El 8 de julio de 2008,
presuntos sicarios asesinaron de cuatro balazos al comandante de la Policía
Ministerial en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, José Luis Altuzar Zamudio.
El cadáver del jefe policiaco
fue encontrado atado de pies y manos; presentaba el tiro de gracia y huellas de
presunta tortura. También portaba un “narcomensaje” en el que se leía: “Se van
a chingar por ratas, el general Escalera y Archilla se robaron mi coca:
Atentamente Celestino”.
Ese narcomensaje aludía a los
apellidos del director de la Policía Ministerial, Marco Antonio Juárez Escalera
y del director de la Policía Estatal Preventiva, Óscar López Archila.
Tras este caso, se presumen
antecedentes en un decomiso de dos toneladas de cocaína localizada en una casa
de seguridad de la capital chiapaneca, envuelta en sacos verdes similares a los
que usa el ejército, y membretada con etiquetas del cártel de Sinaloa. También
se informó de la aprehensión de once presuntos narcotraficantes.
10 días después, las
autoridades estatales informaron en un comunicado que el cargamento incautado
no era cocaína, sino lactosa “la cual es utilizada frecuentemente para cortes o
adulteraciones de la cocaína, éxtasis y anfetaminas”, según da cuenta la nota
del periódico El Universal.
En junio de 2017, el
periódico El Heraldo de México reveló que el ex gobernador de Guerrero, Ángel
Aguirre Rivero espió a sus colaboradores cercanos y a funcionarios de todos los
niveles, así como a líderes de movimientos sociales.
Citando audios en posesión de
ese medio, El Heraldo abundó que al menos 21 funcionarios y diputados, entre
otros, tenían intervenidas sus líneas telefónicas -fijas y móviles-.
De acuerdo con esa
información, el espionaje estaba a cargo del ex jefe de seguridad personal de
Aguirre Rivero, Felipe Martín Ornelas Rebollo, y del ex titular de la Policía
Ministerial en la entidad, Marcos Esteban Juárez Escalera, ambos personajes destacamentados
anteriormente en Chiapas, donde también fueron acusados de espionaje.
Siempre de acuerdo con ese
medio, se descubrieron más de mil audios de conversaciones de figuras públicas.
Uno de los más escuchados es el ex secretario de la sección 14 del SNTE,
Emiliano Díaz Román, y otros funcionarios, señaladamente los relacionados con
las áreas administrativas y financieras.
El 6 de octubre de 2015, fue
encontrada muerta una mujer en la colonia Venustiano Carranza, de Acapulco. La
Fiscalía de Guerrero confirmó 18 días después que el cuerpo correspondía a
Dulce Melina Mayo, secretaria del ex secretario de Seguridad Pública, Marcos
Esteban Juárez Escalera
El crimen ocurrió cuando la
mujer acompañaba al ex delegado administrativo de Protección Civil, Juan Adalid
Flores Hernández, quien fue acribillado a balazos. Dulce Melina fue raptada en
un taxi, para después aparecer ejecutada.
El 28 de marzo de 2015,
policías municipales de Acapulco iniciaron un paro de labores en protesta por
el asesinato de dos de sus compañeros.
Los elementos acusaron al secretario general, Marcos Esteban Juárez
Escalera, de trato prepotente, al amenazar a gritos, con el despido de los
mandos policiacos.
El paro de 670 policías
viales y turísticos duró un año, como media de presión para que les pagaran sus
salarios. 586 policías.
Se preguntará usted,
policiaca lectora, castrense lector, a qué viene este recuento de hechos
violentos, delictivos y de conflictos registrados en estados tan lejanos como
Chiapas y Guerrero.
Bueno, pues vienen al caso
porque ayer, la candidata de Morena a la alcaldía de Hermosillo, Célida López,
presentó su estrategia de seguridad pública que desarrollará en caso de llegar
a la presidencia municipal. Y para apoyarse en su exposición, se apoyó en quien
llamó “una biblioteca en el tema de seguridad”.
Y ese personaje es nada más y
nada menos que el General Juárez Escalera, al que ustedes habrán identificado
en ese rápido recuento, que por cierto se inscribe en años cruciales de la
guerra contra el narcotráfico que detonó Felipe Calderón como presidente, y
cuyas consecuencias dejaron una estela de mas de 120 mil muertos a lo largo y
ancho del país.
Y que además, no resolvieron
absolutamente nada en materia de presencia y poder del crimen organizado, antes
bien, los multiplicaron.
Ahí se las dejo, nomás como
datos a considerar.
II
Ahora que estamos en tiempos
de debates electorales, suele preguntarse con mucha frecuencia quién resultó
ganador o perdedor de cada evento de este tipo que se lleva a cabo.
Pues bien, hay uno que se
convocó por el grupo Uniradio y el periódico el imparcial (minúsculas
deliberadas) en el que participarían las fórmulas al senado de las tres
coaliciones que participan en esta contienda.
La primera que canceló su
participación fue la de la coalición Todos por México. Luego la de la coalición
De frente por México. Al parecer, la única que participará en ese encuentro es
la fórmula de la coalición Juntos haremos historia, aunque obviamente no será
un debate, a menos que debatan entre ellos.
La primera declinación se dio
bajo el argumento de que sólo asistirían a los debates organizados por
instituciones electorales. La segunda, porque al declinar una fórmula no se
garantizaba equidad.
Y usted se preguntará, frente
a esto, quién gana y quién pierde. Desde esta modesta tribuna, creo que no gana
nadie, a menos que se considere un triunfo para la fórmula de Morena, asistir a
un monólogo aderezado con la intervención de moderadores a modo, también
furiosos por las declinaciones.
Pero el gran perdedor sin
duda es el periódico organizador, que está lejos, muy lejos de ser lo que un
día fue.
¿Alguien se hubiera imaginado
en anteriores procesos electorales que algún candidato despreciara la
invitación de el imparcial, con todo y las minúsculas deliberadas que le
acompañan desde hace al menos un par de décadas? Yo no.
Evidentemente ese periódico
ya había venido perdiendo gradualmente cualquier atisbo de credibilidad, pero
durante el padrecismo entró en un tobogán que lo sumía en la profundidad del
descrédito, al mismo tiempo que en sentido inverso lo lanzaba hasta el cénit de
la prosperidad económica no sólo por convenios y maquilas millonarias, sino por
su participación en empresas financieras, asociados con lo más corrupto del
padrecismo.
Ese periódico ya no tiene
nada qué ofrecer a los lectores, mucho menos en estos tiempos cuando las
mayores audiencias se encuentran en las redes sociales, donde hay una
multiplicidad de opciones, y siempre habrá mayor riqueza informativa y
posibilidades de elegir.
Las históricas ansias de
cogobierno de el imparcial vivieron su momento de gloria el sexenio pasado,
como también lo tuvo el PAN al conquistar por fin el gobierno del estado, pero
en la borrachera del poder, ambos dilapidaron la oportunidad de probar que se
podía hacer algo mejor que lo hasta entonces hecho.
Las consecuencias allí están:
un panismo que se empeña en no desaparecer del mapa político, y un periódico
que había hecho del chantaje su principal arma, pero que por lo visto, ya no asusta
a nadie.
Al final del día, lo que
queda es congratularnos por la oportunidad de asistir al momento histórico por
el que atravesamos y en el que, como diría Perogrullo, se están viendo cosas
que no se habían visto.
(DOSSIER POLITICO/ ARTURO SOTO MUNGUÍA / 2018-05-24)
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