, para de ahí disputar la gubernatura. Cuando estaba en la Rectoría aspiraba a gobernador… No pudo y digamos que tuvo la suerte que lo jalaron a la Presidencia Municipal, pero no era su aspiración. (Su aspiración) era ser gobernador, aunque ya le hicieron creer que puede llegar a Los Pinos.

—En teoría científica, el chapulín en su etapa inmadura no tiene alas, no puede volar.


—¡No!, ¡pues obviamente que no va a llegar al Senado! ¡No hay manera!, solo que suceda un milagro. Incluso, si llegara a inscribirse Manuel Clouthier, lo van a mandar hasta el fondo.

Algunos chapulines:

Nombre            Partido    Cargo que deja    Cargo que busca

Blas Rubio Lara        PRI        Congreso local    Congreso federal
Carlos Castaños        PAN        Sedesol-Sinaloa    Congreso local
Aarón Irízar López        PRI        Congreso federal    Senado
Eduardo Angulo Castro    PAN        Oportunidades    Congreso federal
Víctor Zazueta Angulo    PAN        Gobierno estatal    Congreso federal
Héctor Melesio Cuen    Panal        Alcaldía Culiacán    Senado
Fernando González        Panal        SEP federal        Senado
Beatriz Paredes Rangel    PRI        Congreso federal    Gobierno DF
Josefina Vázquez Mota    PAN        Congreso federal    Presidencia


El rey ha muerto… viva el rey

Elier Lizárraga
Aarón Rivas Loaiza ascendió al poder prácticamente recibido como un emperador. Apenas dictaminó la Comisión de Puntos Constitucionales su propuesta, el ahora alcalde entró en el recinto legislativo la mañana del 16 de febrero seguido por Francisco Antonio Castañeda Verduzco, Guadalupe Ernesto García Cota, Luis Javier Corvera Quevedo, Felipe de Jesús Manzanárez Rodríguez y Jesús Manuel Patrón Montalvo, representando a las fracciones del PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano respectivamente, así como las legisladoras del Congreso.

En las graderías del recinto había lleno total: desde simpatizantes de Rivas, familiares y amigos, hasta funcionarios de Gobierno y exalcaldes, como Gerardo Vargas Landeros, Evelio Plata Inzunza, Jesús Enrique Hernández y Aarón Irízar, quienes asistieron para presenciar la toma de protesta.

Todo fue rápido. Primero la renuncia de Héctor Melesio Cuen Ojeda a la Presidencia Municipal de Culiacán cerca de las 13:00 horas del 15 de febrero, para registrarse unas horas más tarde como candidato al Senado de la República por Nueva Alianza en representación de Sinaloa. A las 20:00 horas, Aarón Rivas ya solicitaba licencia para dejar su cargo como diputado propietario por el distrito 12 de forma permanente para sustituir a Cuen Ojeda en la vacante.

En menos de 24 horas, ya los priistas y sus allegados lo aclamaban con vítores y gritos de aprobación por su nuevo deber. Y los diputados aprobaron por unanimidad la propuesta de la Comisión presidida por Luis Antonio Cárdenas Fonseca. Con esto, el PRI regresa al poder en Culiacán y permanecerá hasta el 31 de diciembre de 2013 si el ahora presidente municipal no decide buscar otro cargo de elección popular.

Pero le tembló la mano. Cuando Rosa Elena Millán Bueno, presidenta de la Mesa Directiva del Congreso le tomó protesta, Aarón Rivas se puso nervioso. No se sabe si esto es un designio de lo que le espera a Culiacán o simplemente un desliz del exlegislador, pero, al ofrecer una breve conferencia a los medios de comunicación luego de su toma de protesta, también le tembló la voz.

Se mostró agradecido. Hasta abrió las puertas a los reporteros de la fuente si alguna vez requerían de sus servicios ahora como presidente municipal, pero al cuestionarlo sobre los problemas en boga de la actual administración, como las finanzas y las obras inconclusas, Rivas Loaiza no tuvo respuesta. 


Se limitó a decir que primero tenía que llegar al Ayuntamiento para saber cómo estaba la situación. Pero eso sí, dijo que aceptaba el reto de este “camión que ya va encaminado”.




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