McAllen, Tex. (apro).-
Testimonios presentados en la Corte Federal de San Antonio confirmaron que
fueron asesinadas más de 300 personas en Allende, Coahuila, lo que contradice
la “verdad jurídica” de la Procuraduría de Justicia de ese estado, la cual
concluyó que sólo ocurrieron 28 secuestros y que de ellos “se tienen la certeza
que 11 fueron asesinados”.
“Los líderes Zetas me dijeron
que ascendieron a más de 300 personas secuestradas y muertas de un disparo,
luego quemadas con diesel o disueltas en ácido para desaparecer los cuerpos”,
confesó José Luis Rodríguez, El Pollo, de 36 años de edad.
El Pollo operó en la ciudad
fronteriza de Eagle Pass traficando drogas para los Zetas y ahora enfrenta
prisión de por vida por el delito de secuestro y narcotráfico.
El testimonio de El Pollo se
produjo en el juicio contra Mariano Millán Vázquez, El Chano un narcotraficante
mexicano quien en marzo del 2011 coordinó los asesinatos masivos en Allende,
Piedras Negras, Ciudad Acuña y la región de Cinco Manantiales. Después de esa
masacre lo ascendieron a Jefe de Plaza en la ciudad fronteriza de Piedras Negras.
José Luis Rodríguez testificó
que en marzo del 2011 estaba entregando un millón de dólares de ganancias por
el tráfico de drogas a los líderes Zetas cuando le informaron que los capos
Poncho Cuellar y su brazo derecho Héctor
Moreno habían desertado y estaban delatando actividades del cartel a
autoridades estadunidenses.
Contó que le solicitaron
ayuda para ubicar domicilios de Cuellar y para eliminar a todos los que estaban
asociados con ese capo, quien se desempeñaba como Jefe de Plaza de Piedras
Negras.
“Las víctimas fueron gente de
Allende, Morelos, Acuña, Piedras Negras, y áreas circunvecinas, testificó. En
Piedras Negras una ocasión ellos me dijeron que tenían a 40 personas de
rodillas y pum pum pum. … los mataron”, según publicó el diario San Antonio
Express News.
Los fiscales texanos están
utilizando un apartado de la ley que les permite procesar a personas por
crímenes ocurridos en suelo extranjero si éstos están relacionados con delitos
cometidos en territorio de Estados Unidos.
PGJE: SÓLO 28 SECUESTROS
“La verdad jurídica a la que
hemos llegado hasta ahora, está basada en los testimonios, pruebas periciales y
confesiones que hemos recabado a lo largo de esta investigación y apuntan
lamentablemente al secuestro de 28 personas: De 11 tenemos la certeza que
fueron privadas de la vida y en el caso de 17 más, su paradero aún se
desconoce, informó el Procurador Homero Ramos Gloria en una conferencia de
prensa celebrada el 9 de diciembre del año 2014.
Los únicos acusados
formalmente en México por esos crímenes son dos expolicías municipales y dos
personas más. Mientras que las autoridades de Texas han metido a la cárcel a
más de una decena de delincuentes por esa masacre.
Ramos Gloria detalló que “la
tarde noche del día 18 de marzo del año 2011 arribaron a diversos domicilios de
los municipios de Allende y Piedras Negras, Coahuila, un número no determinado
de sujetos armados y quienes de acuerdo a las investigaciones se sabe que
venían de otros estados”.
Los testimonios de los
pobladores de Allende son más precisos que los del procurador: alrededor de 200
sicarios que no se cubrían el rostro llegaron al filo de las 5:30 horas
provenientes de Piedras Negras en 42 camionetas que eran escoltadas por cuatro
patrullas de la policía municipal.
El procurador explicó que el
objetivo de los pistoleros “era localizar y privar de la libertad a una persona
que realizaba operaciones financieras con recursos cuya procedencia se atribuye
a actividades de un grupo de la delincuencia organizada y con quien los miembros
de éste habrían tenido un desacuerdo”.
El hombre que buscaban era
Héctor Moreno Villanueva, responsable del trasiego de droga, lavado de dinero y
administrador financiero de los capos Zetas Miguel Ángel y Omar Treviño
Morales, El Z40 y Z42 respectivamente.
“Al no ser ubicado en los
domicilios registrados, el grupo armado privó de la libertad a diversos
familiares cercanos de ésta persona y junto con ellos a sus trabajadores, así
como a civiles que tenían -o que quienes ejecutaron la orden asumieron que tenían-
alguna relación con quien buscaban”, añadió el procurador.
Lo que no mencionó Ramos
Gloria fue que ese día los sicarios se llevaron a más de 150 personas y las
trasladaron a un rancho ubicado a la altura del kilómetro 7 de la carretera
Allende-Villa Unión perteneciente a José Luis Garza Gaytán, socio de Moreno.
El procurador sí informó que
posteriormente a esos hechos “las personas fueron privadas de la vida y sus
cuerpos calcinados con el objetivo de eliminar las evidencias”.
OTRO TESTIMONIO
Héctor Moreno y parte de su
familia ya había huido a Estados Unidos y de esa manera eludieron la venganza
de los hermanos Treviño Morales. Ahora es testigo protegido del gobierno.
En un juicio celebrado en la
Corte Federal de Austin donde rindió testimonio aseguró: “Soy Héctor Moreno y
tengo 35 años de edad… Trabajé con Alfonso Poncho Cuellar desde el año 2007
hasta el 2011”, precisó en su confesión el capo de Allende.
“Y cuando usted dice trabajé,
¿qué actividad realizaba?”, le cuestionó un fiscal. “Tráfico de drogas en la
ciudad de Piedras Negras, desde 2007”, respondió.
Moreno precisó que como
operador hacía las llamadas por teléfono a los conductores de los camiones, a
los clientes y empaquetaba la droga. “Al 40 y 42 los veía regularmente entre
tres o cuatro veces por mes y en otras ocasiones hasta dos veces por semana.
Había periodos en que Z40 y Z42 desaparecían hasta por cuatro meses”.
La droga se cruzaba en
tráileres de empresas transportistas y se escondía en casas de seguridad en la
ciudad vecina de Eagle Pass. De ahí se mandaba por la carretera 35 a Dallas a
un socio de Moreno llamado José Vázquez, quien la revendía a las diversas
pandillas estadounidenses que la distribuían por toda la Unión Americana.
Añadió que recibían unos
cuatro millones de dólares cada 10 días por 800 kilos de cocaína que se
enviaban cada mes. Ese dinero llegaba a México escondido en tanques de
combustible de vehículos en billetes de todas las denominaciones, pero las
reglas para pagar al contador de Z40 y Z42 era entregarles sólo billetes de 20,
50 y 100 dólares.
–¿Señor Moreno cómo vino a
los Estados Unidos?—preguntó el Fiscal.
–En marzo del 2011 estaban
sucediendo una gran cantidad de problemas en Coahuila y solicité asilo al
gobierno de Estados Unidos—respondió el testigo
–¿Cuándo usted dice que había
problemas a qué se refiere, podría especificar?
–Un montón de muertes. Ellos
comenzaron a matar familias en Allende, en Piedras Negras, en Muzquis en
Sabinas. Ellos también me querían matar. Yo no traje nada de dinero porque 40 y
42 destruyeron casas para apoderarse de todo y debido a esto ellos mataron a
300 personas en Allende, Coahuila—remató.
(PROCESO/ JUAN ALBERTO CEDILLO/ 13
JULIO, 2016)
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