lunes, 27 de mayo de 2013

SECOS Y OLVIDADOS, MUEREN EJIDOS EN COAHUILA



Saltillo.- Una llanura polvorienta conduce a El Pelillal. El aire sopla caliente y las 24 familias que viven en este ejido de Ramos Arizpe, hacen lo mismo que hace más de 10 años: esperan un cambio. Sus problemas, a pesar de la modernidad que ha invadido a la Región Sureste, siguen siendo los mismos.
Bajo la luz cegadora del mediodía, María Leticia Treviño descansa en una silla maltrecha, un techo de lámina le tapa el sol. Es domingo y junto con sus hermanas levanta los restos de la fiesta de la noche anterior.
Para lavar las ollas en las que había menudo y barbacoa tiene que sacar agua purificada de un garrafón que le llevó su cuñado. “Mira, ahorita el agua para nosotros es ya parte de la despensa, tenemos que pagar por ella, en tiempo de calor para nosotros es un martirio”.
Leticia vive desde hace 20 años en esta comunidad, a la que se llega recorriendo más de 80 kilómetros de Saltillo y unos 97 desde Monterrey. Cuando llegó, casada muy joven, había que ir por agua en burro. Para ella la sequía, no es novedad.
Como si no pasara el tiempo, la madre de una familia de tres hijos y un marido dedicado al campo, asegura que en El Pelillal, las promesas no han sido cumplidas, por mas presidentes municipales y comisariados que han pasado.
Luego de que nació su primogénito, cargaba tinas o botes viejos para poder bañarlo. Es el mismo al que le hizo la fiesta el sábado por la noche para festejarle los 18 años.
“Me trajeron muy lepita, y lo que te puedo decir es que aquí no ha cambiado nada, seguimos pobres, porque aquí nomás se daba la lechuguilla, ixtle, lo que salga para vivir al día, ahí tenemos una máquina talladora para cuando se ofrece.
“Somos una zona ixtlera, pero ya ni eso hay ahorita, ya se trabaja en cualquier trabajito que se presente” cuenta Leticia, a quien le es inevitable recordar la época dorada, cuando hace más de 20 años recolectaban la candelilla y la lechuguilla para procesarla y venderla como ixtle.
El Pelillal tiene suelo arenoso. Se localiza en la región semidesértica al sur de Coahuila, registra poca lluvia durante el año, pero abundan los chaparros, mezquites, la gobernadora y el orégano, que en una zona polvorienta despide su inconfundible aroma.
Pero no es cualquier comunidad rural. Hace miles de años, en ese sector habitaron los indios “Coahuilas” o “Coahuiltecos” y al paso del tiempo, fueron encontrándose sus leyendas plasmadas en piedra, además de patrimonio histórico como puntas de flechas y huesos de animales prehistóricos.
Sin embargo, estos atractivos turísticos tampoco han servido para reactivar los ingresos de las familias que radican en esta comunidad rural. Incluso, la mayoría de los hombres y mujeres han migrado a las ciudades.
“Si nosotros tuviéramos aquí una manera de presumir nuestro ejido, de promocionarlo, la gente vendría y tuviéramos otras entradas, ya no tanto de la ganadería, de andar en la siembra de la lechuguilla, pero no hay nada”.
Y llevando la carga de estos problemas por años, Leticia ya no cree en los gobiernos. Asegura que ellos viven abandonados, esperando promesas de desarrollo que no serán cumplidas y que en cada periodo electoral los candidatos se comprometen a darles.
Ayuda divina
Aunque el Gobierno los abandone tienen a Dios. Y la Virgen de Guadalupe que cuelga en la entrada de la casa de María López confirma la fe. Tiene 70 años de haber nacido en el ejido San Salvador, en Zacatecas, pero casi 40 viviendo en Estación Frausto.
“Aquí antes era un punto muy pujante porque era la estación y sí había ingreso, ahora nomás quedamos unas tres familias”. Ahora, María, viuda desde hace 16 años, se hace cargo de una tienda de abarrotes que su hijo montó con sus ahorros.
“La gente que pasa por aquí al camino para los otros ranchos es la que compra, pero viene por una sodita, unas papitas, pero la tienda es de mi hijo, a mí me da una ayudita”.
Los rayos del sol caen sin piedad en el desierto. Mientras María se tapa la luz con una mano sobre la cara. “Nosotros vemos que cada vez que habrá la elección vienen y prometen, cuando andan en campaña es muy fácil venir por el voto, pero el resto del año batallamos solos”.
Las diversas generaciones fueron testigos de los años en que el ferrocarril daba vida al ejido, generando empleo para adultos y hasta niños, pero de aquellas épocas de bonanza sólo quedan los recuerdos.
Tierras secas
Aún más difícil para las tierras áridas es este año 2013. Reynaldo Rosas, director de Desarrollo Rural del municipio,  explica que el hecho de que los abrevaderos y agostaderos se encuentren desgastados, complica el panorama.
“En los lugares donde no hay agua se han estado llevando pipas con el líquido, y también se reemplazan las bombas que en algún momento puedan llegar a fallar, se les está apoyando.
“Uno de los problemas actuales no son tanto las muertes, sino que el ganado ha bajado de peso y es en eso en lo que tenemos que ponernos de acuerdo para tratar de rescatarlos”
Rosas asegura que en Saltillo y Ramos Arizpe se cuenta con los suficientes recursos con los que pueden participar con el gobierno federal, pero lo que falta son proyectos.
El año pasado se obtuvieron recursos por 80 millones, y esperan que este año se pueda obtener una cantidad similar, además del apoyo emergente que se recibió por parte de la Sagarpa, luego de que se declarara la alerta de emergencia, ante la extrema sequía.
En tanto, el secretario de Desarrollo Rural, Noé Garza, señala que se tiene una inversión de 258.8 millones de pesos en conjunto con el Gobierno Federal, para apoyar a productores agropecuarios.
Explica que las solicitudes de los productores serán tramitadas desde el 15 de marzo en las diferentes coordinaciones regionales de la secretaría en las ciudades de Torreón, Saltillo, Monclova, San Juan de Sabinas, Cuatro Ciénegas y Allende.
Garza informó que los ganaderos de Coahuila perderán este año más de 480 millones de pesos, pues no podrán exportar a Estados Unidos 40 mil cabezas de ganado debido a la mortandad y pérdida de peso de los animales.
Explicó que cada becerro lo exportan a un precio mínimo de 12 mil pesos, por lo que la cifra en pérdidas es considerable.
“Lógicamente, si tuviste una reducción del hato ganadero en un 50%, lógicamente que el productor está afectado. El ganado macho, el becerro, prácticamente es para exportación: si exportábamos 80 mil cabezas de ganado año con año, va a haber una afectación este año, estás hablando prácticamente de la mitad.
“Hubo productores que tuvieron que vender su ganado, prácticamente todo, otros se redujeron a la mitad, otros al 20% y otros que tenían superficie de agostadero sin explotar, lograron sortear el fenómeno”.
Los principales exportadores de becerro se localizan en Acuña, Zaragoza, Múzquiz, Sierra Mojada, Ocampo y Cuatro Ciénegas, entre otros municipios.
Respecto a las lluvias de los últimos días, indicó que en su mayor parte fueron ligeras, mientras que hubo buena precipitación en la Región Sureste, Acuña y Zaragoza. “La sequedad en los últimos 34 meses fue extraordinaria”.
A quemar ganado
Con la sequía, los productores sociales del medio rural de Ramos Arizpe han perdido hasta el 70% del ganado y los animales siguen muriendo día con día, informa Jorge Muñiz Cruz, dirigente municipal de la Confederación Nacional Campesina (CNC).
Ante este grave panorama, Muñoz Cruz mencionó que los campesinos están gestionando ante las autoridades agropecuarias un programa de reposición de animales, tanto en especies bovinas como caprinas.
“Para nosotros es muy difícil recuperar todo lo que perdimos, se necesitaría que lloviera abundantemente las próximas temporadas y por lo menos cinco años para que se reproduzcan los animales”, explica.
En estos momentos en el campo es imposible sembrar cualquier tipo de cultivo, explica Muñoz Cruz, pues ante la intensa sequía y la muerte de animales, las condiciones de la tierra y el nivel económico de los ejidos de esta zona de Coahuila están por los suelos.
“Lo que requerimos son obras para garantizar el agua que asegure las siembras y la reproducción de los animales”.
La situación para algunas regiones es aún más complicada. En el ejido Celemania, los campesinos han llegado hasta quemar el ganado “inservible”, ya que no pueden venderlo porque los animales han perdido peso a falta de agua y alimento, lo que refleja otra pérdida del 50% de las cabezas.
El comisariado ejidal, Ricardo Ontiveros Medellín, levanta la voz y solicita al Gobierno del Estado les apoye con programas emergentes contra la sequía, a fin de contrarrestar los graves efectos.
“Se tiene que poner atención, el problema sigue y nadie más que los habitantes, los campesinos, los productores, son quienes viven la pesadilla de levantarse y no tener ni para comer”.
Detrás de la cerca, el burro café tose una y otra vez. El sol aviva las sacudidas, parece que va a descansar y vuelve a toser. Es la debacle de los animales y que tiene consternadas a decenas de familias del campo.
De las 300 cabezas de ganado que suman el patrimonio vivo de los 70 ejidatarios, 100 están enfermas de tuberculosis. Pedro Álvarez, veterinario que con frecuencia visita la zona, asegura que tienen tuberculosis.
Comen nopales secos porque no hay pastura. “Pues la recomendación es que coman alfalfa, pero no hay, entonces lo que están haciendo es darles puros nopales secos, lo malo es que así se van a morir”.
Los daños en el estado ya provocaron pérdidas por alrededor de mil 840 millones de pesos debido a la pérdida de cultivos y la muerte de ganado, de acuerdo con la Secretaría Estatal de Desarrollo Agropecuario.
En un año se perdieron más de 15 mil cabezas de ganado, así como 61 mil hectáreas de maíz, alfalfa, frijol y algodón, entre otros productos.
Las pérdidas son muchas y el agua es poca. Pero la hay para seguir compartiendo con los compadres y familiares que viven en el ejido La Leona. El pozo entró en función el año pasado, pero no en las mejores condiciones.
“Tenemos instalada la tubería y todo, pero no tiene llave, es que no hay flujo, tenemos el miedo de que se nos va acabar muy pronto porque no sube, dicen los ingenieros que no tiene la presión que se necesita para que salga por la llave”, detalla Juana, tocándose la cara constantemente.
El campesino explica que la obra aún no está terminada y la permanencia del líquido es incierta. “Pos mire, estamos en veremos, ahorita se logró una pulgada aunque sea para las 40 familias”.

(ZOCALO/  Recista Visión Saltillo/ Paola A. Praga/ 27/05/2013 - 03:00 AM)

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