lunes, 5 de diciembre de 2011

SIGUE NARCISO AGUNDEZ MONTAÑO, EX GOBERNADOR DE BCS



El ex gobernador aún no ha sido detenido y encarcelado, como sucedió con sus principales ex colaboradores Luis Armando Díaz, Guillermo Jáuregui Moreno y Héctor Guadalupe Ibarra Espinoza, porque consiguió un amparo de la justicia federal para enfrentar desde afuera las imputaciones de la PGJE.

Gerardo Zúñiga Pacheco / Alejandro Acuña Rivera
La noche y mañana del 30 de noviembre y 1 de diciembre, Narciso Agúndez Montaño, el ex gobernador de Baja California Sur no pudo ser detenido y encarcelado dentro del Centro de Readaptación Social (CERESO) de La Paz, como sucedió con sus principales ex colaboradores Luis Armando Díaz, Guillermo Jáuregui Moreno y Héctor Guadalupe Ibarra Espinoza, porque habilidosamente, logró obtener un amparo de la Justicia federal que permitiera su impunidad y enfrentar desde afuera todas y cada una de las imputaciones de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) en la averiguación previa LPZ/079/SPB/2011.

Sin embargo, está en la lista de los indiciados, y aunque actualmente goza de la protección de la justicia, tarde que temprano tendrá que responder a las acusaciones de abuso de autoridad, coalición de servidores públicos, peculado, falsedad de declaraciones de servidores públicos, coparticipación en conductas ilícitas de funcionarios públicos e incumplimiento de un deber legal, previstos y sancionados en los artículos 147, Fracción III y IV, 152, 154; Fracción II, 159 y 165, del Código Penal vigente en el estado, en franca relación con el numeral 148, Fracción XXIV del Código de Procedimientos Penales, así como los delitos que resulten en la secuela y desarrollo que aparezcan con motivo de la indagatoria.

Las acusaciones que pesan en contra del ex gobernador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y sus ex titulares en la Secretaría General de Gobierno, Secretaría de Planeación Urbana, Infraestructura y Ecología y Oficialía Mayor, es por la denuncia penal interpuesta por el director de Patrimonio Inmobiliario y Regularización de la Tenencia de la Tierra del gobierno del estado, José Refugio Carrillo Sánchez, relacionado a la venta irregular de siete bienes inmuebles con una superficie total de 71 mil 939 metros cuadrados en el prestigioso fraccionamiento El Pedregal de Cabo San Lucas.

La noche de la detención del ex secretario de Planeación Urbana, Infraestructura y Ecología, ex secretario general de Gobierno y ex oficial mayor del sexenio anterior, la PGJE diseñó e implementó un operativo conjunto que permitiera capturar, casi en forma simultánea, a los ex colaboradores de Agúndez. Así fueron detenidos:

1. Guillermo Jáuregui Moreno, arrestado a las 22:10 de la noche del 30 de noviembre en su domicilio de Pistache número 214, Colonia Indeco de La Paz. Originario de México, Distrito Federal y con 58 años de edad, está bajo el número de oficio u orden de aprehensión 15198.

2. Luis Armando Díaz fue capturado a la 1:10 de la madrugada del 1 de diciembre en su domicilio de Calle Retorno entre Teodel y Quirio, Privada Monte Real en la ciudad de San José del Cabos. Es originario de Tepic, Nayarit y de 46 años de edad, bajo el número de oficio u orden de aprehensión 15205.

3. Héctor Guadalupe Ibarra Espinoza fue capturado a las 8:30 am del pasado 1 de diciembre en su domicilio, de Privada de Hortensia de la Colonia Girasoles, originario de Ciudad Constitución y de 45 años de edad, bajo el número de oficio u orden de aprehensión 15206.

Los tres detenidos son acusados por el delito de incumplimiento de un deber legal en su calidad de servidores públicos del gobierno del estado en el sexenio de Narciso Agúndez Montaño, y al cierre de esta edición, se confirmó que saldrían libres bajo fianza por tratarse de un delito menor.

No obstante, los ex servidores públicos tendrían que enfrentar cinco cargos más, en los que -según expertos en derecho- no podrían alcanzar fianza. Se trata de los delitos de abuso de autoridad, coalición de servidores públicos, peculado, falsedad de declaraciones de servidores públicos y coparticipación en conductas ilícitas de funcionarios públicos.

Los tres ex funcionarios amanecieron el pasado primero de diciembre en una celda aledaña a la del criminal y ex jefe de la plaza del narcomenudeo de La Paz, Adelaido Soto Aguilar “El Güero Layo”, en una zona conocida como de “gobierno” y quienes -según testigos- portaban un uniforme de color amarillo fluorescente, reglamentario dentro de ese penal.

Los testigos relataron a ZETA que Díaz, Jáuregui e Ibarra permanecían muy serios dentro de una celda de cuatro por cuatro, sentados y tristes, ya que según la versión de un testigo, no podían creer lo que estaba sucediendo.

Después de su captura, ninguno de sus ex colaboradores apareció o rondó por el Centro de Readaptación Social (CERESO) de La Paz, únicamente hizo acto de presencia uno de los hijos de Luis Armando Díaz, quien desde muy temprano llegó acompañado por un grupo de abogados que permanecieron afuera del Juzgado III del Ramo Penal, a cargo de la juzgadora Rosa del Carmen Palacios Montaño.

La investigación de este caso inició el 22 de junio pasado, cuando el titular de la PGJE, Gamill Arriola Leal, anunció la apertura de la averiguación previa LPZ/079/SPB/2011 por una denuncia penal interpuesta por el director de Patrimonio Inmobiliario y Regularización de la Tenencia de la Tierra del gobierno del estado, José Refugio Carrillo Sánchez.

Desde entonces y hasta la fecha, se hizo una investigación y se citó a declarar a más de 15 testigos de cargo, realizando para ello más de diez estudios periciales, por lo que agotada la investigación del delito de incumplimiento de un deber legal, fue consignado al Juzgado Tercero del Ramo Penal, quien dio entrada al caso bajo la causa penal 261/2011.

No obstante, todavía está pendiente de resolver la situación jurídica de otros implicados, como es el caso de Óscar Armando Decarett Casas, hijo del mejor amigo del ex gobernador, así como de Luis Pedro Cervantes Santamaría y Hassan Mansur González, consultor inmobiliario y empresario, respectivamente, quienes según la investigación, participaron directamente en la venta irregular de los bienes inmuebles subastados a un precio muy inferior al valor real de los terrenos en ese zona de gran plusvalía.

Los antecedentes
El 6 de marzo de 2008, el Congreso del Estado de Baja California Sur aprobó la enajenación de siete bienes inmuebles obtenidos a través de una donación del prestigioso fraccionamiento El Pedregal de Cabo San Lucas, bajo el decreto número 1737.

Los terrenos, de una superficie total de 71 mil 939 metros cuadrados, son parte de las 132 hectáreas que conforman esa exclusiva área residencial, en la cima de una montaña que colinda con dos playas en el corazón de ese destino turístico, donde artistas como Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Luis Miguel, Oprah Winfrey, Antonio Banderas y Jennifer Aniston tienen residencias.

El propietario del fraccionamiento, Manuel Díaz Rivera, cabeza de tres generaciones que durante 35 años han desarrollado y comercializado viviendas de lujo, autorizó la entrega de los terrenos al gobierno del estado que en ese tiempo encabezaba Narciso Agúndez Montaño.

Los terrenos donados habían quedado sin acceso y se requería incorporarlos a la urbanización de la zona. Sin embargo, las compañías del desarrollador Grupo Riveras, Coldwell Bankers Riveras, Pacific Closing Companies y Pedregal Escape, se habían interesado en volver a comprar sus terrenos donados -una vez urbanizada la zona- a precios de mercado, ya que entre sus planes estaba seguir desarrollando residencias, además de diseñar y ejecutar proyectos como El Rincón y Capella Pedregal Hotel.

El problema surgió cuando inesperadamente y sin avisar al grupo desarrollador, el ambicioso gobernador de Baja California Sur, Narciso Agúndez Montaño, lanzó una licitación pública nacional -la número PI-01/2008- y puso en venta las poco más de siete hectáreas con uso específico de sueldo residencial turístico, a través de la Secretaría de Planeación Urbana, Infraestructura y Ecología, cuya titularidad la ocupaba en ese tiempo Guillermo Jáuregui Moreno.

El precio base de venta establecido en la convocatoria fue de 76 millones 151 mil 160 pesos, y el 2 de junio de 2008, es decir, tres meses después de la enajenación de los bienes inmuebles, con argucias y trampas el gobierno del estado declaró casualmente a un ganador: el hijo del mejor amigo del hoy ex gobernador y principal prestanombres: Óscar Armando Decarett Casas.

La cría del empresario del ramo del mármol había entregado una propuesta económica de pagar 76 millones 200 mil pesos, es decir, 48 mil 840 pesos más del precio base de la convocatoria.

La transa
En papeles, el gobierno de Narciso Agúndez Montaño decretó entonces como el mejor postor de la compraventa a la compañía Las Veredas de San José, S. de R.L de C.V., a pesar de haber recibido más propuestas, entre éstas las del propio desarrollador de El Pedregal de Cabo San Lucas, Manuel Díaz Rivera.

Hoy se sabe que el ganador de la licitación era hijo del amigo del ex gobernador del PRD y también uno de los socios que aparecen en esa compañía, quien, no obstante de tener la obligación de pagar de contado el dinero de las tierras, recibió durante casi tres años un trato preferencial, al grado de firmar un convenio de pago cuando se negó a liquidar la deuda, argumentando que no tenía acceso a tres de las siete hectáreas.

De hecho, en un cuadernillo del Cuarto Informe de Gobierno de Narciso Agúndez, aparece en las páginas 163 y 164 una justificación del ex gobernador, que “había decidido no recibir el pago de los tres predios, hasta en tanto no garantizara el acceso a los bienes inmuebles”.

Datos recabados por ZETA exponen que la verdadera intención de Agúndez era apropiarse de esos terrenos y simular una operación de compraventa, por eso en la investigación salió a relucir que Óscar Armando Decarett Casas nunca cubrió el dinero de los siete bienes inmuebles y sólo se simuló a través de documentos escritos y falsos convenios que se estaban pagando.

En la víspera de dejar el poder, el gobierno de Narciso Agúndez Montaño fingió dejar sin efecto la operación de compraventa porque “no se había cubierto el precio total de la operación” y, en febrero pasado, vendió por segunda vez los siete inmuebles del exclusivo conjunto residencial.

Sin embargo, en esa ocasión no hubo de por medio una autorización del Congreso del Estado o la correspondiente licitación, y sin más, vendió los terrenos -a través del consultor inmobiliario Luis Pedro cervantes Santamarina- y al empresario de origen árabe Hassan Mansur González, en la irrisoria cantidad de 23 millones 980 mil pesos.

En papeles, los nuevos compradores habrían pagado 52 millones 220 mil pesos menos del precio real de los terrenos. Es decir, 2 millones 919 mil 099 pesos por cada hectárea en un lugar donde ese tipo de predios alcanza actualmente un valor aproximado a 10 millones de pesos.

Por tal situación, el gobierno de Marcos Covarrubias Villaseñor presentó la denuncia penal por quebranto y un hecho delictivo en perjuicio y agravio de la administración pública.

El dinero
Según el decreto 1737, con fecha de 6 de marzo de 2008, el dinero que supuestamente se obtendría de la operación de compraventa de los siete inmuebles, sería destinado a la construcción de infraestructura urbana y social en el estado de Baja California Sur.

En su Cuarto Informe de Gobierno, Narciso Agúndez Montaño anunció que el dinero de esa venta iba ser destinado finalmente para la edificación del Hospital General de Cabo San Lucas, donde hoy se sabe, en base a la propia información de su administración, se habían gastado 100 millones de pesos.

Mientras que en la autorización del Congreso local, publicada en el boletín oficial del gobierno estatal número 16, sobre la enajenación de los siete bienes inmuebles, se establecieron tres artículos:

1. Se autoriza al titular del Poder Ejecutivo del estado de Baja California Sur, enajenar a título oneroso, previa licitación pública, conjunta o separadamente en su caso, siete bienes inmuebles propiedad del gobierno del estado, con un total de superficie de 71 mil 939 metros cuadrados.

2. Los recursos económicos que se obtengan por la enajenación de los bienes inmuebles, materia de la presente autorización, se destinarán a obras de infraestructura urbana y social del estado.

3. Se obliga al titular del Poder Ejecutivo a enterar oportunamente al Congreso del Estado, en cualquier tiempo que éste se lo requiera, de la promoción y enajenación a título oneroso en su caso, así como del destino de los recursos económicos que se obtengan, derivados de la presente autorización.

La autorización transitoria es firmada por los ex diputados José Carlos López Cisneros y Ana Luisa Yuen Santa Ana. Cabe destacar que la solicitud de enajenación de los bienes inmuebles fue firmada por el ex gobernador Narciso Agúndez Montaño y su ex secretario de Finanzas, el extinto Nabor García Aguirre.

En este caso no solamente Agúndez y Jáuregui son presuntos responsables del quebranto, sino también los diputados de la anterior Legislatura, porque como lo establece el artículo transitorio número dos, debieron haber vigilado el proceso de licitación, destino y obras que se realizaron con el dinero obtenido de la autorización.

Sin embargo, únicamente levantaron el dedo y autorizaron sin supervisar el destino final del recurso público, que nadie en la PGJE duda que pueda estar en las cuentas bancarias del ex gobernador Agúndez y de Guillermo Jáuregui Moreno

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