lunes, 17 de diciembre de 2012

BUSCAN EN BAJA CALIFORNIA REACTIVAR ASTILLEROS

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Parte de la flota de Pemex podría renovarse en Ensenada

La posibilidad de construir embarcaciones para Pemex es vista por los astilleros mexicanos como el impulso para reactivar todo el sector que desde hace más de 20 años permanece abandonado
Con embarcaciones que rondan los 30 años de antigüedad, la flota pesquera en Baja California deberá renovarse o sumirse más en un abandono que mantiene aletargada a toda la industria naval mexicana.

La situación crítica en la que se dicen vivir los astilleros mexicanos y los talleres de servicios navales desde hace décadas, los llevó el 30 de octubre de 2012 en el Club Naval de la Ciudad de México, a conformar la Cámara Mexicana de la Industria Naval (CAMIN), con el objetivo de impulsar al sector.

Ensenada ocupa un espacio dentro de la primera mesa directiva de este organismo, a través de José Pablo Peredia, quien fue nombrado secretario de la CAMIN.

Peredia pertenece a Grupo Peredia e Hijos, S. A. De C. V., empresa ubicada en El Sauzal al norte de la ciudad. Se suma a otros representantes de esta industria a través de la CAMIN, como su nuevo presidente Gabriel Delgado Saldívar, quien es director general de Astilleros MARECSA S. de R.L. de C.V. en Mazatlán, Sinaloa; la vicepresidenta Perla Rice, del Grupo Rice, también de Sinaloa; vocal 1, Rafael Villar, director general en México de la firma sueca Dockstavarvet; y vocal 2, Víctor Velázquez, director general de Astilleros Tampico.

Tras conocer la intención de Petróleos Mexicanos (PEMEX) de renovar su flota, en un proyecto donde la paraestatal estima realizar inversiones de cientos de millones de dólares, desde 2013 hasta 2018, los industriales y representantes de astilleros en el país levantaron la mano, y comunicaron a la paraestatal su interés por involucrarse en ese proceso.

PEMEX había enfocado su atención a otros países, particularmente España y Corea del Sur, donde ya ha firmado convenios para trabajar en construcción de embarcaciones menores, remolques y flota mayor.

El proceso fue visto como la mejor oportunidad para los astilleros en México de reactivar esta industria, y generar una histórica derrama económica y de empleos en los puertos nacionales, incluyendo Ensenada.

Un asunto que no está pasando desapercibido por empresarios locales, y podría venir acompañado de reformas estructurales a nivel nacional para adaptar las leyes que regulan las actividades marítimas, impulsadas por legisladores locales, como hizo ver el senador Ernesto Ruffo Appel, del Partido Acción Nacional (PAN), quien pertenece, entre otras, a las comisiones de pesca y marina en el Senado de la República.

Y es que la reactivación de los astilleros se encuentra ligada a la actividad marítima, portuaria, y a las reglas del juego económico-político. “Mi preocupación fundamental proviene de tener orden porque desde que desapareció la Secretaría de Pesca, los intereses pesqueros han quedado a la deriva”, advierte Ruffo.

El senador refiere que existe, administrativamente hablando, una “confusión orgánica” en las dependencias federales que absorbieron el tema pesquero. “Hay un delegado de SAGARPA que tiene a su cargo al representante pesquero de SAGARPA, pero por otro lado está la Comisión Nacional de Pesca, la CONAPESCA, que es un órgano desconcentrado de pesca, lleva sus políticas, pero no se empatan con la misma SAGARPA. Entonces vemos que hay delegados de SAGARPA en materia pesquera y hay políticas de CONAPESCA que no están integradas”, explica.

Sumado a otras dependencias al interior de los puertos como son la Administración Portuaria Integral (API), el Servicio de Administración Tributaria (SAT), Capitanía de Puerto, y la Secretaría de Marina (SEMAR). Todas con sus normas y procedimientos hacen que el asunto se transforma en un laberinto burocrático.

El lunes 10 de diciembre el Consejo Coordinador Empresarial de Ensenada (CCEE), a través de su titular Wenceslao Martínez Santos, advirtió sobre problemas en el puerto de Ensenada, afirmando que aproximadamente 700 contenedores no podían ser despachados desde días atrás, luego de que buques cargueros se vieran obligados a tocar el puerto local durante una huelga de trabajadores en Estados Unidos.

La huelga concluyó, se reactivaron los puertos estadounidenses, los buques siguieron operando y los contenedores que se depositaron en el puerto mexicano simplemente se quedaron atascados, referían los empresarios del CCEE, algo que afectaba tanto a las empresas que esperaban el cargamento en el norte, como a los barcos programados para operar en el mismo puerto ensenadense.

Un par de días después, la API, a través de un comunicado confirmaría haber movilizado 950 contenedores adicionales a los esperados en el Puerto, pertenecientes a las navieras Hapag Lloyd, NYK Line y Maersk Line. La idea inicial que tenían era trasladar los contenedores hacia Estados Unidos vía terrestre, sin embargo, por problemas con los permisos de las empresas de transporte mexicanas, sobre la internación de su carga hacia el país vecino, tuvieron que desistir, y pasar a un segundo plan que las mismas navieras decidieron tomar. El transbordo de los contenedores, es decir, subirlos a otro barco y llevárselos vía marítima.

Todo este proceso les tomó 10 días, desde el 3 hasta el 12 de diciembre, desconociéndose hasta esa fecha los daños económicos provocados por el retraso.

De vuelta a la construcción de embarcaciones, Ricardo Thompson, ex presidente de Coparmex en Ensenada y propietario de la empresa Servicios Portuarios S.A. de C.V., ubicada en el puerto de El Sauzal, explicó que sí existen las condiciones para reactivar los astilleros mexicanos. “Aquí en Ensenada se pueden construir embarcaciones hasta de 3 mil toneladas”, aseguró. Lo que significa que pueden ser construidos barcos pesqueros de sardina, atún, o camarón, y también remolcadores.

Sin embargo, también apuntó hacia los reglamentos y las facilidades que puede otorgar el gobierno mexicano a los astilleros y puertos en general, debido a que existen apoyos a esta industria en otros países, mismos que ponen en desventaja a México.

“Muchos países del mundo lo subsidian con tasas de interés preferencial, por ejemplo cuando yo estuve en la pesquera Zapata en 1980, ordenamos 6 barcos pesqueros en Noruega, porque el gobierno noruego precisamente para esa etapa otorgaba un crédito a los astilleros noruegos con tasa 0. Entonces todo el periodo de construcción al comprador no le costaba. Pero la derrama de empleo y de implementos que van en un barco pues los vendía, eso sí, toda la industria Noruega, que se dedican a eso. Ves tú y dices ¡Ah caray!, es toda una industria…si un automóvil tiene 10 mil partes diferentes, pues un barco tiene 20 mil, entonces son muchos componentes”, explicó Ruffo Appel en entrevista con ZETA.

Reactivar este sector, explicó por otro lado Thompson, implica “atraer a personal técnico especializado, que recibe buenos salarios”. Áreas como electrónica, soldadura, tapicería, aceites, vidrio, combustibles, grasas, pintura, y un largo etcétera se involucran en la construcción de embarcaciones.

Jaime Cabrales Martínez, administrador de Astilleros Progreso S.A. de C.V., en el puerto de Ensenada, explicó que la decisión de PEMEX para invertir en barcos, ha sido el detonante de su interés como gremio en aterrizar contratos en los astilleros mexicanos. Entre 40 y 50 barcos anuales son reparados en este astillero, y construidos con las condiciones actuales 1 barco cada 2 años.

Para los astilleros ensenadenses la ventana de oportunidad está abierta. “En el Golfo en la zona de Campeche toda la zona petrolera, hay miles de embarcaciones rentadas que podrían ser embarcaciones mexicanas y entran y salen sus contratos les pagan y todo y las reparaciones van y las hacen a Estados Unidos [...] qué agradable sería de que dijeran, ¿sabes qué? Tienes el contrato pero tienes la obligación de reparar en astilleros mexicanos, una cláusula. Y verías cuánto trabajo se generaría en ese aspecto, pero no nos han hecho caso todavía, seguimos picando piedra para ver si podemos lograr algo”, explicó  Francisco Peredia Lomelí, director de Grupo Peredia en Ensenada.

De momento PEMEX estima construir para su área de Refinación “25 embarcaciones de última generación, entre remolcadores, barcazas, embarcaciones especializadas y buque tanques de bajo calado, con una inversión estimada de 240 millones de dólares”. Esto entre 2013 y 2014 de acuerdo a la paraestatal.

Para la flota de Exploración y Producción, calculan fabricar 81 embarcaciones, en 5 etapas hasta el año 2018. En un inicio la inversión de PEMEX sería de aproximadamente 600 millones de dólares que ya están en curso, y dos licitaciones adicionales para el servicio de 14 abastecedores que se programaron entre octubre y diciembre de 2012.

En lo que se refiere a la flota mayor, PEMEX adquirió durante el sexenio de Felipe Calderón, 10 buques tanque, fabricados en Corea del Sur. Área en la que los astilleros en México están dispuestos a incursionar, en colaboración y con convenios de transferencia tecnológica con los países extranjeros, que aventajan a México.

Para Ricardo Thompson, la clave radica en las reglas del juego, y que si un país da facilidades a sus industrias navales no afecte la competitividad del lado mexicano. “México ocupa la economía número 14 en el mundo y ninguno de los 50 puertos más importantes a nivel internacional es mexicano, entonces algo estamos haciendo mal”, explica el empresario.

La propia Coparmex, aseguró Thompson, está empujando el nombramiento por parte del gobierno federal de un comisionado nacional que pueda coordinar “y sentar en una misma mesa a todos los organismos involucrados en el tema de puertos…la interpretación de cada jefe cambia radicalmente la operación. Esto afecta la competitividad del puerto”, explicó.

También aseguró que el asunto ya fue planteado a la Comisión de Competitividad de la nueva Cámara de Diputados a nivel federal. Sumado al bloque de la CAMIN y de generarse los cambios, el desarrollo portuario podría comenzar a reducir el monopolio del transporte de carga en México, dominado por empresas de transporte carretero que controlan más del 80 por ciento del movimiento de mercancías en territorio nacional.

Los menores costos de movimiento de carga a grandes distancias vía marítima podrían generar, de acuerdo a Thompson, que transportistas de carga vía terrestre pudieran mover más mercancía a menores distancias, reduciendo el flujo en las carreteras e incrementando ganancias. “Digamos por ejemplo Ensenada-Manzanillo y de ahí vía terrestre a Guadalajara, o viceversa y llevar mercancías a Tijuana o San Diego”, expuso.

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