Encuentran marihuana con valor a 65 millones de dólares en instalaciones muy
modernas de un pasadizo de 572 metros de longitud. El trasiego del enervante se
hacía por medio de la comercializadora de frutas Pacific Product.
Luis Alonso Pérez
Un narcotúnel de 572 metros que conecta a una bodega de Tijuana
con otra en Otay Mesa, California, fue descubierto por autoridades
norteamericanas el martes 29 de noviembre, logrando también el decomiso de 36
toneladas de marihuana con un valor estimado en las calles de 65 millones de
dólares.
El hallazgo fue resultado de más de seis meses de investigación de
agentes del Grupo de Tarea de Túneles de San Diego, quienes estudiaron de cerca
los movimientos del grupo criminal hasta contar con las pruebas suficientes para
catear el edificio, decomisar la droga y desmantelar la banda de contrabando y
tráfico.
Del lado mexicano, la Policía Municipal de Tijuana encontró la
entrada del pasadizo secreto con la ayuda del gobierno federal de Estados
Unidos. Sin embargo, la Comandancia de la Segunda Zona Militar aseguró que el
Ejército Mexicano fue el autor del descubrimiento del lado mexicano, lo que ha
generado dudas sobre la coordinación interinstitucional y la cooperación
binacional.
Lo único en lo que todos coinciden, es que éste es el túnel más
sofisticado que se ha descubierto en la frontera de México con Estados Unidos en
los últimos años.
La investigación
Por más de medio año los vigilaron hasta que los tuvieron como
querían: con las manos en la masa.
Desde junio pasado, agentes del Grupo de Tarea de Túneles de San
Diego monitorearon todos los movimientos en la bodega de la comercializadora de
frutas Pacific Product, en el Parque Industrial de Otay Mesa.
Sospechaban que la empresa era un frente para orquestar sigilosamente la
construcción de un narcotúnel, mimetizando sus operaciones clandestinas con las
actividades comerciales y el constante tráfico de camiones de carga en la
zona.
Pero los maleantes mexicanos no contaban con la astucia de las
autoridades americanas.
La noche del lunes 28 de noviembre, un camión de carga
salió de la bodega con dirección al norte, hasta llegar a un estacionamiento en
el área de Miramar, California, donde permaneció toda la noche hasta que, la
mañana del martes 29, arribó otro individuo y condujo el trailer hasta
llegar al punto de inspección en San Clemente.
Los agentes investigadores habían seguido de cerca sus movimientos
y alertaron al personal de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas
en inglés), quienes detuvieron e inspeccionaron el camión con la ayuda de perros
entrenados. A pesar de que detectaron que trasportaba un cargamento de marihuana
escondido en cajas de toronjas, lo dejaron pasar. Querían saber a dónde se
dirigía y sobre todo a quién se entregaría la droga.
El chofer continuó su camino hasta una bodega ubicada en la calle
Proctor de City of Industry, California, en la zona metropolitana de Los
Ángeles, donde comenzó a descargar el contenido de caja con la ayuda de tres
individuos.
Fue entonces que agentes del Servicio de Inmigración y Control de
Aduanas de Estados Unidos (ICE) entraron en acción. Detuvieron a los cuatro
sospechosos y confiscaron el cargamento de droga: 32 toneladas de marihuana con
un valor estimado en las calles de 65 millones de dólares (aproximadamente 875
millones de pesos).
A pesar de que se trataba de uno de los decomisos más grandes de
marihuana en los últimos años en California, las investigaciones continuaron.
Esa noche agentes federales detuvieron a otras dos personas en Baldwin Park,
California. Posiblemente los destinatarios de la droga, aunque esto aún no ha
sido confirmado de manera oficial.
La Fiscalía Federal del Distrito Sur de California reportó que
cuatro de los aprehendidos son mexicanos, y los dos restantes, ciudadanos
estadounidenses.
El decomiso y las detenciones resultaron en una orden de cateo a
la bodega de Otay Mesa. Ahí encontraron la salida del túnel transfronterizo que,
se cree, llevaba poco tiempo operando.
“Por las condiciones del interior del pasadizo y nuestras
investigaciones en curso, confiamos que pudimos desmantelar la operación antes
de que pudiera ser utilizada para contrabandear más narcóticos”, sostuvo Derek
Benner, agente especial a cargo de investigaciones del Departamento de Seguridad
Nacional en San Diego.
“Por su nivel de sofisticación, nos queda claro que la
organización criminal responsable de la construcción de este túnel tenía planes
muy ambiciosos”, precisó el agente federal durante una conferencia de prensa
posterior al descubrimiento del pasadizo.
“Incautar cerca de 50 toneladas de droga en un mes, priva a los
cárteles de su capacidad financiera para continuar sus operaciones”, sostuvo
William R. Sherman, agente especial a cargo de las operaciones de la Agencia
Federal Antinarcóticos (DEA), haciendo referencia al decomiso de 14 toneladas de
marihuana efectuado el 15 de noviembre en una bodega de la zona de Otay Mesa,
que albergaba otro túnel transfronterizo.
El pasadizo encontrado el martes pasado, es el séptimo túnel de
gran escala descubierto en el área de San Diego desde 2006. En los últimos
cuatro años las autoridades federales norteamericanas han detectado más de 75
túneles en la frontera de México y Estados Unidos, la mayoría en California y
Arizona.
“El Grupo de Tarea de Túneles, junto con el gobierno de México,
están aplicando una llave al cuello a la capacidad de los cárteles de introducir
droga a los Estados Unidos” ostentó Sherman.
Del lado mexicano
El operativo de búsqueda de la entrada del túnel en el lado
mexicano comenzó el martes 29 de noviembre al mediodía, en la colonia 70-76 de
la delegación Mesa de Otay de Tijuana.
Por más de cinco horas, policías municipales y estatales, así como
elementos del Ejército Mexicano, inspeccionaron una serie de inmuebles en
búsqueda del pasadizo ilegal, particularmente en bodegas y edificios en
construcción, hasta dar con uno ubicado en la Calzada Fuerza Aérea.
Anteriormente el lugar almacenaba productos de la empresa
Maseca y ya había sido cateado.
El edificio se encuentra a menos de 250 metros de la Comandancia
de la Policía Federal Preventiva, a 500 metros de las instalaciones de la Fuerza
Aérea Mexicana y aproximadamente a 750 metros de la Unidad contra el
Narcomenudeo de la Procuraduría General de la República (PGR). Se localiza a dos
cuadras al sur del Aeropuerto Abelardo L. Rodríguez de Tijuana.
Es el quinto narcotúnel descubierto en la zona. Dos túneles
inconclusos fueron descubiertos en 2009 y 2011 al sur de las instalaciones
aéreas y otros dos pasadizos con salida a territorio estadounidense fueron
detectados al Este; el primero en 2006, y el más reciente el 15 de noviembre de
este año.
A pesar de que la Policía Municipal de Tijuana, al mando de su
director Ricardo Garduño, fue la corporación que localizó su ubicación tras el
reporte de las autoridades norteamericanas, el General Gilberto Landeros,
Comandante de la Segunda Zona Militar, aseguró que el hallazgo fue
responsabilidad plena del Ejército Mexicano.
“No había visto en todos mis aseguramientos un túnel con estas
características. La madera está muy bien hecha, provista de madera a los lados
en los tres ángulos y en la parte inferior obviamente los rieles”, expresó el
Comandante marcial durante la presentación del descubrimiento ante la prensa,
realizada la mañana del miércoles 30 de noviembre.
El pasadizo tiene una longitud de 572 metros, una altura de 1.40
metros y 1.20 metros de ancho. Cuenta con un elevador eléctrico de metal que
desciende 8.5 metros, está ventilado con un sistema de extracción de aire
natural e iluminado con focos de 60 watts.
Las paredes están recubiertas de madera y tiene rieles sobre los
cuales se mueve una plataforma eléctrica en la que se transportaba la droga
hacia territorio americano.
En el inmueble se encontraron mil 68 paquetes de
marihuana, con un peso total de 3 toneladas 940 kilogramos. No se registraron
detenidos durante el operativo militar.
Landeros aseguró que la propiedad del túnel aún no ha sido
determinada, ya que contrario a otros decomisos de droga en pasadizos secretos,
los paquetes no tenían imágenes o leyendas distintivas que puedan ser atribuidas
con certeza a un grupo criminal.
Es el séptimo túnel de este tipo que ha sido
descubierto en Baja California en el transcurso del año.
Por último, respecto a la cercanía con las autoridades, el General
Landeros expuso que la Fuerza Aérea Mexicana no tiene en sus instalaciones
cercanas personal designado a la tarea de buscar narcotúneles. “Es sólo una base
logística”, justificó.
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