lunes, 21 de octubre de 2013

CREAN TÉCNICA PARA PRESERVAR EL NOPAL

TOLUCA.- Marisol, Marlem y Leticia, son capaces de pelar más de 300 nopales por hora. Ellas forman parte de una familia productora, pero sobre todo han destacado por innovar una técnica para prolongar la frescura del nopal y la tuna y facilitar su consumo, lo que las hizo merecedora del premio estatal de “Jóvenes inventores”. 
 Entre las nopaleras de San Antonio Acahualco, en el municipio de Zinacantepec, Marisol y sus hermanas, han trabajado en desarrollar soluciones antioxidantes para empacar al vacío el nopal y prolongar su frescura no sólo en el anaquel de las tiendas, sino en la cocina de los hogares. 

"Cuando le quitas las espinas a un nopal inicia su proceso de oxidación, por lo que este alimento sólo dura tres o cuatro días en el refrigerador de una familia", indica Marisol. 

Con una solución de agua con ácido cítrico, estas productoras e investigadoras “sellan las heridas” del nopal, que quedan cuando le quitan la espina y lo empacan al vacío para prolongar su frescura hasta ocho días, lo que ha dado origen a la marca “La Cumbre”, esta empresa familiar. 

Y en el caso de la tuna, Marlem trabaja en el perfeccionamiento de una película comestible con la que envuelve este fruto sin cáscara -como si fuera una cápsula- para facilitar su consumo y traslado en una lonchera, preservar su frescura e incrementar el número de tunas que consumen los mexicanos. 

Este trabajo fue premiado este año por el Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología, dentro del programa “Jóvenes Inventores e innovadores” del Estado de México. 

“Mi padres, Ezequiel Serrano y Leticia Cruz, forman parte de una familia de agricultores, que tradicionalmente y por varias generaciones cultivaron maíz”, relata Marisol. 

Pero ahora cuentan con 25 mil plantas de nopal, en menos de una hectárea, donde su producción ha destacado por las investigaciones de sus hijas para preservar de forma natural la frescura de este alimento. 

Las hijas del matrimonio Serrano Cruz, tuvieron la opción de dejar esta tierra y dedicarse a otras profesiones, como Marisol quien entre otros estudios es egresada de la carrera de Comunicación de la Universidad Autónoma del Estado de México. Ella cuanta además con estudios de maestría rural en el Instituto de Ciencias Agropecuarios y Rurales (ICAR) de la UAEM. 

Marlem quien es química en alimentos, tiene grado de maestría; e incluso Angélica, quien ahora está en un intercambio estudiantil en Alemania, decidieron no sólo integrarse a la empresa familiar, sino aprovechar sus conocimientos para mejorar el proceso productivo y de preservar la frescura de alimentos como el nopal y la tuna. 

El nopal y la tuna son dos alimentos originarios de México y Mesoamérica; además de tener un sabor fresco, son ricos en fibra que permiten controlar y reducir los niveles de colesterol y triglicéridos, mientras mejoran la digestión de las personas. 

No obstante cada mexicano, sólo consume en promedio un nopal a la semana y unas dos tunas al mes, en gran parte por que las espinas que los protegen son desagradables para el consumidor. 

De ahí que la familia Serrano Cruz, no sólo se dé a la tarea de limpiar de espinas los nopales que cultiva, con manos hábiles que dejan lisos 100 y 300 nopales por hora, sino además con utilizan su ingenio y las investigaciones de sus hijas para prolongar su frescura.

(EL MEXICANO / El Universal/ lunes, 21 de octubre de 2013 04:35 p. m.)

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