El 3 de noviembre Édgar Tomás Arce Martínez había estacionado
su vehículo de color gris, línea Pointer y marca VW, cuando se disponía a
cenar entre 4 y 5 de la mañana en un negocio localizado sobre la
carretera federal a la altura de la colonia “El Zacatal” en San José del
Cabo, Baja California Sur.
El conductor iba acompañado de su hermana Nayelly y su amigo Alfonso
Robles López, quienes preparándose para descender, repentinamente fueron
impactados por la parte de atrás de su vehículo por un conductor que se
había quedado dormido en el volante de su unidad automotriz, derivado
de su avanzado estado de ebriedad.
El fuerte impacto ocasionó que los tres tripulantes quedaran
prácticamente inconscientes dentro del carro, y la unidad del presunto
responsable girara en múltiples ocasiones hasta quedar del otro lado de
la carretera y en sentido contrario.
Los pocos testigos que había a esa hora llamaron a los cuerpos de
rescate, llegando una ambulancia de la Cruz Roja y otra de un hospital
privado conocido como Amerimed. En este percance el más lesionado fue
Alfonso Robles López ya que venía en el asiento de la parte trasera de
la unidad y quien estuvo en coma poco más de 20 días, hasta lograr
sobreponerse.
El diagnóstico médico de los tres tripulantes, derivado del accidente, fue el siguiente:
1.- Alfonso Robles López, presenta un coagulo de sangre en el cerebro y perdió el bazo.
2.- Edgar Tomás Arce Martínez, presenta 4 costillas fracturadas.
3.- Nayelly Arce Martínez, presenta 4 vertebras fracturadas y “la
cadera abierta” que es una afección o descompostura de los huesos que
genera un gran dolor en esa parte del cuerpo.
Una vez que recuperaron el conocimiento, las víctimas supieron que el
presunto responsable del percance era un agente de la Policía Federal
Preventiva de nombre Mario Alberto Ortiz Vázquez, quien iba vestido de
civil y en su unidad particular.
El agente federal había salido huyendo de un prostíbulo conocido como
“El Coliseo”, donde lanzó un par de disparos al aire y se dio a la
fuga, porque los encargados del tugurio llamaron a los cuerpos de
seguridad y a las fuerzas armadas.
El presunto responsable del choque no fue detenido en el lugar del
percance y tampoco posteriormente a su recuperación, a pesar de que
había una orden de aprehensión en su contra por la gravedad del
accidente.
El policía federal estuvo internado en el hospital Amerimed, bajo el
resguardo de sus propios compañeros, pero salió del nosocomio y nunca
fue capturado ni presentado ante el Agente del Ministerio Público del
Fuero Común de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
Obviamente, tampoco pagó los daños ocasionados.
Por lo anterior, las víctimas no tuvieron más remedio que interponer
una denuncia penal en su contra por el delito de daños y perjuicios,
quedando registrada bajo el número de Averiguación Previa
SJC/640/R/2012, y la cual a poco más de un mes de ser radicada, no se
mueve, y el policía federal, anda como si nada por la calle.
En la denuncia penal, los afectados exigieron su detención como
primer paso y la reparación total de los daños que consiste en el pago
de gastos médicos de las tres víctimas, reposición total del vehículo,
ya que prácticamente quedó inservible y una indemnización por todos los
días que han dejado de laborar a raíz del accidente.
Para el colmo de los males, Nayelly Arce Martínez sufrió el robo de
una cadena y dije de oro, así como tres mil pesos que traía en su
cartera, cuando fue rescatada el día del accidente por socorristas de la
Cruz Roja. Ella fue auxiliada por una persona de nombre Noeli Cruz P.
Sobre este hecho, ZETA solicitó una entrevista con
el agente de la Policía Federal Preventiva, Mario Alberto Ortiz Vázquez,
presunto responsable del accidente, quien no respondió al llamado “por
encontrarse de vacaciones”, según dijo uno de sus compañeros de la
partida de Los Cabos.
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