La Villa del Señor/PN
Tras doce años en la
presidencia de la República y seis en el ejecutivo estatal, algunos pensaban
que la viabilidad del PAN como opción gubernamental se había agotado.
Con el retorno del PRI, tras
desastrosos gobiernos panistas, se creyó que el partido fundado para oponerse a
las reformas cardenistas y vitalizado con la llegada de los neopanistas a
partir de la nacionalización bancaria de 1982, cerraba un ciclo al frente de
las máximas responsabilidades de gobierno, tanto en el país, como en Sonora.
Es claro, que Acción
Nacional, es una entidad conformada a su vez por diversos grupos y
personalidades, siendo sus fuentes primigenias el sinarquismo y el catolicismo.
Dentro del ajedrez político
nacional, los precandidatos blanquiazules a la grande están decididos a pelear
centímetro a centímetro con garras y dientes cualquier espacio de poder que los
afiance en sus ambiciones y Sonora, se ha convertido en la arena para medir sus
fuerzas.
Calderonistas,
morenovallistas y ricardoanayistas, so pretexto de la renovación de la
dirigencia estatal del partido se han calzado los guantes y el enfrentamiento
promete ser de antología y uno de los primeros de los muchos que habrán de darse
de aquí al 2018, bajo la premisa del genio florentino de que “el fin justifica
los medios”.
La elecciones del año
próximo, que incluye la del Estado de México, la cuna del presidente Peña Nieto
y crucial por ser un semillero de votos, serán el próximo ring para mostrar el
músculo.
TODOS CONTRA
TODOS… Y EN SERIO
La actual lucha por las
candidaturas y el control del partido, han metido en un verdadero brete al PAN.
De ahí que se vislumbren frentes abiertos por doquier, de cara a las
definiciones venideras que incluyen la candidatura presidencial para el 2018.
En ese contexto deben
ponderarse, los exabruptos a un medio argentino por parte del expresidente
Vicente Fox, con motivo del empuje que Felipe Calderón, da a su esposa
Margarita Zavala. “Me vomito en Calderón…” llegó a decir al respecto.
Antes del 5 de junio Calderón
y Rafael Moreno Valle, previendo una derrota del PAN y bajón de votos que desde
el 2000 sufría el partido, traían entre manos deponer a Ricardo Anaya, como
presidente del partido, pero el triunfo en siete de las gubernaturas, puso al
“Cerillo”, en la puja por la candidatura.
Por su origen en el ITAM y su
cercanía a Luis Videgaray, aún antes de la elección a Moreno Valle, se le tiene
como el candidato alterno de Enrique Peña Nieto, de no levantar el candidato
que imponga en el PRI.
Como todo animal político, en
2012 el gobernador poblano, ante la caída en las encuestas de Josefina Vásquez
Mota y el ascenso de AMLO a tres meses de la elección, buscó acercamientos con
el Peje, a través de Ricardo Monreal, luego de conocerse el resultado a favor
de Peña, se hizo el desentendido.
En el estado, la sucesión en
el Comité Directivo Estatal de Acción Nacional, desató una lucha fratricida
nunca antes vista, ni siquiera en la elección interna para escoger candidato a
la gubernatura en 2008, cuando salió victorioso Guillermo Padrés sobre
Florencio “El Chito” Díaz Armenta.
ADRIÁN ESPINOZA, EL DONALD TRUMP AZUL
El diferendo entre los
candidatos y sus equipos, inició cuando Adrián Espinoza, denunció supuestos dados
cargados para beneficiar a David Galván. A las quejas de Espinoza, le siguieron
las filtraciones de llamadas de Célida López, la coordinadora de campaña de
Galván en donde llama “putos” a David Zepeda y Leonardo Guillén, secretario
general del CEN panista y presidente del CDE respectivamente.
Después, en el debate entre
los candidatos a secretarios generales en las fórmulas que compiten, Alejandro
López Caballero, exalcalde de Hermosillo, hizo votos de fe democrática y
arremetió en contra de quienes controlan al partido en clara alusión a Damián
Zepeda y Javier Gándara Magaña, candidato fracasado a la gubernatura en 2015 y
seguro aspirante al Senado de ganar Galván, la justa interna.
El divisionismo y la toma de
posición dentro de la militancia con miras en la elección en curso, en donde
las manos más visibles son las de Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle, dos de
los más fuertes tiradores a la candidatura presidencial y hoy convertidos en
acérrimos rivales.
En ese juego de espejos, a
Adrián sus ilustres apoyadores lo venden como una especie de Donald Trump,
pintado de azul.
MORENO VALLE, VIENE CON TODO POR EL PAN SONORA
Aliado al exgobernador
Guillermo Padrés, el poblano ha echado toda la carne al asador para hacerse del
PAN sonorense y desde la Puebla de los Angeles, mandó a un equipo de operadores
probados en la elección de junio por su eficacia al sacar el triunfo más
auténticamente panista, dada la oposición de Anaya para autorizar la alianza
con el PRD.
Así, desde hace tiempo
circulan por todos los rumbos de la entidad eficaces operadores bajo la premisa
de que por dinero para la campaña de Adrián Espinoza, no habrá limitaciones.
El cerebro de esa operación
es el diputado federal panista Eukid Castañón Herrera, ex subsecretario de
Asuntos Políticos y Protección Civil de la Secretaría General de Gobierno, ex contralor de Moreno Valle y ex secretario
general adjunto del Comité Ejecutivo Nacional de Movimiento Ciudadano y quien
aspira a presidir la estratégica mesa directiva de la Cámara de Diputados en
septiembre próximo. En su momento el PRI lo acusó de intentar cooptar desde la
precandidatos inconformes y ofrecerles candidaturas a las alcaldías de la
coalición Puebla Unida, conformada para la elección de junio.
Procedente directamente del
cuarto de guerra de José Antonio Gali Fayad, el gobernador electo de Puebla, el
equipo experto en las artes de la mapachería electoral, mueve las fichas en
apoyo de Espinoza, el alfil del padrecismo para dominar al aparato del PAN, con
miras en un proceso que de cara al 2018, que se dará sin un presidente de la
república como Fox o Felipe Calderón, con candidato favorito, como lo fueron
Santiago Creel y Ernesto Cordero.
De ahí que para nada sea
gratuito que Padrés, suene como primer candidato a pasar por la guillotina del Sistema
Anticorrupción panista, echado a volar por Anaya.
“EL MUÑECO”, EMBAJADOR MORENOVALLISTA EN GUAYMAS
En Guaymas, se presenta como
operador de la campaña de Adrián, el exsecretario del ayuntamiento Francisco
Sánchez López, inhabilitado en el trienio de Carlos “Bebo” Zataraín. Se sabía
desde entonces que mientras trabajaba los fines de semana en el Semeson local,
durante la semana lo hacía en Puebla, bajo la protección de Neftalí Salvador
Escobedo Zoletto, quien cobra como secretario de Salud.
“El Muñeco”, pertenece a una
casta de médicos que laboran en la secretaría de Salud poblana y desde allá
fueron enviados para apuntalar al guaymense en su objetivo de desplazar a
Leonardo Guillén y aplastar de paso a David Galván y sus seguidores.
Hasta donde se sabe en esa
cruzada se han sumado grupos antaño antagonistas, como son los de Francisco
“Paco” Bueno Ayub y Manuel Villegas Rodríguez y según versiones que corren,
entre ambos tienen mayoría en el municipio. Así, milagrosamente por obra de San
Adrián, se han mezclado el agua y el aceite.
Gregorio “El Goyo” Cota
Almodóvar, maneja desde el puerto hasta el sur del estado la campaña
adrianista, mientras César Lizárraga, Bernardino Cruz, Martha Lorenia Ruiz,
Mónica Marín, José María Cházaro, Javier “El Tacitas” Peralta, Omar Nuñez
Caravantes y demás, siguen la línea de sus jefes reales dentro del partido.
El domingo 7 de agosto, en 60
centros de votación, habrán de acudir a sufragar alrededor de 24,700 militantes
del PAN en Sonora, en un ejercicio en donde la cargada, el padrón inflado, la
compra del voto y el acarreo, prácticas bien aprendidas por los panista al PRI,
saldrán a relucir de nuevo.
Entre gitanos, aunque sean
azules, no se puede leer la buena ventura…
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ COLUMNA
INVITADA “LA VIÑA DEL SEÑOR” / 28 Julio 2016)
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