lunes, 9 de septiembre de 2013

FALTAN LOS LÍDERES SANOS

Instrumento crucial para que los ciudadanos empiecen a tomar el timón y enderecen el barco que los políticos llevan a pique, la reforma constitucional que permite candidaturas independientes —postularse a un cargo público sin convertirse en rehén de los partidos— le viene como “anillo al dedo” a Sinaloa para finiquitar los ciclos de electores profundamente decepcionados ante representantes sociales inmensamente corruptos. El Congreso del Estado, tardío pero ni modo, ha aportado la herramienta y faltan ahora los liderazgos y electores dispuestos a usarla para empujar la democratización en esta tierra de los once ríos y mil agravios.

Dejada ahí, en la intrascendencia y la apatía, la reforma al artículo 10 de la Constitución de Sinaloa en su párrafo primero y fracción 2 sería algo así como no utilizar las lanchas salvavidas en pleno naufragio. El desprestigio de las organizaciones partidistas y la empedernida costumbre de personajes que reciben el voto e inmediatamente traicionan a sus adeptos, ha orillado a la gente a elegir bajo el absurdo del menos peor o la seducción de la dádiva que prostituye el sufragio.

La democracia en Sinaloa se tornó desilusión, desespero e impotencia. Los bandoleros de la política encontraron espacios vacíos que la sociedad civil no podía llenar al carecer de la posibilidad de prescindir de los partidos a la hora de buscar el poder. Esas vacantes en lo referente a la representatividad fiable las han ido ocupando grupos o proyectos que han sabido capitalizar el descontento de la población. Es el caso del Partido Sinaloense que dirige Héctor Melesio Cuen Ojeda y que emergió precisamente de la exasperación colectiva ante siglas como el PAN, PRI y PRD que perdieron la vergüenza y también la confianza de sus seguidores.

El malogrado experimento de 2010 en Sinaloa es otro referente para entender la decepción social hacia los políticos. El triunfo de Mario López Valdez, a quien los electores identificaron como un actor ciudadano descobijado por su partido, el PRI, y guarecido bajo la alianza opositora, decayó en una caricatura del cambio, la alternancia fingida, que al final de cuentas derribó más la de por sí derrumbada fe en la siglas electoreras y los monigotes disfrazados de estadistas.

Con las candidaturas independientes, la cuestión a resolver es si la ciudadanía debe construir los liderazgos que necesita o si tendrán que ser los líderes los que construyan ciudadanía. En Sinaloa, tanto la ciudadanía como los liderazgos están apagados, rendidos o bien cooptados. Si la sociedad civil prosigue postrada, echada a la abulia democrática, entonces reincidirán los vivales en usufructuar tales desidias y el círculo vicioso será el mismo al que rige desde hace décadas.

La deuda del conglomerado sinaloense es enorme en materia de participación. El estado luce fracturado en muchos aspectos y eso no sería novedad a no ser que el primero de enero de 2011 se instaló el régimen autollamado del cambio, de la alternancia. La gente salió a votar y creyó con eso lo solucionaba todo, sin embargo el principio de autoridad se halla en crisis y la delincuencia en sus diferentes expresiones gana terreno metiéndose como la humedad en todo, hasta en el Gobierno.

¿Por qué las mismas masas que eligieron a Malova no salen ahora a reclamarle las decenas de promesas incumplidas? ¿Debemos aceptar que el cambio se trate solamente de uniformes y útiles regalados en las escuelas? ¿Quién le está pidiendo cuentas al gobernador de los negocios que sigue haciendo con sus cuates, ahora rescatando empresas con recursos públicos?

La 60 Legislatura local ya hizo su parte, a reserva de que en los próximos meses se trabaje en el correspondiente reglamento y sin pasar por alto que la reforma constitucional fue casi forzada y es extemporánea en cuanto a los plazos federales. Corre la cuenta regresiva de Sinaloa. De aquí en adelante debe ir más aprisa la sociedad que los políticos o partidos. Hay materia para ciudadanizar el Gobierno antes de que sean irremediables los saldos del saqueo, la traición y la impudicia que han dejado sexenios enteros de timadores de la función pública.

Re-verso

Se puede, si se quisiera,
en un día de elección,
acabar con el ratón,
y destruir la ratonera.

La sombra de Viz

Entre los invitados especiales de Enrique Peña Nieto, a su primer informe, estaba Jesús Vizcarra Calderón, el político que muchos dan por muerto en Sinaloa. Cerca del empresario de la carne, pero distante del presidente, Mario López Valdez parecía asistir al final de sus días de gloria. En la política también hay tiempo para retoñar y hay tiempo para marchitarse. Malova parece sufrir por adelantado la sequía de poder.

Irse a destiempo

Los jóvenes se nos están yendo de las manos. Unos reclutados por el crimen, otros atrapados por las adicciones, otros en el desempleo y muchos sin siquiera poder estudiar una carrera porque no hay cupo en las escuelas. ¿Los ve, gobernador? ¿Y si también decreta una alerta de jóvenes?

(RIODOCE/  Alejandro Sicairos/ )

No hay comentarios:

Publicar un comentario