GUILLERMO VALDÉS CASTELLANOS. La guerra
que viene.
Titular del Centro de
Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) en el sexenio de Felipe Calderón,
Guillermo Valdés Castellanos anticipa que se viene (en México) “un periodo
violento, de disputa de plazas y de rutas”. No descarta que el hijo de Nemesio
Oceguera haya sido secuestrado en la cárcel para usarlo como moneda a cambio de
los hijos del Chapo Guzmán y asegura que el Ejército Mexicano ha estado en
medio de pactos entre cárteles de la droga y, de manera particularen vínculos
con el Cártel de Sinaloa.
—Guillermo, ya viste los
hechos de Vallarta, esta semana aciaga, de tensión, no solamente entre dos cárteles,
sino también socialmente por las implicaciones que pueda tener el secuestro de
los hijos del Chapo, ¿Qué es lo que has analizado tú? Desde tu punto de vista,
con la experiencia que tienes, que tuviste en el Cisen, ¿qué es lo que has
visto y has analizado del asunto?
—Mira, mi tesis es la
siguiente; creo que después de la última detención del Chapo en enero, le ha
sido muy difícil mantener la dirección y el control de su organización desde la
cárcel, por las razones obvias de que ahora lo han de tener supervigilado, le
han de restringir visitas, etcétera.
“Que eso se ha traducido en
problemas en la dirección del Cártel de Pacífico; no sé si está al mando el
Mayo Zambada o los hijos, o el Licenciado Dámaso, en fin, pero lo que está
claro es que el que hayan ido al rancho de la mamá, ahí en Badiraguato, y le
hayan matado creo que dos sobrinos a la mujer, y ahora lo del secuestro de
Puerto Vallarta, te habla de cierta debilidad de la organización.
“En tiempos normales no se
hubieran metido con la familia tan
cercana del Chapo, y estos datos
los juntas con el incremento de violencia en plazas tradicionalmente
controladas por ellos, como es Tijuana, como es Juárez o Colima, y te plantea
la hipótesis de que hay en curso un conflicto; puede ser con una o con varias
organizaciones para aprovecharse de esa supuesta o no debilidad de la
organización del Pacífico.
“Yo creo, no sé qué tan débil
esté, pero parece que los rivales están percibiendo que es el momento de atacar
y de quitarle plazas. Entonces, el secuestro de los hijos del Chapo en
Vallarta, creo que es una acción que puso en jaque al Chapoy lo obliga, lo
obligó a negociar, no sabemos qué, pero que tiene que ver con el control y las
plazas que están en disputa, sobre todo con el Cártel Jalisco Nueva
Generación”.
—Nosotros pensábamos que si
el acuerdo había sido de alguna manera terso, en el sentido de que bueno, ya
los tienes, qué quieres plazas, rutas…Si en esas condiciones, digamos, se
liberó a los muchachos, pues nosotros decíamos, pues no va a pasar nada, por lo
pronto en los próximos meses va a haber una calma relativa. Sin embargo, nos
está llegando información, obviamente no oficial, en el sentido de que un
elemento de la negociación fue el hijo del Mencho (Nemesio Oceguera Cervantes),
que está preso en un penal de Miahuatlán, Oaxaca, que lo secuestraron ahí
mismo, lo arrinconaron y le dijeron al Mencho, tú tienes a los plebes, yo tengo
a tu hijo acá. Si ese fue un elemento de negociación qué piensas, ¿estaría en
puerta una guerra, estaríamos hablando de un conflicto en puerta?
—Sí, mira, yo creo que el
Chapo es de un estilo de dirección mucho más agresivo y violento que el Mayo, o
sea, cuando el Chapo estuvo preso en Puente Grande, del 93 a 2001, yo creo que
el Cártel del Pacífico perdió presencia y perdió fuerza; son los años poderosos
de Amado Carrillo, y que el perfil y el poder del Pacífico cambia cuando se
escapa el Chapo en 2001, y se vuelve mucho más agresivo, incluso cuando tiene
aquel conflicto ya no con Amado, sino con Vicente, matan a uno de sus hermanos
(Arturo Guzmán Loera) en la cárcel; yo creo que eso te habla del estilo de
acción de él.
“Entonces, no me extrañaría
que él hubiera amenazado al hijo del Mencho, y decir aquí nada de negociación.
Yo creo que lo último que no puede el Chapo demostrar es debilidad, entonces,
sí me suena esa hipótesis.
“Si es eso, pues el señor va
a dar la cara y decir no tan fácil me van a vencer, pero lo que yo sí creo, es
que sí hay un anuncio de guerra, y puede no ser inmediata, porque también es
una gente con mucha experiencia el Chapo, no reacciona con el hígado en
caliente a los dos días, e ir a balacear cosas, piensan las estrategias, es el
estilo de él.
“Entonces yo si estoy
preocupado porque creo que viene un periodo violento, de disputa de plazas y de
rutas”.
—Tú fuiste director de Cisen,
sabes cómo se mueven estas cosas, otro dato que nos está llegando, de dos días
para acá, es que en la última etapa de la negociación participó el gobierno
federal, esto a mí no me suena extravagante, porque acuérdate que se pudo haber
convertido en un problema de seguridad nacional, por esto que estamos
platicando de la posible guerra en puerta, ¿tú crees que haya sido posible
esto, que el gobierno federal haya intervenido para que liberaran a los
muchachos? ¿Se estila eso?
—Mira, aquí el Ejército es el
que ha tenido tradicionalmente más vínculos con el Pacífico… solía hacer ese
tipo de negociaciones y participar en los acuerdos entre organizaciones para
mantener cierto acuerdos y pactos.
“Entonces, en la época que yo
estuve, yo no me llegué a dar cuenta, no llegué a enterarme; la línea era: cero
acuerdos con estos señores, cero negociaciones, pero no sé si ahora hayan
regresado otra vez al esquema. No creo que la PGR lo haya hecho, no creo que
tenga la dirección de ese tipo de capacidades, y el Ejército sí pudiera ser”.
—Todavía no se sabe a ciencia
cierta qué fue lo que pasó, sobre qué fue lo que se negoció, hay muchas dudas
todavía…
—Antes del secuestro yo
estuve en Durango, a finales de junio, principios de julio, y estaban muy preocupados
por todo lo que estaba pasando en Sinaloa, porque decían esto se nos va a venir
para acá. Ya tenían datos de que las cosas se estaban moviendo mucho, y muy
peligroso.
“Y también he platicado con
gentes del gobierno panista de Baja California, y dicen que la cosa está
terrible, está muy caliente Tijuana, y
entonces tú sabes cómo está Colima, que trae un incremento de 300 por ciento de
los homicidios.
“Entonces yo creo que están
viendo un momento de debilidad del
Chapo, de la conducción operativa del Pacífico, y están pegándole duro”.
—Planteas en tu libro
(Historia del narcotráfico en México, 2013.), la tesis de que los cárteles no
crecen sin acuerdos con las altas esferas del gobierno, ¿tú crees que el CJNG
haya crecido también gracias a eso, tan súbitamente por esos acuerdos con el gobierno?
—Hasta donde suena, por
ejemplo, todo lo de Vallarta, es que la colusión de la Policía estatal es
grande… y de parte del gobierno federal no sé si haya colusión o si más bien
hay indiferencia y lo dejaron crecer.
“Yo creo que los eventos del
año pasado, de cuando le tumban el helicóptero al Ejército, ahí sí se dieron
cuenta que no están tratando con una banda improvisada.Entonces a mí me daría
la impresión de que estos se desarrollaron más cobijados localmente, que
federalmente.
“Lo que sí está claro es que
este gobierno no ha tenido una estrategia de combateintegral a las
organizaciones, que no trae un plan estratégico de quién, cómo y cuándo,
etcétera. Más bien ha sido todo muy reactivo”.
(RIODOCE/ REDACCION/ 28 agosto, 2016)
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