Por su trabajo de asesor, Martínez de
la Vega es considerado pieza clave para los posibles sucesores de Marcos
Covarrubias, a tres años y medio de distancia.
Gerardo Zúñiga Pacheco
En vísperas de la designación de candidatos a diputados federales
y senadores, Refugio Covarrubias Villaseñor, hermano del gobernador, metió mano
y, por lo pronto, colocó a un incondicional y amigo suyo en la Secretaría
General de gobierno, en sustitución del ex titular Carlos Mendoza Davis.
El nombramiento de Armando Martínez de la Vega no es más que
resultado de la decisión del consanguíneo del gobernante panista, que influye y
toma acuerdos a nivel de asesor en los primeros enroques en el gabinete de
Marcos Covarrubias Villaseñor, y por ende, participó en el movimiento del
ajedrez político del estado de Baja California Sur.
Por otra parte, las renuncias de Carlos Mendoza Davis y Elías
Gutiérrez, ex secretario general de gobierno y ex titular del Instituto de
Vivienda, respectivamente, son preámbulo del arranque de sus precampañas para
convertirse en aspirantes oficiales al Senado de la República por la primera y
segunda fórmula, por el Partido Acción Nacional (PAN).
En el caso de Mendoza, desde el 30 de noviembre ya fue relevado
del cargo por el que fuera el subsecretario general de Gobierno, Armando
Martínez Vega, en tanto, en el caso de Gutiérrez, al cierre de esta edición la
titularidad aún permanecía acéfala.
Las de Mendoza y de Gutiérrez no fueron las únicas renuncias. En
Comondú, Francisco Pelayo, otro del clan Covarrubias y tesorero de la
administración del alcalde Venustiano Pérez Sánchez, presentó su renuncia para
buscar la candidatura a diputado federal por el Distrito II; su lugar hoy es
ocupado por Guadalupe Ramírez Núñez, quien hasta hace poco fungiera como
director de Desarrollo en ese municipio.
Así, el gobernante panista prácticamente mostró las cartas con las
que jugará en las próximas elecciones, quedando pendiente solamente el caso del
Distrito I, donde desde hace un par de semanas, se ha estado manejando el nombre
del representante del gobierno del estado en Los Cabos, Arturo de la Rosa
Escalante, aunque todavía no se define completamente su postulación.
En los relevos de esta semana, el único ganón fue el
también conocido como Cuco Covarrubias, porque de esa manera afianza a su gente
y prepara lo que podría ser el lanzamiento de nuevas figuras políticas que en
tres años y medio más, tratarán de suceder a su hermano.
La renuncia del secretario general de gobierno, Carlos Mendoza
Davis, no llegó en su mejor momento, pues justamente cuando preparaba su salida,
dos hechos pusieron en evidencia la falta de control político y la ineficacia de
la maniobra interna, como si se tratara de un novato.
El primero fue el affaire entre legisladores de los
partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la
Revolución Democrática (PRD), principalmente por el caso de los créditos de los
ayuntamientos de La Paz y de Los Cabos, donde incluso, ni siquiera supo hasta
que la solicitud fue entregada de manera formal al Congreso, la cual derivó en
un pleito que mantuvo paralizado el trabajo legislativo por más de una
semana.
El segundo fue la agresión verbal y el pleito a golpes entre
trabajadores gastronómicos del hotel Los Arcos y personal de seguridad
de Palacio de Gobierno, e incluso el gritoneo que pudo haber llegado a la
agresión del presidente de la Junta de Conciliación y Arbitraje del Estado,
Mohamed Medina de la Toba.
En el evento de la designación del amigo de “Cuco”, el gobernador
Marcos Covarrubias agradeció encarecidamente el “valioso trabajo” de Carlos
Mendoza Davis y todas las ganas que le puso a su encargo, aunque no sobresalió
alguna acción en particular.
El hoy secretario general de Gobierno dijo que trabajará las 24
horas por el estado y que tiene una amplia agenda por desahogar, la cual fue
dejada entre los pendientes de su antecesor.
La prueba de fuego definitivamente es la discusión del presupuesto
del próximo año, donde con un Poder Legislativo totalmente polarizado y
confrontado por los recientes acontecimientos de los créditos que solicitaron
los ayuntamientos de La Paz y Los Cabos, tendrá que operar de manera inmediata y
conciliar con los alcaldes Esthela Ponce Beltrán y José Antonio Agúndez Montaño,
quienes, bien o mal, toman decisiones y gozan de influencia dentro del PRI y el
PRD.
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