Londres— Cincuenta
años después del asesinato de John F. Kennedy, una autora británica retoma la
“voraz sexualidad” que caracterizó al ex presidente John F. Kennedy y de la
cual, su esposa, Jacqueline hizo como si no supiera nada, mostrándose ante el
mundo como un ícono de fortaleza y dignidad, antes y después de que quedara
viuda.
Días después de la
muerte de Kennedy en Dallas, la gracia y la dignidad de su viuda Jackie la caracterizó
ante los ojos de millones de personas en todo el mundo. En el funeral de JFK,
en donde apareció tomando de la mano a sus dos pequeños hijos, se convirtió en
un ícono y hasta que murió cargó con los sueños y expectativas de millones de
extraños.
Para conmemorar el
quincuagésimo aniversario del asesinato de Kennedy, la autora británica Sarah
Bradford actualizó su aclamada biografía de Jacqueline Kennedy que arroja una
nueva luz sobre su compleja relación con la “voraz sexualidad” de JFK y su
irascible mirada hacia las principales figuras mundiales con las que convivió.
El nacimiento de los
hijos de JFK despertó un fuerte sentimiento paternal en él, pero no podía dejar
a un lado sus hábitos sexuales, ni tampoco se sintió culpable de ellos.
Como le dijo Lee
Radziwill, la hermana de Jackie, a Cecil Beaton en junio de 1968: “Jack
acostumbraba a andar por allí, yo sabía exactamente lo que él estaba haciendo y
se lo decía”. Pero él no se sentía culpable de nada.
“La amo
profundamente y he hecho todo por ella. No tengo remordimientos de dejarla a un
lado porque la he antepuesto en todo”, decía.
Jack pensó que la
Presidencia limitaría sus aventuras sexuales, pero estar en el poder máximo
significaba que virtualmente podría tener cualquier mujer que quisiera y las
frecuentes ausencias de Jackie le brindaron muchas oportunidades.
Le llevaban chicas
al presidente y él decía “Me quedo con ésa”. La gente pensaba que a Jackie no
le importaban las infidelidades de Jack porque ella no mostraba señales de
ello.
De hecho, los
notorios retozos del presidente en la piscina con dos secretarias conocidas
‘Fiddle’ y ‘Faddle’ no le preocupaban, pero sí le importaba cuando él se
acostaba con sus amigas y mujeres de su círculo social.
(EL DIARIO,
EDICION JUAREZ/ Daily Onmail | 2013-10-20 | 20:33)
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