Distrito
Federal— Ni encontraron a su príncipe azul y mucho menos fueron felices
para siempre, pues el nuevo desenlace de las princesa de Disney y demás heroínas
de la casa de Mickey Mouse está colmado de terribles muertes.
El
fotógrafo Thomas Czarnecki capturó ese pesimismo en esta serie de fotos From
Enchantment To Down, donde insinúa cómo las princesitas de los cuentos
infantiles terminaron sus andanzas de manera muy turbia y diametralmente ajena a
las divulgadas en las cintas animadas.
Ni princesa ni
esclava
Alicia, muy lejos del país de las maravillas, terminó
secuestrada en algún rincón perdido del orbe y con el pobre conejo blanco muerto
a sus pies.
La Bella Durmiente terminó rodando porno del más sucio para
alguna productora teutona, muy lejos del glamour de las estrellas
estadunidenses, siendo su destino dormir para no despertar jamás.
El
final de Cenicienta es aún más trágico, si bien fortuito: corrió demasiado para
volver a casa a tiempo, tropezó y la zapatilla la mandó directo al más
allá.
El cazador nunca llegó a tiempo para salvar a Caperucita, que
sufrió una emboscada del lobo, poco interesado en los contenidos de la
cestita.
Bella descubrió que si a su novio le llaman La Bestia no era
sólo por su aspecto, sino por su fogosidad en la cama.
Mientras que La
Sirenita terminó varada en la playa en su adiós al mar y a este
mundo.
Pocahontas, con su amor por la naturaleza, acabó como otro trofeo
más de un cazador.
El último deseo que pidió Jasmine fue en verdad su
última voluntad, pues la lámpara desprendió un gas altamente letal.
Por
último, el dulce príncipe de Blancanieves tenía unas intenciones más turbias y
la esperó en un estacionamiento para mandar al otro mundo antes que lo hiciera
la manzana envenenada.
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